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sábado, 20 abril, 2024
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¿Te invade en ocasiones la soledad?

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Por: JULIO CÉSAR NAVA DE LA RIVA •

Tal vez pocos lo comentan, pero seguramente a muchos los agobia un sentimiento de soledad a pesar de vivir entre cientos o miles de personas, afectando su calidad de vida. Este sentimiento proviene de ansiedades paranoides y depresivas y existen, en algún grado, en todo individuo, pero pueden ser excesivas en personas enfermas, por ello la soledad puede considerarse como parte de una enfermedad.

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Los estudiosos señalan que sentimientos de este tipo surgen por alguna circunstancia en la etapa prematura y niñez y se controlan, o se van haciendo mayores, en la etapa adolescente y adulta dependiendo de múltiples factores a los que las personas están expuestos. Muchos no aceptan por pena, que llegan a pasar por soledad y muchos otros ni siquiera han alcanzado a identificar que esto les pasa. La confusión radica principalmente en que al contar con impulsos buenos y malos, negativos y positivos, se crea una fuerte presión interna y externa que puede hacer surgir el temor de que los sentimientos negativos puedan sofocar a los positivos. Se generan muchas emociones y resulta luego complicado saber realmente cuál es el origen de todo lo que sentimos y obviamente, cómo es que se debe actuar. El simple hecho de hacer un esfuerzo por reprimir los impulsos autodestructivos se torna cruel y penoso y doblemente cuando el esfuerzo no tuvo éxito de sofocar dichos impulsos al pasar por fuertes presiones internas o externas.

El problema principal de la soledad es que impulsa a los individuos a tomar decisiones autodestructivas. Existen considerables diferencias individuales en la manera en que se experimenta la soledad. En algunos la ansiedad es intensa en los límites de la normalidad y genera lesión a la autoconfianza que se traduce en sentimientos paranoides con otras personas y el agrandamiento de la soledad, sin embargo, el “yo bueno” sigue dando una lucha intensa contra el “yo malo”. En otras personas se presenta una esquizofrenia que rebasa los límites de lo normal y afecta de forma patológica (afecta al sistema inmunológico) afectando la parte buena de la persona. En general lo que define los alcances y la afectación en los individuos será el nivel de ansiedad que se sienta, así como la capacidad innata o auto-adquirida para enfrentar la adversidad en el interior de sí mismos. La intensidad de los impulsos autodestructivos dependen de la capacidad para tolerar las ansiedades que provoca la soledad, sobre todo considerando que dichos impulsos siempre van dirigidos en primera instancia contra la persona que siente soledad y después de manera natural contra el mundo externo. El problema del esquizofrénico es que no se puede ver con realismo, no tiene control de sí mismo, no confía para dentro de sí ni para el exterior y eso hace que se intensifique su vivencia de ansiedad del cual no puede salir. Los solitarios buscan establecer relaciones con la gente, pero les resulta imposible hacerlo. En algunos casos no es fácil identificarlos por la resistencia a reconocerlo y porque adoptan constantemente como mecanismo de defensa, actitudes que aparentan lo contrario.

Lo que debe hacer una persona que se encuentra en esta situación es entender que debe lograr dejar de lado la idealización y ubicarse en una realidad, tomar conciencia que la realidad está lejana de la perfección. Mantener la idea de lo perfecto conduce a sentimientos maniaco – depresivos, incrementa los sentimientos de culpa porque al no tenerlos, su lado bueno se verá disminuido y se verá sumido siempre entre resentimientos de odio y miedo. No se siente capacitado para sostener la presión y la ansiedad y por ello no siente alivio, sino sólo la sensación de ser odiado y no querido. Su lado bueno siempre estará amenazado por sus impulsos autodestructivos, incluso en casos extremos esto se puede expresar en tendencias suicidas. El maniaco depresivo logra sólo ocasionalmente y de forma muy transitoria obtener alivio con una persona sincera que pueda tener la empatía de acceder a su creciente sentimiento de desconfianza. Lo anterior resulta complicado porque precisamente el maniaco depresivo, genera una alta incapacidad para mantener una relación adecuada con su “yo interno” y evidentemente también con el mundo externo. Lo que puede ayudar es poder contar con un tiempo duradero en una situación buena, pero el sentimiento de culpa, el miedo y el odio, serán un obstáculo importante para el control de ello.

Muchos prefieren estar con personas que les son una evidente influencia negativa a enfrentar el miedo de estar a solas. Si te sientes solo y abandonado, es imprescindible enfrentar la ansiedad de manera positiva. Evitar las salidas negativas como el alcohol, las drogas, fumar tabaco, dormir, externar y mantener sentimientos de temor, de envidia, de odio, buscar relaciones amorosas por el hecho de sentirse acompañados (no es la solución), no buscar consuelo comprando o usando objetos, etc.Lo que debes hacer es reconocer que en la vida no se tiene todo, que no siempre tendremos a la persona que se adapte al 100 por ciento, sino que tenemos que comprender que siempre habrá defectos en los demás. La soledad es pérdida de la esperanza, sentirse solo en compañía es sentirse diferente e incomprendido donde cualquier explicación no basta, ni cualquier palabra de aliento ayuda, la soledad profundiza el dolor del alma mata la confianza de uno mismo y de los demás, construye un muro defensivo más y más grande que nadie podrá derribar y debemos aprender a vivir dentro de él con alegría o derribarlo nosotros desde nuestro lado, sin esperar que otros lo derriben. Gracias por su tiempo para esta lectura, nos vemos el próximo miércoles.

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