No hubo novedades ni cambios. La Reforma Energética fue aprobada por los legisladores del PRI y PAN en el Congreso de la Unión y sin mayor discusión ni análisis ya fue ratificada, hasta esta noche, por una veintena de Congresos estatales, con lo que se consumó el robo de los hidrocarburos a la nación.
En estos días fuimos testigos del regreso del presidencialismo a ultranza en México. El Presidente dio la orden de que deberían aprobarse las modificaciones constitucionales que permitieran la privatización de los hidrocarburos y de Pemex y así se hizo. En tiempo récord la reforma recibió el respaldo de los legislativos estatales.
La privatización de Petróleos Mexicanos comenzó desde la semana pasada y hoy vemos su consumación, a través de representantes populares que sólo representan sus intereses personales, de grupo y de partido. Ellos son los responsables de que pasara la propuesta de abrir a la iniciativa privada la inversión en Pemex e hidrocarburos, como el petróleo, gas y electricidad.
Con esta aprobación México pierde, pierden las y los mexicanos, porque nos quitan un recursos natural que significa para la nación nada más ni nada menos que 30 por ciento de los ingresos anuales, que se destinan a atender las necesidades de los sectores vulnerables.
Ya no me sorprende el sometimiento que existe hacia Enrique Peña Nieto por parte de los legisladores federales y estatales del PRI, el acuerdo que logró con el PAN y la actitud incondicional de sus aliados: Panal y PVEM.
Será la nación, será el pueblo quien les demandará su actuar incongruente, pero mientras eso sucede y llega la afectación que se tendrá con la privatización de Pemex, porque no tiene otro nombre, en el Partido de la Revolución Democrática no cesaremos nuestra lucha y haremos todo lo necesario para dar marcha atrás a esta resolución que nos devuelve a la intolerancia y el presidencialismo.
Peor aún, es una reforma retrógrada que nos lleva al año de 1938, antes de que Lázaro Cárdenas devolviera el petróleo al país y al pueblo mexicano. En aquel momento toda la población se unió para “comprar” los hidrocarburos a las empresas extranjeras que lo manejaban y que se enriquecían a costa de nuestros recursos naturales.
Pasaron sólo 75 años de la expropiación petrolera para que llegara un priísta y diera marcha atrás a todo ese esfuerzo y le abriera a las empresas extranjeras de nueva cuenta las puertas para que explotar los hidrocarburos, hacerse ricas y llevarse lo que es nuestro.
Los resultados de este actuar lo veremos, estoy seguro, muy pronto, con un retroceso en el desarrollo político y económico del país. Y espero que no sea demasiado tarde para 2015, cuando en concordancia con las elecciones federales, podamos llevar a cabo una consulta popular en la que el pueblo opine y pida que se reviertan los cambios actualmente aprobados.
Los senadores y diputados federales y estatales de Zacatecas tendrán que rendir cuentas sobre su decisión de darle la espalda a nuestro pueblo y alinearse en favor de una orden, que sabían, afectaría a la nación porque desmantela una parte de nuestro sector productivo, que es nada más ni nada menos que el energético.
La modificación a los artículos constitucionales 25, 27 y 28 nos llevan a la pérdida de la soberanía nacional, porque afectaremos nuestra soberanía energética, una de las más importantes.
Pero nuestro compromiso es continuar la lucha sin descanso, hasta dar marcha atrás a esta decisión que nos lleva directamente a la privatización de Pemex.
*Representante del PRD ante el IFE
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