13 C
Zacatecas
viernes, 19 abril, 2024
spot_img

Últimas noticias sobre la desigualdad

Más Leídas

- Publicidad -

Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO •

Entre otras muchas cosas, en su último libro Una crisis seria nunca se debe desperdiciar: cómo el neoliberalismo sobrevivió al colapso financiero (Never Let a Serious Crisis Go to Waste:How Neoliberalim Survived the Financial Meltdown. Verso, Londres, 2013) el historiador del pensamiento económico, Philip Morowski, pretende explicarnos cómo es que después de la crisis financiera que comenzó en 2007 en Estados Unidos la derecha norteamericana y su marco de pensamiento neoliberal emergieron más fuertes políticamente, e incluso más creíbles. Mirowski sostiene que esa nueva credibilidad es el  resultado de un drástico fallo de la imaginación económica de izquierda, que ha caído en la trampa conceptual de la dicotomía “desregulación/re-regulación” que lleva a otras dicotomías como: “libre mercado/gobierno”, “planeación/espontaneidad” que, según él, empotran el incoherente credo neoliberal a nivel subconsciente. El credo neoliberal no es coherente, sino oportunista, puede predicar un día el libre mercado y al siguiente el crecimiento del Estado-Nación.

- Publicidad -

El intento de Mirowski es superar esas dicotomías porque, para él como para cualquier izquierdista consciente, no hay recetas para superar las crisis, lo que ocurrió ayer es diferente de lo que acontece hoy debido a las constantemente cambiantes condiciones sociales, las que de inmediato vuelven obsoleta cualquier política basada en el puro automatismo. Los automatismos son más propios de la derecha, que en su pensamiento suele abolir el tiempo y dejarse llevar por la corriente, porque, de alguna u otra manera que es mejor que permanezca inexplicable, ganará. En sus reseñas del libro de Thomas Piketty –Le capital au XXI e siècle, Seuil, París, 2013-, aparecidas en el diario Reforma y disponibles en su blog, Roger Bartra ha insistido en que la izquierda en general, y la mexicana en particular, debe ser capaz de fundamentar con solidez su ideas porque no tiene el viento a favor, al contrario, todo parece conspirar para volver inviables sus programas. Lo que comenta Mirowski sobre el triunfo del pensamiento neoliberal a pesar de una crisis que debió invalidarlo es prueba de ello.

Según la lectura de Bartra, en el libro de Piketty se muestra que la dinámica del capitalismo incluye una tendencia a la generación continua y sostenida de desigualdad, siendo el principal factor la heredabilidad del patrimonio y la capacidad de las grandes corporaciones de determinar el nivel de ingreso de sus cuadros dirigentes. Una crítica hacia las tesis de Piketty, principalmente hacia su aserto de que los Estados Unidos de América son, ya, una sociedad más desigual que muchas naciones subdesarrolladas ha sido hecha por James K. Galbraith, en las páginas del número de la primavera de 2014 de Dissent, manifestando un rotundo desacuerdo: los Estados Unidos no son tan desiguales. No fue Piketty, sin embargo, el primero en afirmar que los Estados Unidos son un país desigual. En su libro Wealth and Power in America, Praeger, 1962, Gabriel Kolko había afirmado que la distribución del ingreso en los Estados Unidos no mejoraría con el tiempo, como se asumía entonces, sino que empeoraría. No interesan las prioridades, sino las tesis: en el capitalismo se manifiesta una tendencia a la desigualdad principalmente por la acumulación patrimonial y el poder de asignación de grandes ganancias a los cuadros dirigentes. Si las condiciones enunciadas son suficientes para la generación de una tendencia a la desigualdad, podemos especular sobre la manera en que se manifiesta esa tendencia en la sociedad.

En particular pensemos en la UAZ. Se ha denunciado ya en la prensa que algunos magistrados del Poder Judicial, tanto a nivel federal como local, gozan de privilegios legalmente establecidos, pero quizás moralmente cuestionables. No son los únicos. En la UAZ subsisten, bajo las mismas cubiertas del Contrato Colectivo, tres diferentes contratos. El primero de ellos es el que otorga a quienes lo gozan de la flexibilidad para jubilarse tanto en el ISSSTE como en la UAZ, y algunos han decidido jubilarse en el ISSSTE, pero no en la UAZ. Es cierto que el gasto no es tan oneroso como en el Poder Judicial, pero aún así es lo suficientemente oneroso como para generar pasivos laborales que han permitido, a quienes gozan de ese contrato, “sustituir sus prestaciones” recibiendo un buena cantidad de dinero por ellas sin la obligación de jubilarse.

Ahora bien, si se realizara un estudio sobre el parentesco entre los agremiados al Spauaz se descubriría que existen líneas familiares muy extendidas, que adquieren relevancia política por el número de votos que manejan, por lo que en definitiva podrían aparecer dos fenómenos: la heredabilidad de las plazas (de padres a hijos) y la capacidad de ocupar puestos políticos desde los cuales se puede determinar, gracias a las facultades que se otorgan al rector y al Consejo Universitario en la Ley Orgánica, el nivel de participación en el presupuesto universitario –ordinario y extraordinario-. El escenario reúne las condiciones para que se genere una tendencia a la desigualdad que a ningún universitario de izquierda le puede parecer correcto. Si en efecto están reunidas las condiciones para que esto ocurra es algo que únicamente la investigación podría respondernos. ■

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -