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viernes, 29 marzo, 2024
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Sequía económica para productores de frijol

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

Estamos a dos o tres semanas de que el frijol de temporal salga al mercado, y el temporal fue bueno, manera que se espera que la cantidad de esta leguminosa sea considerable, porque se sembraron 600 mil hectáreas y la humedad no faltó. Así las cosas, con un mercado lleno de frijol también se prevé que el precio tienda a ser muy bajo, entre 4 y 6 pesos al productor.

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Por debajo del precio de producción. Pero es interesante observar que muchas de las organizaciones de productores de frijol en el estado solicitan a Gobierno estatal y federal que regrese al antiguo esquema de comercialización tipo Conasupo, sólo que ahora usan otras siglas. Es el eterno problema de la comercialización de los productos del campo: se logra la producción y el precio es irrisorio para el que siembra. Este problema se agravó porque el Estado se retiró del apoyo decidido a la comercialización de los granos, con el dogma que los gobernantes neoliberales trajeron de Harvard: la intervención del Estado modifica el curso natural del mercado e introduce distorsiones en los precios que, a la larga, impiden lograr los puntos de equilibrio que logran los precios óptimos.

Ese dogma hizo que se desmantelaran todas las estructuras del Estado para comercializar los granos, y por ello, tenemos un campo repleto de injusticias, porque los que producen los alimentos reciben cantidades irrisorias por sus productos y quienes los coyotean se hacen ricos. Es momento de lanzar a la basura tanto dogma neoliberal que ha dañado por tres décadas a este pueblo. Cambiar los esquemas y darle al Estado las funciones para las que está hecho: no sólo regular, sino garantizar justicia. Y esto último significa realizar planes inteligentes para hacer que los precios de los productos agropecuarios sean rentables.

Si el Estado compra el frijol y lo redistribuye, puede evitar que los cuatro grandes acaparadores del grano que operan en el país paguen el kilo a 4 pesos, y empobrezcan más al campo zacatecano; y por el contrario, se puede vender a un mínimo de 12 pesos el kilogramo y, con ello, darle viabilidad a la producción de frijol por un lado, y no elevar tanto el precio a los consumidores. Es decir, la intervención del Estado tiene la posibilidad de crear equilibrios, pero justos. Si técnica y financieramente esposible hacer algo así, ¿qué impide hacerlo? Las únicas razones son las jugosas ganancias para funcionarios en el dejar hacer a los grandes intermediarios.

Pero de fondo, debe repensarse una gran estrategia seria para empatar la estructura productiva de alimentos en Zacatecas, con la estructura de comercialización, sobre todo la dirigida al mercado externo e interior. Ahora que se habla de reformas estructurales, nada se ha dicho del campo, que sigue abandonado. Esperamos que en este mes que resta, Gobierno federal atienda y ofrezca una solución que favorezca a nuestros productores; de otra manera, toda la economía del estado lo resentirá: tendremos una gran sequía económica en medio de abundantes lluvias.

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