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jueves, 28 marzo, 2024
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“Ódiame más”, ¿mensaje subliminal del gobierno?

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Por: CÉSAR EDUARDO GUTIÉRREZ ROJAS •

En próximos días, el año 2013 llegará a su fin; pero varios de los sentimientos de inconformidadhacia el gobierno, mostrados en una facción de la colectividad social, seguirán estando presentes en 2014.

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En las últimas semanas, las decisiones tomadas por el Ejecutivo y el Legislativo federal han desencadenado una serie de sentimientos encontrados en el seno de la sociedad mexicana. El sentir es de desprecio, y hasta odio a sus representantes.
En 1513, Nicolás Maquiavelo (florentino) escribió El príncipe el estudio de teoría política de Maquiavelo es de los más seguidos desde el Renacimiento hasta nuestros días.

En El príncipe, Maquiavelo critica a los jefes de Estado que obtienen o reaniman su poder a base de estructuras, murallas o fortalezas, dejando de lado lo que piensan los subordinados. Maquiavelo entendía bien la simbiosis del poder entre gobernante y gobernado. Por lo mismo sugería evitar ser odiado por el pueblo, pues de lo contario no habría muralla o fortaleza capaz de soportar tal sentimiento y sus acciones violentas.

En el artículo Paradojas del odio el dr. Carlos Colina (sociólogo venezolano) menciona que el odio dejó de interpretarse como un ejercicio individual, para ser analizado como un elemento que cohesiona grupos organizados. Hace referencia al término odios políticos, los que son de carácter imaginario (idea), pero sus consecuencias causan prejuicios en la esfera pública. También relaciona el odio con la violencia, pues sin uno y otro, es difícil que se lleve a cabo el otro. “La violencia es una expresión de frustración por la impotencia e inutilidad de las instituciones…”. Colina concluye su análisis odio-violencia con esa cita.

Otro estudio interesante sobre este sentimiento y su relación política-poder, es Los discursos del odio de Ángela Sierra González (política y filósofa española). En éste refiere a que el siglo 21 se va caracterizado por la legitimación del odio y como estrategia política para justificar intervenciones internas y externas. Con los discursos elaborados para detonar odio, se crean los enemigos de la nación o de la sociedad. Sierra González maneja que sólo en las democracias constitucionales, pluralistas, tolerantes y liberales es más factible estas estrategias para hacer visible al enemigo que no se deja ver. En tales contextos son necesarias estrategias que otorguen una mayor seguridad, la cuál sería el arma legitimadora.

En el caso mexicano contemporáneo, el movimiento revolucionario de 1910 demuestra síntomas de inconformidad y odio hacia las élites que detentaban el poder. Por una parte, la nueva burguesía mexicana que no tenía acceso a puestos públicos importantes. Por otro lado, los obreros que se manifestaban en actos reprimidos por el gobierno, además de varios factores, como los roces entre campesinos y hacendados, fueron generando el malestar social, cohesionando un odio. De la Revolución surgió una nueva forma de legitimarse (en los primeros años) el nacionalismo-populistafue la base para que el partido que alegó ser producto de los ideales revolucionarios fuera aceptado por la colectividad.

Es hasta a finales de la década de los 60 cuando se volvió a sentir una fricción entre gobierno y subordinado (esto en ciertos lugares, como la capital del país). En las elecciones para Ejecutivo federal de 1988 a 1994, el PRI ya no sintió la legitimidad de años anteriores; sin embargo, su candidato resultó vencedor. En ese momento se necesitó de un plan que hiciera posible la aceptación de un amplio sector ciudadano, este plan se llamó Solidaridad. El sexenio de Salinas dejó el discurso político que se había manejado en su partido.Su salida fue entre una fuerte crisis económica nacional y una degenerativa división del Partido Revolucionario Institucional. Con el regreso del PRI, después de 12 años de alternancia, la situación de su retorno fue bajo el desprecio, sospechas de fraude, odio por el partido y su candidato, que resultó vencedor.

Lo que llama la atención es cómo esta vez no se buscó un plan para legitimarse. Ocurrió todo lo contrario. Las reformas altamente trascendentes y que ideológicamente son lo contrario a la revolución de 1910 y a la Constitución de 1917, causan antipatía hacía Gobierno federal. ¿Acaso el plan del gobierno será ser odiado cada vez más? En caso de ser así, ¿por qué sería?

Para responder imagino dos opciones: el primer análisis es bajo la influencia de Ángela Sierra González. Ella refiere que en los últimos años (90) las víctimas del odio han pasado de ser mártires para ser héroes. Con esto justifican un contraataque.
El gobierno se logra legitimar pasando de víctima a héroe. La segunda puede buscar seguir incrementando el odio de los ciudadanos con el fin de que exploten manifestaciones masivas con violencia e inconformidad hacía los que “aparentemente” tienen el poder. Así nuevas élites o las mismas, ofrecerían seguridad a los grupos inconformes obteniendo la legitimidad del pueblo. Un golpe de Estado planeado. ¿Qué beneficios pueden tener las élites de poder con una sociedad exaltada? ■

*Nini egresado Historia/UAZ

[email protected]

fb: cesareduardo.gutierrezrojas

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