Una de las grandes ventajas de vivir en un país como el nuestro es lo difícil que resulta aburrirse; ya que la pesada carga de conseguir el sustento aleja a muchos de tan molesta sensación; se encuentran otros sumidos en la incertidumbre; paraliza el sufrimiento a otros más; a casi todos el temor de ser “levantados” produce escalofríos; y por si esto fuera poco un día sí y otro también se nos asestan discursos, entrevistas y declaraciones: del preciso, los gobernadores, los procuradores, los diputados y, last but not the least, los empresarios y comunicadores, mismos que, sardónicamente, nos hacen por lo menos sonreír.
Así, a propósito de la masiva contaminación perpetrada en el río Sonora por la empresa Minera México, tristemente célebre por el desastre, predecible por demás, de la mina Pasta de Conchos, el presidente de la Coparmex, Juan Pablo Castañón, declaró: “Desde nuestro punto de vista, Grupo México es una empresa sumamente seria, con un historial importante y no puede estar sujeta a un criterio rápido y fácil”.
Y qué decir de la entrevista colectiva a un preciso que sin despeinarse siquiera contestó a Krause Jr. basta bajo su régimen un ciudadano cualquiera denuncie un acto de corrupción aportando las pruebas correspondientes, para sin importar pertenezcan al grupo Atracomúltiple caiga sobre los culpables el peso de la ley; y qué de la reedición entre chafa tercermundista de Lily Téllez, de Marilyn Monroe, entonando, intoxicada y lujuriosa: …happy birthday Mr. President, happy birthday to you.
Pero tratándose de canciones no se cantan por acá nada mal las rancheras, y hete ahí que lamentan los alcaldes de diversos municipios resulten las glorietas conmemorativas de la Toma de Zacatecas verdaderas trampas mortales, ignorantes los ediles de lo apropiado de tal característica, ya que celebran, dichos monumentos, una verdadera hecatombe.
Pero no todo ha de ser humor ácido y negro, y es así que nos ilustran, los señores Javier Acosta y Javier Aranda, en conferencia magistral, según refiere Raúl Silva en la edición de Imagen, correspondiente al sábado retropróximo, acerca de Octavio Paz, quien patentizó su rebeldía mediante una “incursión en el subrealismo (sic)”, y su renuncia como embajador; y cuya opera magna, según los eruditos de marras, es nada menos que la Canción Mixteca.
Para regocijo del redactor los lectores certificados de de esta pobre pero devota columna se multiplican, y así al gran Pato Ramírez en riguroso orden alfabético habrá que añadir a los eminentes profesores Lauro Arteaga y Veremundo Carrillo; a Salvador García Ortega, director de la Banda del Estado y prez y honra del gremio filarmónico zacatecano; y a la bella y gentil Lucía Medina Suarez. A los cafeteros Oso Medina y licenciado Priego, se les da por descontados. ■