Con los fundamentos de las reformas a la Constitución, y el marco legal que sostendrá las reformas que este régimen ha operado y está implementando para abrir las puertas de par en par a los nuevos patrones, los consorcios internacionales, el marco social que envuelve este nuevo contexto de prioridades nacionales está en segundo término, inseguridad, precariedad laboral con ingresos miserables, un desastroso sistema educativo, y hasta la pérdida de la seguridad en la propiedad de sus tierras en el campo, junto con la amenaza de una elevación escandalosa de las tarifas eléctricas son la realidad cotidiana para los mexicanos, ¿qué está pasando?
Es significativo que esta semana que concluyó, el tema haya sido la aprobación en las cámaras de la figura de “Servidumbre” para las tierras donde empresas encuentren hidrocarburos y deseen perforar, un despojo a la gente que evita mencionarse o denominarse como tal o como “expropiación” (esto en la nueva moda del manejo semántico del lenguaje para evitar los nombres incorrectos), y la puesta en la mesa del retiro del “subsidio” a las tarifas de consumo eléctrico doméstico, lo que de aprobarse implicaría un demoledor incremento a su costo, lo que se viene a sumar a todos estos efectos negativos en contra de la inmensa mayoría de la sociedad provocados por las reformas salinistas–peñistas.
Ha sido gradual, pero claramente perceptible el deterioro en las condiciones de vida de la gente, a partir de que se implementó la Reforma Laboral, la práctica del outsourcing, la subcontratación o tercerización aprobada por la nueva ley federal del trabajo, aunada a las facilidades otorgadas para despedir gente de empresas, ha provocado que miles de trabajadores perdieran su trabajo ya, para ser sustituidos por personal contratado por personas ajenas, con salarios mínimos y prácticamente sin prestaciones, trabajando bajo contrato y sin posibilidad de generar derechos, caso en el que miles de personas ya han sido afectadas.
Posteriormente, la mal llamada Reforma Educativa, dado que fue la versión de la Reforma Laboral ejecutada en el sistema educativo, y que careció de cualquier sentido o referencia a la educación, también ha venido afectando al gremio, que ha quedado en calidad de simples obreros mal pagados, sin condiciones suficientes para otorgar una educación de calidad a los jóvenes y niños, afectando también a padres de familia, al institucionalizar el abandono a los planteles que viene realizando la Secretaría de Educación, redundando ello en bajar un escalón más en la calidad de vida de los mexicanos.
De la misma manera, no ha sido poca cosa el aumento gradual a los precios de combustibles de vehículos, que sin parar viene encareciendo todos los artículos de primera necesidad, la mítica canasta básica, inalcanzable para tres cuartos de la población mexicana desde hace una generación, y provocando que las pequeñas y medianas empresas enfrenten condiciones casi insalvables para su supervivencia, lo que sumado a la “reforma” hacendaria ha provocando también el cierre de infinidad de ellas, afectando nuevamente a una inmensa mayoría de la población, baste decir, que el transporte suburbano en Zacatecas, que circula de Fresnillo hacia la zona conurbada, subió de golpe de 34 pesos a 40, sin más explicación que la implementación del cobro del IVA al pasaje, con la consabida afectación a miles de estudiantes, trabajadores y la sociedad en general, que ven vaciados sus bolsillos con cada implementación de alguna “reforma”.
Y esa ha sido la ruta en cada aplicación de “reforma” de una u otra forma afectando a la gente, la reforma hacendaria, de telecomunicaciones, que abre la puerta a la invasión de la privacía, al espionaje abierto y a la intromisión de entidades de gobierno, corporaciones de seguridad, policías, a cuentas de Internet y telefonía, es decir, a cada paso que ha dado este régimen echando a andar cada reforma, ha sido afectado a la gente de algún modo, los mexicanos no estamos ganando nada con todo esto, y no vemos que en un futuro inmediato o lejano vayamos a ganar algo.
Por todo ello nos preguntamos: ¿Cuánto podremos aguantar los mexicanos? El coctel de inseguridad, pobreza y represión en el que ya vivimos está recrudeciendo sus condiciones, en tanto somos testigos que los nuevos dueños de nuestro país empezarán a tomar posesión de sus nuevos dominios y propiedades en lo que considerábamos nuestra tierra, nuestro país, ¿hacia donde vamos?
La respuesta es obvia, pero no queremos reconocerla, la soslayamos muchos mexicanos, vamos hacia un régimen totalitario, hacia una pérdida de soberanía, donde conservaremos el nombre de país, pero en la práctica no seremos dueños de nada, sólo podremos ser obreros trabajando para algún personaje o empresa de nombre difícil de pronunciar venido de cualquier parte del mundo, en condiciones precarias, sin un futuro claro y en riesgo de ser despedidos en cualquier momento, sólo una pequeña elite será privilegiada con dinero y educación, asociados con los nuevos dueños del país, todo ello ante el pasmo de los mexicanos que aún no quieren ver la realidad.
Por ello, estamos haciendo conciencia, desde Movimiento Ciudadano creemos en nuestra gente, tenemos fe en un futuro mejor, en un futuro que está en las manos de la sociedad, y creemos que ésta reaccionará para bien de todos, estamos trabajando para que la sociedad haga conciencia; Mexico tiene su futuro en sus manos, no una camarilla de poder que cree tener el control, por ese motivo hemos venido apelando a la reflexión, el PRI y el PAN, junto con sus partidos satélites están vendiendo los recursos y las riquezas de nuestra nación, y tenemos en nuestra decisión, en nuestra voluntad soberana, en nuestra capacidad de encauzar nuestro rumbo el poder de cambiar esto. Y de la mano, sociedad y Movimiento Ciudadano podremos lograrlo, creando de este modo un mejor futuro para todos y para nuestros hijos. ■
*Coordinador de la Comisión Operativa de
Movimiento Ciudadano en Zacatecas
