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sábado, 20 abril, 2024
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La Batalla de Zacatecas hoy contra la pobreza, el hambre, la corrupción y la impunidad

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Por: RODOLFO GARCÍA ZAMORA • Araceli Rodarte •

En los últimos cuarenta años los diferentes gobiernos en Zacatecas, incluido el actual, se han limitado a administrar la marginación, la pobreza, el atraso económico y social. Función que fue ayudada por los impactos positivos de la migración internacional y las remesas hasta la irrupción de la profunda crisis norteamericana del 2008-2014 que afecta profundamente a la economía estatal por su dependencia de las remesas de aquel país y cuestiona la incapacidad técnica y profesional de los diferentes gobiernos para establecer verdaderas políticas públicas de desarrollo regional y sectorial como motor del crecimiento económico y bienestar social en la entidad.

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Los indicadores económicos y sociales  del estado son contundentes para reflejar la situación del “desarrollo del subdesarrollo” en Zacatecas y los riesgos de eternizar el desempleo, la pobreza y el hambre como rasgos estructurales de la entidad, si no hay un cambio radical en la profesionalización de los funcionarios públicos y el establecimientos de verdaderas políticas públicas de Estado de desarrollo económico y seguridad humana:

1. Zacatecas, como hace 460 años y como hace cien, sigue exportando minerales y fuerza de trabajo, consolidando su perfil como economía extractivista primitiva, con enormes costos sociales  ambientales y demográficos. Las corporaciones mineras se han llevado en los últimos cinco años más de 4.5 mil millones de dólares dejando al estado 0.04% y enormes e irreversibles daños ambientales, la exclusión y desplazamiento de varias comunidades. A nivel migratorio, Zacatecas tiene la mayor intensidad migratoria del país, hasta 2007 sufría el despoblamiento en 70% de los municipios, con el abandono anual de 30 mil personas (50% a Estados Unidos) y pese a la crisis en Estados Unidos, las remesas anuales en los últimos tres años han rebasado los 600 millones de dólares (8% del Producto Interno Bruto) 25% del presupuesto estatal.

2. Con una población estatal de un millón 490 mil habitantes, según Coneval (2011) 60.2% se encuentra en situación de pobreza y 24.8% está en situación de pobreza alimentaria, esto es, 900 mil pobres y 300 mil pobres con hambre crónica.

3. En el estado hay 500 mil analfabetas funcionales y 700 mil personas que no tienen estudios secundarios.

4. Un aporte al PIB nacional que en 40 años no ha rebasado 0.9%

5. La terciarización del PIB estatal, 49.6%(Inegi, 2011), frente a caída del campo de 14% en 2000 a 8.9% en 2010; aumento en la industria de 22 a 41% por auge de la gran minería de 4.8% a 21.9% del sector.

6. La terciarización de la población económicamente activa (PEA) con 326 mil empleos en ese sector, 121 mil en la industria y 148 mil en el sector agropecuario.

7. Precarización laboral. 34.4% de la PEA son trabajadores no remunerados y 43.5% ganan hasta dos salarios mínimos. 79% de los trabajadores no perciben ingresos o se trata de ingresos miserables. 45.6% no tienen prestaciones sociales. A esto hay que añadir 2500 trabajadores precarios del Sector Salud.

8. Existencia de 130 mil Ninis, jóvenes que no estudian ni trabajan.

9. Un déficit acumulado de 210 mil empleos, incluidos los 50 mil migrantes retornados en los últimos cinco años, para los cuales no existen ningún programa  de apoyo para la reinserción de ellos y sus familias.

