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jueves, 28 marzo, 2024
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Preguntas en torno al tema del hambre en Zacatecas

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS • Admin •

Se ha reconocido la existencia de personas con hambre en México, y sin negar que eso ya por sí mismo es un avance, porque para resolver un problema debemos primero reconocerlo, sin embargo, como el reconocimiento es por parte del propio Estado, debería acompañarse de estrategias para acabar con este lacerante problema. En otras palabras, reconocer el hambre, implica decidirse a acabar con la pobreza extrema en el país en los próximos años.Se nos dice que el tamaño del problema es de 7.4 millones de personas cuyos ingresos no alcanzan para adquirir los alimentos necesarios para vivir sanas, lo que significa que en México el Estado no garantiza ni los mínimos de justicia; además de que es el mismo país que ha permitido el encumbramiento de varios de los hombres más ricos del mundo.

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Esta sola cifra descalifica todas las políticas sociales en la historia reciente en México: ¿cómo es que después de 97 años de post-revolución no se ha podido acabar (ya no con la pobreza sino) con el hambre? Mientras existan personas con hambre, el propio Estado queda descalificado ya que no ha cumplido con el mínimo esperado. Y más cuando estamos en un país con diversidad natural y recursos naturales suficientes, y con las personas capacitadas para hacer verdad la siguiente afirmación: es técnicamente posible erradicar el hambre en México, e incluso la pobreza en todos sus niveles. Y si esto es así, se impone con toda crudeza la incapacidad de quienes han detentado el poder del Estado para llevar esta posibilidad técnica a la realidad efectiva. La política es el arte de hacer posible las cosas, luego entonces una élite política que no hace posible lo mínimo, es absolutamente mediocre. Por tanto, la existencia de hambre en esta patria, descalifica radicalmente a toda su clase política y a su sociedad civil. Califica a toda la nación como injusta y mediocre.

Por ello es tan importante que los planes para eliminar el hambre tengan éxito, pues hasta ahora no hemos pasado de simulaciones que debemos evitar evaluando las acciones, no los discursos, con toda crudeza: ¿realmente son acciones que ayudan a eliminar la pobreza alimentaria? ¿En verdad las acciones que emprenden los gobiernos municipales generan la capacidad propia de las personas de adquirir sus alimentos?

Los esquemas de soberanía alimentaria ayudan a que los alimentos sean más accesibles para todas las personas, la participación social hace efectivas las acciones, y la intersectorialidad permite la unidad esencial de esfuerzos; estos tres componentes son anunciados como ejes de trabajo en la Cruzada contra el Hambre: pero en realidad ¿están integrados en los proyectos municipales de combate a la pobreza extrema? El problema del hambre es muy serio para usarlo en proyectos de ornato de figuras políticas.

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