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viernes, 29 marzo, 2024
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Bordando ideas: del electorado indignado a las próximas elecciones (segunda parte)

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Por: RICARDO BERMEO •

Explorando la situación tras las elecciones al parlamento europea, apuntaba sobre  la importancia estratégica, de la victoria de fuerzas progresistas,  específicamente en España, con Podemos, y Grecia, con SYRIZA.

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Se trata de dos resultados, que contrastan de manera muy fuerte, con los resultados en otros países europeos, donde un dato relevante, es el crecimiento electoral  de los partidos de la extrema derecha, que, con la bandera del antieuropeismo,  han conseguido, en su conjunto, una representación histórica al parlamento europeo, y que en algunos países –Francia-  donde Marine Le Pen,  abogada y política de extrema derecha, puede ganar las elecciones, con altas probabilidades de  formar gobierno.

Debemos preguntarnos entonces ¿de qué forma,  ahí, donde se desarrolló con mayor fuerza, y donde fue mayor la profundidad, y el impacto, de la rebelión democrática, impulsada por el movimiento de los “indignados”, el 15-M, en España, y los indignados de Plaza Sintagma en Atenas, se ha conseguido, dar continuidad a los procesos de autoinstitución explícita, lúcida, permanente  por parte de las poblaciones de las sociedades concernidas, aunque esta vez,  por una vía, la electoral, que fue tan criticada, en la medida en que se vinculaba,  a conocidas consignas, … “dicen que es democracia pero no los es”?

Para poner en perspectiva ese cambio, formulemos otra pregunta,  ¿es que  la pulsión libertaria, o autonomista,  (que evoca, entre nosotros,  al neozapatismo), de la movilización  social/política, con una  vena no institucional (alejada de la vía electoral), llegó a tocar techo y se agotó?   Salvo pequeñas victorias-, no han conseguido echar abajo las políticas de austeridad (neoliberales),  ni  con las movilizaciones de las mareas verdes y de las mareas blancas, en defensa de la educación y la sanidad públicas, y contra su privatización, respectivamente.

La alternativa ofrecida por Podemos (y en Grecia con SYRIZA), lograron conectar  con ese nuevo imaginario político democrático indignado abierto por el 15-M,  aunque no se trata de la única opción partidista que recogería los votos  del PP y PSOE.  Por el contrario, existe una gran complejidad, tanto en el “campo”  de los movimientos sociales y políticos no institucionales,  como también se registra una pluralidad –que crece rápidamente-, en las opciones político-electorales (el número de siglas sigue aumentando).

Aunque, en lo esencial, puede aplicarse la distinción clásica, tal vez,  sea igualmente   productivo  ir más allá de la diferenciación entre izquierda y derecha,  podríamos intentar situar otra línea,  con otras coordenadas, las de aquellos –más o menos amplios sectores de la población- que de manera (quizás aún virtual),  se encuentran abiertos para impulsar –participando de- un proceso de radicalización democrática y de transformación social,  y aquellos –más o menos amplios sectores sociales-  que se identificarían con el polo autoritario y xenófobo, con el odio a la democracia, encarnado en 1%, (Occupy Wall Street). Sin olvidar, por necesidad analítica,   las “condiciones objetivas”, daríamos entonces el mayor peso a una interpretación que da la máxima importancia a los elementos que (re)configuran los imaginarios sociales, existentes en ambos polos.

Por un lado, el imaginario social hegemónico -dominante-, ligado directamente, a nivel político,  al programa liberal, y a la  democracia representativa, anquilosada y caduca, que está demostrando -día tras día- no ser ya -para nada- una forma política adecuada  para gestionar un mundo que se nos está –literalmente-  cayendo a pedazos;  ella se ha convertido  por el contrario, en parte del problema y en una forma principal de bloqueo, que nos impide encontrar creativamente-  mejores  soluciones, para construir un mundo común. Debemos luchar para impedir que las fallas  y fracturas se encadenen, generalizando los escenarios terroríficos, que ya estamos  viviendo en muchos puntos del planeta, y que, son, si no conseguimos cambiar la hoja de ruta, el  “destino manifiesto” que nos abraza.

Por el otro lado, un nuevo imaginario social y político, el de la radicalización democrática, que permite e impulsa un nuevo contrato entre las poblaciones –ciudadanía incluida-, para superar las formas políticas que bloquean  la irrupción emergente -desde abajo- de nuevas formas de participación ciudadana en la toma de decisiones que afectan las vidas de todos y de todas.  Una democracia de tipo participativa/autonómica,  donde sea posible incursionar por las vías electorales, poniendo a prueba, desde el proceso mismo electoral  (y antes, al lado, o junto a éste) nuevas prácticas  y nuevas instituciones  capaces de   desatar  toda la creatividad de nuestras solidaridades imaginantes.

España y Grecia,  gracias a esa reinvención  de la democracia, puesta de golpe sobre la mesa por los movimientos indignados, continuada con  Podemos Y SYRIZA, dentro del nuevo ciclo de luchas mucho más diverso, múltiple, (que el evocado por estos dos únicos referentes)  se han convertido  en  laboratorios de una riqueza extraordinaria, sus propuestas y realizaciones nos interpelan a tod@s. Analizaremos sus principales aportaciones en el próximo texto. ■

 

Ver: http://podemos.info/

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