10. Ausencia de políticas sistemáticas e integrales de desarrollo regional y sectorial.

En el marco anterior, Miguel Alonso inicia su gestión gubernamental con un equipo de colaboradores sin perfil técnico, ni experiencia profesional en la administración pública para la promoción del desarrollo económico y social del estado. Limitación que se evidencia en la compra de un plan estatal de desarrollo con los principios genéricos de un “Zacatecas moderno, productivo, justo, seguro y unido”, aplicable a cualquier parte del mundo, pero, ajeno totalmente a los problemas estructurales de nuestro estado. Con ese documento ajeno a la realidad estatal y retomando las tres mentiras de la modernización del gobierno priísta (1982 el neoliberalismo, 1994 el TLC, 2012 las privatizaciones de la energía como panacea, desmentidas por el estancamiento y la existencia de 56 millones de pobres) el gobierno actual plantea que el cluster minero, la maquila automotriz y el turismo serán los ejes de la modernización económica del estado, mostrando una enorme ignorancia de la economía mundial, del fracaso económico nacional, del fracaso de las maquiladoras automotrices en el norte de México como opción del desarrollo y de la minería con 460 años destruyendo la naturaleza y las comunidades sin generar desarrollo ni en Zacatecas, ni en América del Sur, ni en ninguna parte del mundo.

Ante la ignorancia de la historia del desarrollo económico mundial, de las políticas de industrialización en México y América Latina, de forma ilusoria se gastan 800 millones de pesos para construir un gasoducto al servicio de la transnacional Corona, ignorando la crisis mundial de la economía y de la industria, pensando que con ello llegarán muchas maquiladoras automotrices para que Zacatecas se especialice como maquiladora de la industria automotriz de Aguascalientes y el Bajío. Hay que resaltar que la instalación autoritaria del gasoducto, obra principal del actual sexenio según su narrativa, se impuso por el centro de la ciudad sin garantías de calidad, ni de seguridad, con enormes riesgos de desastre en la población como en Guadalajara o San Juanico, por la evidente negligencia técnica y reiterada incapacidad de Sinfra en las obras de puentes, libramientos, plazas, la Catedral, etc. Alonso y su equipo serán los responsables de cualquier consecuencia que sufra la población por ese negocio.

Luego de tres años y medio el gobierno de Alonso se caracteriza, entre otros, por los siguientes rasgos:

Ignorancia e ineptitud de su equipo de gobierno, que como los gobernantes anteriores sólo administra mal los programas federales. Como lo evidencia el regreso de más de 500 millones de pesos a la Federación en 2013, las denuncias de un mercado negro de contratos, subcontratos y pagos duplicados y triplicados en Sinfra a contratistas allegados; incapacidad técnica y malos manejos en Servicios Coordinados de Salud, Desarrollo Social, Secretaría de Educación, Secretaría Administrativa, Secretaría de Finanzas, y en general, toda la administración actual.

El endeudamiento por 5 381 millones al estado de Zacatecas para los siguientes 20 años sin ninguna propuesta sería de desarrollo económico y social.

El manejo de un presupuesto de más de 70 mil millones de pesos sin ningún control, ni fiscalización seria del Congreso estatal. La denuncia judicial y pública de corrupción entre el gobierno de Alonso y la Legislatura anterior para aprobar la cuenta pública. Archivada por la Procuraduría de Justicia estatal muestran la impunidad en el uso arbitrario de los recursos públicos.

Ausencia de políticas de desarrollo económico regional y sectorial, por ignorancia, incapacidad y según la narrativa oficial porque no hay dinero.

La exclusión de apoyos a las micro, pequeñas y medianas empresas estatales por el espejismo de atraer maquiladoras asiáticas a toda costa como clave del desarrollo. A las cuáles se les dan todos los apoyos que se les niegan a las empresas locales.

Ausencia de políticas de erradicación de la pobreza, por ignorancia, incapacidad y porque dicen no hay dinero.

Un gasto público constante y creciente en festivales, carnavales y circo como forma de promoción de la imagen del ciudadano Alonso. Al pueblo MAR y circo. Circo sin pan. El carnaval como forma de gobernar. Boato y derroche permanente. Con un comportamiento bipolar: como reyecito, ignorante, caprichoso y autoritario ante los zacatecanos en Zacatecas y Estados Unidos y como lacayo de la Corona, las corporaciones mineras, las maquiladoras automotrices y ahora de la mafia del futbol, a la cual subsidiará con 300 millones de pesos a los negocios de Slim mientras el deporte en el estado es un desastre.

