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jueves, 28 marzo, 2024
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Los jóvenes/Desigualdad, diferencia y desconexión 2a parte y última

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Por: JUAN ANTONIO VALTIERRA RUVALCABA •

Los jóvenes en su afán de búsqueda y por encontrar una identidad experimentan sensaciones, emociones nuevas. Siempre están en permanente búsqueda y de experimentar lo nuevo. Son un torbellino. Son los críticos, los que de manera irreverente escrutan todo.

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Hemos creído que ellos no tiene juicios de valor porque no han madurado. Eso creemos, pero no es así. Ellos vibran y palpitan por que los dejen opinar y proponer.

Decíamos ayer, en la primera parte de esta colaboración, con José Antonio Pérez Islas que los jóvenes deberían no sólo estar entre las cuatro paredes de la escuela que en su mayoría nada les dice, sino en el trabajo directo.

Quizá ese concepto  del salón les queda corto, tal vez el trabajo directo en campo. Esto sería hablar de una transformación de los profesores, de la administración escolar, del diseño de carreras, entre otras cosas. La orientación ocupacional más que vocacional, señalábamos.

Así las cosas, las carreras tradicionales como Derecho, Medicina y Administración y otras más, están saturadas porque siguen con demanda. Por ejemplo hay muchos abogados pero muy pocos especializados en derechos humanos. En las carreras administrativas se debe reorientar hacia las pequeñas y medianas empresas, microempresas que son donde de verdad se necesita aprender a hacer negocios.

José Antonio Pérez Islas, dice sobre este particular que “el bono demográfico o ventana de oportunidad poblacional para aprovechar la fuerza productiva de los jóvenes, que más que bono se trata de una letra pagar. Lo hemos perdido totalmente. Supuestamente teníamos 30 años para aprovechar ese bono y se acabarán alrededor del año 2015 o 20120, según las fechas o las edades que queramos asumir. Perdimos prácticamente una generación de muchachos en ese lapso y me parece preocupante porque ellos serán -o ya son- los adultos que viven condiciones totalmente precarias en muchas cosas. Todas las deficiencias se van a manifestar de una manera dramática, en salud, convivencia…en todo tipo de asuntos”.

Aún más: “El trabajo con los jóvenes no es un asunto de justicia social, sino de estrategia para el país. Lo que invirtamos en los jóvenes lo veremos con frutos en años venideros, pero hay que hacerlo ahora. Los jóvenes no son el futuro de psicología, son el presente y en ese sentido hay que trabajar mucho para reconstruir este país en ruinas que nos han dejado. Esto es responsabilidad del gobierno, empresarios, profesores y alumnos. Es un responsabilidad compartida que obviamente sería más fácil si hubiera ciertos canales de liderazgo”.

De contexto diremos que el problema de más de 90 por ciento de los rechazados en educación de nivel superior tiene que ver con la importancia que le damos a la educación. La educación, sostiene la UNESCO, debe ser de 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), en México no se llega ni a 3 por ciento. En ese sentido tenemos un atraso considerable, pero lo peor sería seguir haciendo como que hacemos, es decir “nadar de muertito”.

Pérez Islas, sobre este tópico dice: “En las generaciones pasadas los horizontes de vida se calculaban hasta don 10 años. Ahora los jóvenes tienen muy poco tiempo para diseñar a mediano y largo plazo porque su horizonte es muy cercano. La investigación realizada nos demostró que no saben contestar cómo se verán en 10 años; lo más que pueden imaginar certeramente son seis meses, porque no saben si van a tener empleo, si van a seguir en la escuela o si van seguir con la misma pareja”.

Los jóvenes, sostiene el sociólogo especializado en juventud, tiene tres retos fundamentales: “Los asuntos de desigualdad, diferencia y desconexión . Esta última implica no solamente de aparatos tecnológicos, sino de lo social o de la comunidad. Finalmente. El solitario nunca es solidario; somos solidarios cuando aprendemos a vivir en comunidad y esto es lo que le hace falta a las nuevas generaciones. Hace falta reconstruir el tejido social y continuar con la experiencia que ha llevado a cabo la UNAM en Guerrero con la Universidad Intercultural que trasciende a la comunidad. Todos los muchachos que deberían cursar en esa localidad ya lo hicieron”.

Su visión sostiene que se debe tener “una universidad adaptada a lo local, pero también pensando en lo global”.

El reto para todos es ya no interpretar al mundo sino cambiarlo. ■

 

Correo: [email protected]

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