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jueves, 18 abril, 2024
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Las paradojas de las reformas educativas

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

El sistema educativo mexicano históricamente se ha caracterizado por lanzar las campanas al vuelo adoptando posturas triunfalistas, un alumno de entre millones de ellos se va de concurso académico al extranjero y gana primeros lugares; esto hace decir que México en materia educativa va a la vanguardia científica y tecnológica; los “triunfos” son atribuibles a las reformas educativas implementadas; ésta es una de las más grandes paradojas de nuestro sistema educativo, hacer sentir que las reformas redimirán a dicho sistema –primera paradoja-.

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En términos de Olac Fuentes Molinar (21 de junio de 2014), “La mala calidad educativa que padece México es producto de la pobreza de los sectores más desfavorecidos, así como de las pésimas condiciones en las que se encuentran las escuelas y en la sobrecarga de contenidos que tiene el currículo nacional” –segunda paradoja-.

Los innumerables acuerdos secretariales que normativamente dictan perfiles, indicadores y algo más, dan trato igual a planteles educativos que son desiguales, generando así una desigualdad institucional –tercera paradoja-.

Con las reformas educativas se hace suponer que la condición laboral de los profesionales de la  docencia mejorará, contraviniendo los fundamentos filosóficos de los modelos curriculares; ponen la vocación en nómina –cuarta paradoja-.

Estamos frente a reformas educativas que no han promovido transformaciones, solamente cambios; si se considera a la actividad académica como fundamental en los centros educativos, los maestros son informados de las nuevas modalidades curriculares, se les dice cuáles serán las normas bajo las cuales deben “operar” los modelos, y en el mejor de los casos, se les instruye   para que entiendan la finalidad de dicho modelo; no se les actualiza, solamente se les capacita –quinta paradoja-.

Institucionalmente hablando, se contravienen postulados establecidos en los proyectos de igual naturaleza –institucionales-, los modelos curriculares actuales se centran en el desarrollo de competencias, consideradas estas como el fin último del modelo, el no cumplimiento con la normativa curricular reside en que los maestros les enseñan a los alumnos, les quitan la posibilidad de que estos aprendan por sí solos, califican los saberes como consecuencia del adiestramiento de la memoria y no evalúan los aprendizajes desde una perspectiva formativa; lo que es peor, una gran cantidad de docentes no diseñan instrumentos para evaluar las competencias que el modelo curricular establece –sexta paradoja-.

Las reformas educativas que se implementan son consecuencia de análisis de postulados teóricos llamados “de vanguardia”, se diseñan tras un escritorio  los documentos normativos e idean a docentes versátiles y escuelas con infraestructura y equipamiento óptimos. En consecuencia, establecen programas de “Capacitación” de docentes de manera tal que sólo se les instruye para que éstos se formateen –séptima paradoja-.

Ante estas y otras paradojas más, me surge una pregunta: ¿por qué fracasan las reformas educativas?; al respecto, y como una forma de justificar tal interrogante, enlistaré algunos de los motivos que ocasionan este mal:

Por la ausencia de un diagnóstico profundo de la realidad educativa; no existe un estudio que soporte las necesidades educativas tanto de docentes como de alumnos, en consecuencia, se piensa por los centros educativos y no con ellos. Esto quiere decir que no es apreciada la cultura de los centros educativos ni de los sujetos que en ellos interactúan.

No hay claridad en cuanto al financiamiento que designan a tales reformas; al no haber una ley que regule la designación presupuestal, los recursos económicos designados casi siempre son insuficientes.

Las reformas educativas son consecuencia de políticas educativas partidistas; se establecen reformas que son consecuencia de cambio de partidos políticos que gobiernan. Esto genera desconcierto, burocracia y malestar.

La formación y actualización inadecuada del profesorado; ordinariamente las instituciones educativas suelen someter a los docentes a esquemas rígido de capacitación, coartándoles toda posibilidad de que estos se conviertan en interventores de su propia práctica pedagógica.

Problemas en la aplicación de las reformas; consecuencia de la implementación de leyes y normativas que diluyen la intencionalidad curricular.

Ante este gran número de problemáticas en torno a lo que son las reformas educativas, es necesario que se generen en el seno de las instituciones y centros educativos debates acerca de cuál es el rumbo que se requiere para que estas reformas sean instituidas y favorezcan el crecimiento no tan sólo institucional, sino también social.

 

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