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jueves, 28 marzo, 2024
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SOS Palestina

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Por: IVÁN ALEJANDRO ISTLAHUACA CARLOS •

Los palestinos son un grupo étnico que comparte el  territorio de Israel con el pueblo judío; ambos reivindican la propiedad natural de la tierra que habitan así como la preservación de sus costumbres, tradiciones y cultura, además de que, tanto judíos como palestinos, señalan haber sido los primeros habitantes de ese lugar. A lo largo de la historia, pero particularmente, en las últimas décadas del siglo 20, los gobernantes de Israel han sojuzgado, humillado y degradado a su mínima expresión a la comunidad palestina, que se resiste a ser exterminada por el ejército de ese país, que algunos llaman “tierra santa”.

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Después de la Segunda Guerra Mundial, los judíos, quienes figuraron en ese terrible conflicto como mártires y perseguidos, decidieron darle vuelta a la moneda de la historia, y tomar el papel de victimarios del pueblo palestino. El mundo entero condenó el exterminio hitleriano en contra de la raza judía, y hoy, son estos últimos los que han adoptado técnicas de exterminio y segregación de las cuales el führer estaría completamente sorprendido y orgulloso. ¡Valla  vueltas que da la vida!

En las últimas semanas el mundo entero ha sido testigo de una nueva oleada de ataques a los barrios y suburbios donde habitan personas de origen palestino, particularmente en la franja de Gaza, pequeño territorio de escasos kilómetros cuadrados, (donde habita la mayoría de ellos) de los que Israel se quiere adueñar a costa del exterminio de un pueblo entero. Para las conciencias dignas de aquellos que no comprenden lo inhumano y lo desventajoso del conflicto en medio oriente, resulta indignante ver cómo el gobierno de Jerusalén bombardea sin piedad ni discriminación a hospitales, escuelas y edificios habitacionales para asesinar a la población civil, violando cualquier convenio o pacto de guerra internacional; cometiendo crímenes de lesa humanidad.

El conflicto entre israelíes y palestinos se torna abismalmente desigual ya que estos últimos no cuentan con un ejército convencional, armamento de guerra, fuerza aérea y mucho menos equipo de aviación para encabezar su propia defensa; en contraste, el ejército de Israel se encuentra entre los 5 más poderosos del mundo; algo así como David contra Goliat, lo cual constituye un claro genocidio, más aun si a ello le agregamos que el ejército israelí cuenta con el apoyo tecnológico, estratégico, armamentista y moral de los Estados Unidos de América, quienes han hecho de la guerra su principal modus vivendi y a lo largo de la historia se han caracterizado por ser  promotores de las peores causas.

La desesperación de no contar con métodos convencionales y eficaces de defensa, ha orillado a los palestinos a echar mano de lo poco que pueden disponer, para fabricar artefactos caseros y proyectiles rudimentarios de triste alcance, para defenderse del gigante sionista que amenaza con borrarlos del mapa. Dichos actos de agónica defensa, han sido bautizados mañosamente como atentados terroristas por la opinión pública internacional y los gobiernos promotores de la guerra y serviles al imperio norteamericano.  Al calificar esas acciones como terrorismo, pretenden confundir al mundo entero y con ello recibir el aval de exterminar sin piedad a los “malvados terroristas palestinos”.

Ante tal atropello, la comunidad internacional, en su mayoría, permanece callada e indiferente al sufrimiento de cientos de miles de palestinos que son culpables del grave delito de no resignarse a ser despojados de la tierra que han habitado desde hace varios miles de años. Niños mutilados, mujeres sepultadas bajo toneladas de escombros, ancianos y hombres ferozmente asesinados y calcinados por las bombas expansivas, todo ello ocurre bajo la complicidad de muchos países, que en otros conflictos y a sus conveniencias han actuado como gendarmes de la democracia, la tolerancia y defensores de los derechos humanos.

Los gobiernos y personajes públicos, que han denostado y criticado ferozmente las “malignas dictaduras” existentes en Cuba y Venezuela, que han pedido que cese la persecución de los supuestos “opositores” cubanos y venezolanos, hoy permanecen calladitos, totalmente serviles y dispuestos a reproducir la mentira de que Israel ataca a Palestina porque está luchando contra el terrorismo y por la seguridad de un pueblo con el cual la humanidad está en deuda por el sufrimiento que les hicieron vivir los nazis en el siglo pasado.

Sólo unos cuantos gobiernos y personajes dignos han levantado enérgicamente su voz para condenar esos actos genocidas y exigir el cese inmediato y duradero de los bombardeos al territorio de Gaza. Con esos pronunciamientos queda más que demostrado quiénes son los promotores de la vida y los derechos humanos, y quiénes son los asesinos del mundo; aunque tengan los medios de comunicación a su servicio, más temprano que tarde serán desenmascarados.

Vaya desde aquí un saludo solidario al pueblo de Palestina, que ha resistido estoicamente la constante embestida de los profetas de la muerte.

¡Unidos y organizados venceremos! ■

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