Bajo la forma anterior de gobernar de Miguel Alonso emerge el derroche de 400 millones de pesos para “festejar” los cien años de la Batalla de Zacatecas este año con festivales, desfiles, bodrios artísticos, obras fantasmas, la carísima  parodia de esa batalla con 2500 miembros del ejército mexicano envilecidos como bufones del circo de Alonso, muchos contratos de nula utilidad pública para amigos y allegados, la rapiña y corrupción institucional descarada.

Si en Zacatecas hubiera un gobierno capaz, honesto y responsable hubiera reconocido que la obligación de todo gobierno serio es combatir la pobreza, el hambre, el desempleo y la desigualdad y que no se pueden derrochar criminalmente 400 millones de pesos en carnavales y circos como los que padecemos en las últimas semanas, cuando existen en el estado 900 mil pobres, 300 mil hambrientos y 130 mil Ninis. Sólo la ignorancia, la ineptitud y la rapacidad explican el comportamiento del gobierno de Alonso. Quién repite la actuación de Peña Nieto, quién gastará 4800 millones de pesos en la compra del nuevo avión presidencial, frente a la existencia de 56 millones de mexicanos pobres.

¿Cuáles han sido los costos del derroche de los más de 400 millones de pesos?

Se dejaron de generar 5 mil empleos.

Se dejaron de construir 2, 500 viviendas populares.

No se estableció el Programa Hambre Cero para erradicar esa pobreza en la entidad que se propuso en el Congreso estatal al final de 2013.

No se equiparon los Hospitales de Cancerología y el ex Hospital General.

No se resolvió el problema del agua en las colonias de Zacatecas y Guadalupe.

No se resolvió el desabasto en todas las instituciones de salud del estado.

No se reconstruyó 40% de las escuelas en el estado.

No se construyó la Ciudad de la Ciencia y el Sistema Estatal de Ciencia y  Tecnología.

La Batalla por Zacatecas hoy es contra la pobreza, contra el hambre, la desigualdad, la ineptitud, la corrupción y la impunidad del gobierno de Alonso (y de Peña Nieto). La realidad de la pobreza, la desigualdad y la tragedia nacional de violencias e inseguridad ha refutado los mitos modernizadores en México y Zacatecas durante 32 años, 56 millones y 900 mil pobres lo evidencian respectivamente. Urge otro tipo de partidos, de Congresos, de gobiernos, un nuevo tipo de políticas públicas de desarrollo y seguridad humana. El desarrollo económico y social no pueden crearlo políticos ignorantes (que no han leído tres libros en su vida), ineptos y corruptos. Tampoco lo pueden hacer las maquiladoras, ni las mineras depredadoras, se trata de un proceso de construcción social que requiere cohesión institucional y con la población. No puede haber desarrollo con una mayoría de pobres y hambrientos. Se requiere una estrategia de aprendizaje de largo plazo basada en bienestar, el mercado interno, empleos e ingresos suficientes, educación, cultura, deporte y sustentabilidad. Esto sólo se puede hacer con una revolución ciudadana pacifica, con la participación permanente y creciente de la población en todos los espacios públicos. Hoy que el partido oficial y sus aliados terminan de desmantelar la Constitución para entregar todo el territorio nacional, la energía y sus recursos naturales a las grandes corporaciones de México y del extranjero urge la batalla por el México de 99% excluido durante 32 años. Un México independiente, dueño de su territorio, de sus recursos, de su riqueza y su futuro. Para ello la sociedad civil deberá de recuperar  los partidos políticos, los Congresos, los gobiernos municipales, estatales y federal como instituciones públicas e instrumentos del bien común y no como fuente de corrupción, rapiña y entrega del país al extranjero,  como lo hace actualmente el porfirismo priísta del siglo 21.

“Villa: regresa pronto, aunque sea de Cabo”. n

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