Durante las últimas semanas han ocurrido en Zacatecas diversos eventos que reflejan una realidad preocupante: la élite del poder está dando muestras fehacientes y reiteradas de incompetencia e irresponsabilidad. Podemos encontrar esas muestras en distintos ámbitos, en el de los poderes del estado, en el de los ayuntamientos, en la Universidad y el sistema educativo en su conjunto, en el de la actividad económica, en el de la cultura, etcétera. Y lo peor es que dicha élite del poder no se hace cargo de su propia circunstancia, incapacitándose para poner remedio, para adoptar medidas dirigidas a superar esas deficiencias.
Un primer ejemplo de lo referido se muestra en la irrelevancia de la última visita del presidente Peña Nieto y de otros servidores públicos federales, como la secretaria de Salud y el secretario de Economía. La agenda tan limitada de las visitas y la irrelevancia de los compromisos anunciados contrastan con las enormes dimensiones de los problemas de la entidad. En su visita, lo único que entregó Enrique Peña fue un tramo pequeño de la autopista Jerez-Guadalajara, lo que habla de que no se han realizado inversiones importantes del Gobierno Federal y, lo más preocupante, no se anunció ninguna. Tal vez a eso se debe el despliegue de propaganda gubernamental en la construcción del gasoducto, que estrictamente hablando no es una obra pública, sino privada.
En la visita presidencial estuvieron ausentes los agudizados problemas del campo, especialmente de los productores de frijol; hasta ahora, el presidente sólo se ha comprometido con los concesionarios de pozos en un programa de modernización de los equipos, que avanza lentamente porque los posibles beneficiarios están descapitalizados; para los productores temporaleros, que son la mayoría, no hay nada. Lo mismo se puede decir de la visita de la secretaria de Salud, que solo llegó a la inauguración del Festival Cultural y no hubo capacidad para comprometerla a solucionar las graves deficiencias del sistema de salud y seguridad social en su conjunto: deficiente abasto de medicamentos y materiales de curación, sobrecarga de trabajo del personal y el preocupante incremento de la precarización laboral. De la visita del secretario de Economía sólo se derivó una ridícula aportación para el embrujado parque industrial para las Pymes, y ni siquiera hubo el mínimo reclamo por el bloqueo de la gestión de los proyectos productivos presentados por diversas cámaras empresariales.
En el Poder Legislativo no terminan por admitir que derrochan los recursos públicos en acciones clientelares, descuidando su obligación de legislar con agilidad y calidad; en lugar de admitir que deben reforzar el área de asesoría, especialmente en derecho constitucional y parlamentario, se atreven a descalificar las sentencias de los órganos jurisdiccionales que atienden las demandas que los zacatecanos les presentan; además, los diputados tampoco aceptan que están legislando a espaldas de la población y, para colmo, generando leyes deficientes y contrarias al interés general, como lo demuestra el caso de la ley en materia educativa; tampoco han abordado con atingencia la urgencia en poner límites a los ingresos de los servidores públicos, empezando por ellos mismos.
