■ Los creadores forman parte del grupo de directores dos veces premiados con la Palma de Oro
■ La idea del filme nació en la crisis económica y social en la que se encuentra Europa
Los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne son veteranos ya en el Festival de Cannes y forman parte del grupo restringido de realizadores dos veces galardonados con la Palma de Oro –con Rosetta, en 1999, y L’Enfant en 2005–, además de llevarse el Premio del Guión (Le silence de Lorna, 2008) y el Gran Premio (Le gamin au vélo, 2011).
Esta vez regresan al festival, de nuevo en competición por la Palma de Oro, con el drama social Deux jours, une nuit (Dos días, una noche) que narra, en 95 minutos, el periplo físico e intelectual de una joven madre de familia de clase media, Sandra (Marion Cotillard), que trata de convencer durante un fin de semana, con el fin de conservar su trabajo, a sus 16 colegas de trabajo para que reconsideren su voto y renuncien a su prima.
Para ello, cuenta con la ayuda y el apoyo inestimable de su marido Manu (Fabrizio Rongione), figura clave en la evolución del personaje femenino, que le transmite constantemente fuerza, valentía, entusiasmo, valores positivos para seguir luchando por su trabajo, por la felicidad, por la vida.
Durante dos días, Sandra recorrerá toda la ciudad para hablar con cada uno de sus compañeros e intentar hacerles ver que necesita ese trabajo, tanto económicamente como personalmente.
Esta sucesión de escenas con los diferentes trabajadores permite ver la situación familiar y económica de cada uno de ellos y tratar de entender los motivos–si es que pueden existir éstos– que les llevaron a votar por la prima en la primera ronda.
Sandra no se presenta como una víctima que denuncia a los colegas que votaron contra ella; al contrario, se muestra comprensible en todo momento y empática hacia todas esas familias para las cuales esta cantidad extra de dinero no representa ningún lujo. Ella entiende que cada uno de ellos lo necesita para pagar el alquiler, las facturas, los colegios de los niños, etc., su propia forma de actuar la divide moralmente, sintiéndose a la vez mendiga y chantajista, y se va hundiendo cada vez más en un estado de depresión que la conduce a la anonadación.
La idea del filme nació en la crisis económica y social en la que se encuentra sumergida Europa actualmente y en el contexto del mundo del trabajo despiadado en el que “priman la obsesión por los resultados y la competencia directa entre los asalariados”, comentaron los hermanos Dardenne en la conferencia de prensa posterior a la proyección de la cinta.
En un mundo basado en el capitalismo liberal, en que los hombres están en competencia y rivalidad permanentes, esta película, “aunque no juzgue a ningún personaje”, cuestiona directamente al espectador y lo lleva a reflexionar de manera inevitable sobre la falta de solidaridad, el comportamiento individualista de la sociedad y en su propio comportamiento si se encontrara en una situación similar: ¿qué haríamos si estuviéramos en el lugar de cada uno de estos trabajadores?
Deux jours, une nuit, estelarizado por dos actores que han estado ya en Cannes cinco veces cada uno por sus trabajos anteriores, se llevó una larga ovación. ¿Conseguirán llevarse la tercera Palma de Oro los hermanos Dardenne?
