La estructura por edad de la población mundial se ha modificado de manera considerable: hay un mayor envejecimiento de la población y una disminución de los grupos infantiles. A este fenómeno lo conocemos por Transición Demográfica, en el cual no solamente se requerirá más atención en salud referente a enfermedades crónico-degenerativas, sino que en enseñanza disminuyen ligeramente los requerimientos de educación básica, pero aumenta la demanda de educación de los grupos de edad entre 18 y 24 años, es decir, educación superior. Lo más grave es el aumento de grupos sociales en edad productiva.
Si tomamos en cuenta que los gastos en salud y en seguridad social de la población mayor de 65 años serán muy altos (en 2030 serán 17 millones de personas de esta edad), al grado que la crisis de las pensiones ya se considera un problema estructural, entonces los recursos absorbidos por el grupo de adultos mayores repercutirá de manera importante en la falta de caudales que se tengan que destinar para la atención a los jóvenes.
La población en edad productiva pasó de 48 por ciento en los 70, al actual 67 por ciento. La demanda de empleo crece muy rápido: las proyecciones de Conapo indican que hasta 2015 aumentará un millón por año. Y el ritmo habrá de detenerse hasta 2040, cuando terminará la transición demográfica.
Y Zacatecas no es la excepción: en 2000 el grupo mayoritario en la entidad era el que va de 0 a 14 años, con 35.7 por ciento de la población; pero hacia 2020, la tendencia clara es que el grupo mayoritario será el que va de 30 a 49 años de edad, con 30 por ciento de la población. Pero el grupo menor de 29 años seguirá siendo muy grande. Además, se espera que la concentración de la población en la región de Fresnillo y Guadalupe continúe; junto a la desconcentración de las regiones de Jerez, Jalpa, Tlaltenango y Sombrerete. Con esta circunstancia demográfica tenemos que las plazas laborales que se deben crear no serán los 8 mil empleos nuevos por año que hoy requerimos, o los 12 mil si tomamos en cuenta la suma de la brecha acumulada; sino arriba de 15 mil. Pero estos últimos años hemos oscilado de los 5 mil 800 a los 7 mil empleos, la mitad de lo requerido.
El escenario que tenemos en el estado es poco alentador. Requerimos hacer un alto en el camino y revisar a fondo nuestras políticas económicas de creación de empleo y riqueza. Para proyectar no sólo cuántos empleos necesitamos, sino de qué calidad, porque el problema más serio del empleo en Zacatecas es su calidad, la precariedad del mismo. En suma, se requiere una estrategia que genere no sólo más empleos, sino que estos no sean precarios. Tarea que implica un diseño de políticas públicas que ahora no tenemos.
