Con motivo del 74 aniversario luctuoso de León Trotsky, me he permitido organizar para los lectores de La Jornada Zacatecas, una serie de artículos que recogen fragmentos de su vida, obra y pensamiento. Esta primera parte comprende una breve reseña biográfica e información general sobre el desenlace de su muerte. A la serie se adjuntan citas del revolucionario ruso, así como opiniones y ensayos de intelectuales que recuperan lo mejor de este personaje de talla universal.
1.- Lev Davidovich Bronstein -mejor conocido como León Trotsky- dedicó toda su vida a la causa de la clase obrera y del socialismo internacional. Desde su más temprana juventud –cuando trabajaba por la noche elaborando panfletos ilegales para las huelgas– fue detenido, encarcelado y desterrado a Siberia,de donde escapóusando el nombre de uno sus carceleros:Trotsky
Tiempo después y siendopresidente del Sóviet de San Petersburgo, fue nuevamente arrestado (después de la derrota de la Revolución de 1905) y enviado aprisión. Escapó de Siberia una vez más para organizar –años más tarde junto a Lenin y los bolcheviques– la Revolución de Octubre que les permitió tomar el poder en 1917.
Cuando la naciente república de los sóviets fue invadida por veintiún ejércitos extranjeros, Trotsky organizó el Ejército Rojo que le dio la victoria y el reconocimiento internacional: “Mostradme otro hombre capaz de organizar en un año un ejército ejemplar y además conseguir el reconocimiento de los especialistas militares” (palabras de Lenin citadas por Máximo Gorki).
Tras la muerte de Lenin en 1924, Trotsky encabezó el combate contra la degeneración burocrática del Estado Soviético por lo que fue expulsado de su país para vivir el resto de su vida en el exilio, primero en varios países de Europa y finalmente en México, desde donde fundó, en 1938, la IV Internacional.
2.- El día de su muerte.- El 20 de agosto de 1940, Ramón Mercader del Río (Barcelona 1914-La Habana 1978), alias Frank Jacson o Jacques Mornand, asestó el golpe mortal a Trotsky en su refugio mexicano de Coyoacán. Era, según Víctor Serge, la medianoche del siglo: un año después de la victoria fascista en la guerra civil española; cuando Hitler y sus tropas nazis avanzaban imparables en los campos de batalla de Europa; mientras Stalin aseguraba su dominio despótico en la URSS y sobre el “movimiento comunista” internacional.
El agente de la policía secreta stalinista -bajo falsa identidad y haciéndose pasar por el hijo de un diplomático belga, logró “enredar” a la que sería su amante -Sylvia Agelof- militante trotskista norteamericana y secretaria de Trotsky. Mercader pudo de esa manera colarse al círculo familiar del revolucionarioy asesinarlo destrozándole el cráneo con una piqueta de alpinista.
3.-Presintiendo la cercanía de la muerte, el 27 defebrero de 1940, Trotsky escribe lo que hoy se conoce como su Testamento:
“Mi presión arterial alta (que sigue aumentando) engaña a los que me rodean sobre mi estado de salud real. Me siento activo y en condiciones de trabajar, pero evidentemente se acerca el desenlace. Estas líneas se publicarán después de mi muerte…”.
“No necesito refutar una vez más las calumnias estúpidas y viles de Stalin y sus agentes; en mi honor revolucionario no hay una sola mancha. Nunca entré, directa ni indirectamente, en acuerdos ni negociaciones ocultas con los enemigos de la clase obrera. Miles de adversarios de Stalin fueron víctimas de acusaciones igualmente falsas. Las nuevas generaciones revolucionarias rehabilitarán su honor político y tratarán como se lo merecen a los verdugos del Kremlin”.
“Agradezco calurosamente a los amigos que me siguieron siendo leales en las horas más difíciles de mi vida. No nombro a ninguno en especial porque no puedo nombrarlos a todos. Sin embargo, creo que se justifica hacer una excepción con mi compañera, Natalia Ivanovna Sedova. El destino me otorgó, además de la felicidad de ser un luchador de la causa del socialismo, la felicidad de ser su esposo. Durante los casi 40 años que vivimos juntos ella fue siempre una fuente inextinguible de amor, bondad y ternura. Soportó grandes sufrimientos especialmente en la última etapa de nuestras vidas. Pero en algo me reconforta el hecho de que también conoció días felices”.
“Fui revolucionario durante mis cuarenta y tres años de vida consciente y durante cuarenta y dos luché bajos las banderas del marxismo. Si tuviera que comenzar todo de nuevo trataría, por supuesto, de evitar tal o cual error, pero en lo fundamental mi vida sería la misma. Moriré siendo un revolucionario proletario, un marxista, un materialista dialéctico… Mi fe en el futuro comunista de la humanidad no es hoy menos ardiente, aunque sí más firme, que en mi juventud… La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente”.
Continuará… ■
Fuente informativa: Leonardo Badell, Daniel Bensaid, Rafael Bernabe. www.prt.org.mx//[email protected]
