■ La problemática se detectó desde 1997, y las reformas no han sido suficientes, afirma actuaria
La descompensación que existe en el país entre las bajas cuotas de aportación que se les exigen a los beneficiarios de un sistema de pensiones y la elevada cantidad de dinero que se tiene que invertir para cubrir los servicios que se ofrecen tras la jubilación, ha provocado una crisis en el esquema de pensiones.
Este ha ocasionado, por ejemplo, que “de los seis años de Enrique Peña Nieto (como presidente de la República), un año de presupuesto se va a tener que dedicar íntegramente al pago de pensiones”, aseguró la actuaria Rosa María Farell, quien impartió una conferencia este jueves en el tercer foro sobre “El futuro de las pensiones en México”.
Al igual que en las ponencias de los dos foros anteriores, que comenzaron el mes pasado y cuyo organizador es el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Zacatecas (Issstezac), la conferencista resaltó que la crisis del sistema de pensiones se detectó ya desde el año 1997 y, aunque reconoció que sí se han llevado a cabo reformas y acciones en esta materia, no han sido suficientes para paliar el problema que actualmente se está viviendo.
El año de 1997 se toma como punto de partida puesto que fue el momento en el que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) elaboró una evaluación actuarial estandarizada sobre todos los sistemas de pensiones del país y por entidad federativa.
En el estudio se incluyeron tanto los gastos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), así como el de los organismos públicos descentralizados que tienen sistemas de pensiones como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex).
Entre todos representaban un gasto anual equivalente a 100 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país en aquel año y “el problema ha ido creciendo”, concluyó Farell.
En esta evaluación, para el caso de Zacatecas, precisó que aparecía 2017 como el “año de suficiencia”, es decir, la fecha hasta la cual tendría viabilidad el Issstezac para hacer frente al pago de las pensiones. Después de 16 años, indicó la actuaria, este plazo sigue siendo el mismo, pues no ha habido cambios y el instituto del estado es uno de los organismos de este tipo en el país “que no ha movido sus cuotas”.
En este sentido, señaló que para empezar a revertir esta situación precisamente hay que modificar, aunque sea ligeramente, el nivel de las cuotas que pagan los beneficiarios. Y esto podrá hacerse de manera que no afecte tanto a los trabajadores, explicó, si también se reforma la parte de los beneficios a fin de disminuirlos un poco.
Para concluir su conferencia, Farell expuso dos criterios que habría que tomar en cuenta para aminorar los costos de transición hacia un nuevo esquema de pensiones que redujera los gastos y le diera mayor viabilidad financiera.
El primero sería el de incluir gradualmente una edad mínima de jubilación; y en segundo lugar estaría, agregó, el de fomentar la permanencia de los trabajadores en activo durante un periodo más largo de tiempo, mediante el ofrecimiento de incentivos como el de incrementar el salario cierto porcentaje por cada año de más que se queden laborando.
