Mi padre era un juglar; aún no alcanzo a dimensionar su grandeza, expresó en entrevista José Alfredo Jiménez hijo, quien habló de una novedad editorial, la más acabada, sobre su progenitor: José Alfredo Jiménez… y sigo siendo el rey, sobre el compositor al que a la fecha han interpretado más de mil 500 cantantes en el mundo.
La obra contiene fotografías inéditas, documentos, testimonios familiares, anécdotas, discografía, lista completa de obras, filmografía, además de una antología musical compilada en tres discos compactos y un devedé. La autoría de los textos, investigación histórica, de campo, gráfica, literaria y musical es de Jesús Flores Escalante y Pablo Dueñas.
En el prólogo, titulado El rey de corazones, la única baraja, escrito por Elena Poniatowska, se lee: “Todos cantamos, claro, unos cantan mejor que otros, pero en la niñez nos enseñan a cantar. Antes, frente a su lavadero, la lavandera cantaba mientras tallaba fondos y calzones. Los hombres suelen cantar en la regadera. Cantar es una señal de felicidad. Octavio Paz escribió en El laberinto de la soledad que tenemos hambre de fiestas para poder gritar; nuestra fiesta principal es la del Grito del 15 de septiembre. Gritamos para vaciarnos, para curarnos de tanto habernos aguantado; gritamos para olvidarnos de nosotros mismos.
“México es un país de violencia y de balas que silban. Aunque a las mujeres nos lleven una serenata el día de nuestro cumpleaños y prendamos la luz de nuestro balcón como palomas queridas o muñequitas de oro de dientes de plata, o pervertidas mujeres a quienes todos adoran, los cantantes muy machos traen pistolas al cincho. Los mariachis son parte de la identidad de México, como los Tres Mosqueteros lo son de Francia, pero ellos no traen guitarras, sino espadas, capas y sombreros de pluma.
Los mariachis con sus trajes de charro de botonadura reluciente suelen erizarnos la piel con su interpretación emotiva de tonadas compuestas por poetas con un don excepcional: Tata Nacho, Agustín Lara, Tomás Méndez, Cuco Sánchez, Consuelo Velázquez, Chava Flores, el yucateco López Méndez, Armando Manzanero, pero el más grande, el más poeta de todos, el que más llega a la gente, el que es el rey, quizá porque sus canciones están ligadas al enamoramiento, la suerte, la borrachera, el desprecio, el abandono en la cantina, es José Alfredo Jiménez.
José Alfredo Jiménez Sandoval (Dolores Hidalgo, Guanajuato, 1926-ciudad de México, 1973) sigue siendo el rey de la canción ranchera, agregó su hijo.
“Del 21 al 24 de noviembre se desarrolló un festival para recordar a mi papá, en su ciudad natal, donde la gente estuvo contenta, feliz de tener como su paisano a José Alfredo. En ese contexto llevé dos actividades sobre mi padre al pasado Cervantino. El próximo viernes 29 de noviembre, a las siete de la noche, en el Museo del Mezcal y del Tequila, en Plaza Garibaldi, se inaugurará una exposición. Se dará a conocer un holograma. La muestra se llamará Ella, que un día La Doña (María Félix) me dijo que se la había hecho a ella, pero esa composición es de un poco antes. Se la hizo a una novia que tuvo en su juventud, de nombre Cristina.
“Al día siguiente, habrá una escucha en la Fonoteca Nacional, en Coyoacán, donde noviembre fue designado el Mes de José Alfredo. Obviamente, el 19 de enero, día de la conmemoración de su nacimiento, se organizará una presentación más de este libro. Todo para recordarlo en el 40 aniversario de su muerte. El 6 de noviembre se dio a conocer un billete de lotería por este motivo. Esto que pasa no lo alcanzo a dimensionar. Aún no logro conceptualizar su grandeza.
“A tres semanas de que salió esta obra puedo afirmar que este libro es mi padre, sus recuerdos. Escribe mi hermana, muchos amigos, como Manzanero, Joaquín Sabina. Esta obra tiene cosas muy importantes para los coleccionistas”.
Experiencia espacial
Añadió que le pidió a su mamá las fotos no publicadas, manuscritos.
La vida de este autor estuvo ligada al consumo del alcohol: De ese tema sólo hay una treintena de composiciones, pero, claro, de a copa por cada una no hay quien quede en pie. Se basó en el amor, el sí o no correspondido; de animales, como caballos y perros. Y su amor por México. Claro, no le voy a quitar lo parrandero ni lo mujeriego.
El creador del proyecto es José Manuel Cuevas, subdirector de Sony Music México; Jorge Ávila Téllez, coordinador del proyecto; Jorge Ibarra Márquez, compilación, programación musical y de video; Mónica Flores, Jesús Flores Escalante y Pablo Dueñas, diseño, y Carlos Greene, diseño de portada. Se publica con el sello Sony Music.
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