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sábado, 20 abril, 2024
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La historia de María del Río, a la espera de los tres mejores años que están por venir

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Por: ALMA RÍOS •

■ Desde que inició el sexenio busca beca para su hija con discapacidad; quiere iniciar negocio

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■ Unos días trabaja y otros los pasa con hambre; lo importante es que su niña sobresalga, dice

Sentada en la fila última del sillerío colocado para presenciar el pasado 28 de agosto la entrega simbólica de apoyos del Fondo para el Fomento Productivo de la Mujer en la Casa Municipal de Cultura estaba María del Río. Cuando terminan los discursos y el desfile de las 153 beneficiarias que posan sonrientes junto al gobernador y sus funcionarios, sus ojos buscan entre la gente y pregunta por la titular de la Semujer, dependencia organizadora del evento.

Su objetivo es preguntar cómo se hace para obtener un crédito. Sin experiencia previa en las ventas, María, quien ha dedicado sus últimos 10 años al trabajo doméstico, piensa iniciar un negocio de venta de ropa. Su plan es surtirla en “Villa Hidalgo”, le han dicho que ahí sale más barata. Luego la ofrecerá, piensa, a sus amistades y en las escuelas donde estudian sus hijos pues no tendría recursos para rentar un local. La cantidad que pretende, lanza el comentario, le parece muy pequeña para su propósito, pero cavila, es la que tendría capacidad de poder pagar.

En el Tercer Informe de Gobierno de Miguel Alonso Reyes no se dijo cuántos zacatecanos han dejado de recibir apoyos, María del Río forma parte de ese grupo.
Desde que inició este sexenio, ha buscado obtener una beca para su hija con discapacidad, a quien en este momento tiene estudiando en una escuela especial.

“Le solicité el apoyo porque les estaban dando una beca a gente especial, y no he tenido ningún resultado. Cada año voy y hago el intento a ver si nos apoyan porque dicen que a muchas personas sí las han apoyado”.

«Gente que se porta medio groserilla” la trajo “a puras vueltas” en el intento de gestión que hizo cuando las Coordinación de Atención Ciudadana estaban en Palacio de Gobierno

-“Me pasan con el contador y el contador con el secretario” y éste con la “encargada de apoyos”, “luego se cambiaron para allá y no he vuelto”, apunta con la cabeza y la mirada hacia Ciudad Administrativa.

En la Comisión Estatal para las Personas con Discapacidad (CESID) no dieron tampoco respuesta a su petición para becar a su hija de 17 años quien nació con hidrocefalia, empezó a caminar a los cinco años de edad y se encuentra actualmente en una “escuela de habilidades para la vida”.

“En el CESID me dijeron que no, porque era  para niños con menos habilidades….como mi niña ya camina y todo…”

-¿Cómo le ha hecho usted para sostener esta situación?

  • “Trabajando y días pasando con hambre pero lo importante es que ella sobresalga adelante. Uno les hace la lucha y les hace la lucha porque si yo la dejo ahí pues ahí estuviera sentada, pero he tratado que se enseñe a moverse ella sola”.

Sus empeños también tiene que ver con sostener a un hijo menor, de 13 años de edad que cursa la secundaria y ayudar a su hija de 20, madre soltera y quien vive en su casa recogiendo a su nieta de la guardería y apoyándola en los gastos, pues comenta, gana más que lo que ella obtiene como trabajadora en una paletería.

Esta madre de familia que mantiene a sus hijos sola, sustenta su búsqueda de opciones de ingresos en el hecho de que recientemente perdió el empleo que mantuvo durante más de dos años en casa de un contratista que a su vez ingresó al grupo de desempleados. “Sí nada más que como dicen, se termina el trabajo y a uno también lo desocupan”, agrega.

Salvador González García, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción  (CMIC) en Zacatecas, recientemente expresó en medios locales que sus  agremiados se encuentran desempleados por no ser beneficiados con obras ejecutadas por las secretarías de Infraestructura –Sinfra- y de Comunicaciones y Transportes-SCT.

El otro empleo que tenía María del Río se lo ofrecía una maestra, ahora jubilada, quien le explicó que su pensión no le permite ya pagar un salario más. Notificación que recibió con recelo.“Dice que ya le pagan menos”,  cita a la profesora mientras sus ojos muestran incredulidad.

La mujer confía en aprender poco a poco si le otorgan el crédito para un negocio pero no plenamente en que éste le implique salir adelante, “aunque yo tenga negocio tengo que trabajar porque yo rento y tengo mis niños en la escuela”, dice.

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