La Revoltosa

Con la captura de un personaje que domina gran parte de la industria del narcotráfico en el país y las redes internacionales del crimen organizado, se ha hecho ataques masivos de información, con el fin de disminuir el grado de odio hacia régimen nacional, pues muchos supondrán que por fin se hizo responsable el estado de un hombre al cual su ausencia no implica un golpe grave a una industria con muchos trabajadores dispuestos a dar su vida por ella. No importa donde aparezca la noticia siempre será con un grado excepcional de intriga, muchos se preguntarán por días. ¿Será real está detención? ¿Quién será su sucesor? A pesar de todo esto se debe abrir el debate social para definir cuáles y cómo corregir los errores del sistema, más allá de distintos lenguajes e ideologías presentes. Nosotros, el pueblo, carecemos de malas intenciones pues queremos la paz y la tranquilidad, jamás se podrá hacer un consenso democrático real, si no se abre este debate el cual es crucial para el futuro no sólo del país sino de la lucha subversiva.
Con la captura del principal capo mexicano del narcotráfico se ha intensificado el bombardeo mediático, que repentinamente realza el desempeño del gobierno mexicano en una guerra absurda donde el principal promotor es EUA, quien al mismo tiempo resulta el gran ganó a través de la venta de armas para ambos bandos (Plan Mérida, Operación Rápido y Furioso). Tras el arresto del Joaquín El Chapo Guzmán en Mazatlán el pasado 22 de febrero, cabe preguntarnos si las acciones llevadas a cabo son parte de una estrategia con fondo o parte de la simulación que prevalece en el país. Los comentarios son variados y las respuestas pocas o nulas, todo esto dentro de un circo mediático que preparará el Estado a través de los medios de comunicación cooptados por el régimen.
Ante todo esto quedará fuera de la discusión temas de suma importancia como la intentona de golpe de Estado que se realiza en Venezuela, mismo que ha tenido una gran difusión en los medios y creado un enorme controversia debido a que los medios que defienden la protesta en ese país sudamericano, son los mismos que en 2012 y 2013 realizaron una campaña de linchamiento mediático y desprestigio a los diversos movimientos sociales surgidos en México. Ejemplos son muchos, el movimiento #YoSoy132, la lucha de la CNTE contra la Reforma Educativa y las autodefensas michoacanas enfrentándose ante el crimen organizado, entre otros.
En el ámbito local no puede quedar fuera la trascendental discusión sobre de la huelga en la UAZ. Los que ocurren en la Máxima Casa de Estudios es delicado, al mismo tiempo que la lucha del Spauaz se realiza por el respeto a los derechos de los trabajadores, los cuales han sido pisoteados de manera artera por intereses ajenos a la universidad, converge un entramado de intereses que poco tienen que ver con los estudiantes y el desarrollo académico de la institución. La UAZ atraviesa por un gran problema y está en riesgo su continuidad como universidad pública y autónoma, sería claro recordar que es la última universidad pública de la región. Ante los intereses de Gobierno del Estado por tomar el control total de la UAZ y la poca o nula capacidad de la Rectoría por solucionar el problema queda una pregunta ¿Cuál es el papel del estudiante y egresado universitario ante esta contingencia? La respuesta yace justo en el mismo origen del conflicto. El adeudo de la UAZ con el ISSSTE responde, además de otras cosas, a un deficiente presupuesto que obtiene la institución. 83.3 por ciento del dinero que percibe es por parte de la Federación mientras un risible 16.3 por ciento es aportado por Gobierno del Estado, ni siquiera se acerca a la media nacional. El universitario y los egresados tienen como objetivo luchar por un presupuesto suficiente para evitar problemas financieros, además la rendición de cuentas por parte de los dirigentes de la Universidad y el tema de fondo, y por demás importante, abrir el debate sobre la finalidad de la Universidad. Es más que claro que la UAZ ha perdido el rumbo que la caracterizó durante la década de los 70 y 80. Ha dejado de lado la lucha por las necesidades históricas y sociales del pueblo, además de mejorar el entorno en el que se desenvuelven los estudiantes. La UAZ es una institución de suma importancia no sólo para la vida académica del Estado, sino también para su economía, perder la autonomía y carácter público de la misma supone un peligro que la ciudadanía, estudiantes, docentes y egresados no pueden darse el lujo de permitir. El pueblo no debe permitir que estos temas queden reducidos a meros comentarios de poca importancia debido a la “gran noticia” de la aprehensión del Chapo Guzmán. ■