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miércoles, 24 abril, 2024
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Cuando los partidos carcomen la democracia

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

Los principios en que se apoya el sistema político son carcomidos por los componentes del propio sistema: los partidos políticos en su ensimismamiento han terminado por corroer y descomponer el orden en que se inscriben. De la democracia, o pretendido poder del pueblo, hemos pasado a la partidocracia, o el poder capturado por los partidos políticos en donde estos se convierten en obstáculo para la democracia.

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El sistema de partidos fue ideado para conducir la participación ciudadana en la pluralidad de ideologías e intereses, es decir, ser vehículos de la voluntad y participación ciudadana, y por tanto, constituyen la estructura de representación que hace posible la democracia.

Pero ahora resulta que el sistema de partidos es un obstáculo que impide que fluya la opinión y voluntad del pueblo. Y ello ha ocurrido porque han carcomido ciertos principios que daban estabilidad al sistema: autonomía de órganos electorales, instancias de participación del ciudadano medio y los mecanismos de equilibrio y distribución del poder. Y la autonomía se consigue con órganos ciudadanizados, regulados para que impere la transparencia.

Pues bien, en el caso de que la Legislatura local designe como consejeros ciudadanos a reconocidos operadores de partidos políticos, será no sólo un escándalo, sino el signo de que el sistema tiene sus principios totalmente corroídos y que es cosa de tiempo para que termine por derrumbarse. En otras palabras, es el signo inequívoco del avanzado desarrollo de la decadencia.

Hay otros signos que actúan en concordancia: el federalismo es un mecanismo de distribución de poder, y este justo ahora ha sido abandonado en un claro proceso de re-centralización de la política en México. Los cambios que se proponen (llamadas reformas) se hacen desde la cúpula de tres partidos y no se consultan ni con sus militancias, con lo cual observamos el abandono del principio de la participación.

Y las mediciones que hay en todos estos signos, son alarmantes porque indican una descomposición avanzada de los fundamentos. Por ejemplo, la Flacso con su índice de independencia electoral de los órganos designados, dice que más de la mitad de los órganos estatales electorales están en manos de los partidos, y en unos existen hasta representantes directos del gobernador (Guanajuato).

Ya había una partidización de los órganos cuando los partidos proponían a ciudadanos, y se entendía que dichos ciudadanos les debían el puesto a estos partidos; pero ahora ya hicieron a un lado al ciudadano-intermediario, y pusieron directamente a sus operadores, a quienes han organizado las compras de votos y demás atrocidades de las que se acusan mutuamente. Un representante del PRD ante el IEEZ pasa ahora a ser consejero, y operadores y líderes del PRI y del PAN, igualmente; ahora, sin la menor simulación.

Los propios partidos propusieron eliminar los órganos estatales electorales por carecer de autonomía, pero lo proponen a partir de sacrificar los avances en federalismo. Las células cancerosas al carcomer al cuerpo que las hospeda, lo matan, y terminan por morir a raíz de la muerte de su hospedero.

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