No necesito aclarar el significado del poema de José Emilio, a propósito de su muerte. Pero si necesito decir quiénes son los destinatarios de este llamado. Llamo a la sociedad zacatecana, al magisterio de Zacatecas y las autoridades de nuestra entidad. Como dije, no es un llamado general, sino específico. Mi aspiración es que se acate para saber “quién eres…” Quién soy para llamar. Mi autoridad no viene desde arriba, sino desde abajo; el ángulo contrapicado es el que he elegido para ver. Y ¿Qué observa un ciudadano? A continuación justifico mi llamado:
En primer lugar veo en la sociedad zacatecana cierto hastío hacia sus gobernantes (en todos sus niveles). Todo parece indicar que nadie en el gobierno está dispuesto a obedecer a los ciudadanos, sino a los dueños del dinero. La paradoja es que ningún político en campaña se compromete con ellos, sino con nosotros. Es momento de aclarar esta paradoja o mejor dicho esta contradicción: reclamemos nuestro lugar en la toma de decisiones.
En segundo lugar observo organizados a los maestros y maestras. Sus marchas, plantones y paros han sido en realidad una manera de educar a sus alumnos. La demanda legítima de abrogar la Reforma Educativa es vigente. Sus reivindicaciones son en realidad un llamado, quizá el último, para que el gobierno respete la legalidad. El magisterio debe pensar más en serio en su organización de base y estar atento al llamado de protesta que ya inició el 30 de enero y seguro no terminará.
En tercer lugar veo el papel que han jugado las autoridades. No es por demás decirlo, pero han quedado en deuda: con la ciudadanía y con el magisterio. La 61 Legislatura, en lugar de seguir subordinada al Ejecutivo de la entidad, debe hacer valer su soberanía y por tanto acatar el mandato de los mentores para que en la nueva ley de educación se contemplen sus demandas (producto de foros de consulta que las mismas autoridades apoyaron), de esta forma se reivindicarían con sus gobernados y cumplirían con la ley. La Seduzac y Miguel Alonso deben hacer lo mismo. Es momento de respetar las decisiones populares.
En la última movilización magisterial en la entidad, hace ocho días, una comisión de este colectivo (porque el grueso del magisterio confía en esta representación y no en el SNTE) se entrevistó con la comisión de educación de la Legislatura. Desde allí se instó al Congreso local para que no armonizaran la ley de educación con la federal y por ende respetaran lo que el magisterio a definido en cinco puntos: 1. Gratuidad plena en la educación. 2. Ingreso a la profesión docente con mecanismos más allá del examen. 3. No readscripción a los profesores en servicio. 4. Evaluación como instrumento de diagnóstico y mejora educativa, no como condicionante laboral. 5. Profesionalización real, no cursos fraudulentos, sino autonomía y respeto a sus saberes escolares.
Los diputados sólo divagaron ante los planteamientos hechos por los mentores y eludieron su responsabilidad. Argumentaron (y eso es vergonzoso) que no son ellos, sino el Ejecutivo, el que va a definir la nueva ley de educación. Luego reviraron e Hilda Ramos, secretaria de la comisión de educación, otrora secretaria de educación básica en la Secretaría, ha dicho que los planteamientos del magisterio serán tomados en cuenta. Necesitamos saber si los demás diputados de la 61 Legislatura piensan lo mismo o la maestra Ramos declaró a título personal, o, peor aún, tiene birepresentación (como en los viejos tiempos del PRI) y ha salido a declarar por Marco Vinicio Flores Chávez, secretario de educación y Miguel Alonso, todavía gobernador de Zacatecas. No afirmo, pregunto, diría san Agustín en sus Confesiones.
Sobre todo si contemplamos las reuniones que han tenido las autoridades locales con el Ejecutivo federal y el SNTE, donde se comprometieron a armonizar las leyes de la Reforma Educativa en Zacatecas.
En el magisterio hay mucha incertidumbre respecto a las decisiones de las autoridades, mejor dicho hay desconfianza. Recientemente el gobernador cambió a casi todas las autoridades educativas regionales de la entidad. Es probable que la instrucción dada por Alonso Reyes haya sido la de controlar al magisterio para que no salga a las protestas. Nada nuevo. De hecho esa fue la indicación que él mismo recibió del presidente Peña Nieto el pasado 3 de diciembre. Como sea, nadie debe olvidar la movilización de octubre de 2013, donde el magisterio tuvo que salir a decir masivamente que no quería la Reforma Educativa. ¿Quieren otra vez las autoridades que se les reitere? ¿Quieren otra vez traicionar a sus gobernados? No siempre es conveniente tirar demasiado la cuerda… porque se rompe.
El llamado está hecho. La sociedad y el magisterio zacatecano llaman al Congreso local y al gobierno a que les garantice que sus demandas serán resueltas. Lo mínimo necesario es obedecerlos. ■
