Lunes, once horas, Peña Nieto presentó su propuesta de Reforma Energética. Una inquietud, ¿qué es reforma? Abrir Pemex a la inversión privada, no será reforma, sino un engaño a los mexicanos, lesivo al patrimonio público que quedaba a todos, sin distinción: el petróleo. Reforma conlleva la rectificación de lo actual y la transformación de futuro, para alejarse de acciones deformantes o regresivas. ¿Qué mandato recibió Peña para ello? Es autoridad vigente, más allá de los votos conseguidos en las urnas. En una democracia se gana o se pierde por un voto. Quien gana con votación minoritaria, respecto al total, tiene mayor obligación de incluir al todo en la toma de decisiones como ésta, riesgosa de atentar contra lo constitucional permitido. Sus ricos apoyadores del Pacto por México, estarán de plácemes: ¿por fin van a invertir en un campo sin riesgos para sus capitales y con ganancias seguras? ¿O será mejor si trafican los contratos con que amparan la privada, eventual, explotación? A gandallas financieros nadie les gana, ni a manipular el poder y aquí viene a cuento el fondo de veracidad que tuviera la palabra pelele que durante la campaña presidencial López Obrador asestaba a Peña Nieto: como polichinela que se manipula para representar ante el público actos como propios, sin serlo. Hoy lo deseable para los mexicanos es que Peña Nieto como presidente de la República se conduzca y hable como tal para todos y a todos beneficie haciendo realidad el menguado mandato popular que lo encaramó en la presidencia con respaldo de la primera minoría de votos, en ella tal vez estuvieron los de los dueños del Pacto por México, artefacto, cuyo hálito de poder orienta a Peña Nieto y cuyos reflectores seducen al decorativo Sr. Naranjo, sin que en ese conciliábulo no democrático emerja nada nuevo, ni se le tome en cuenta, a no ser para que su presencia apuntale la libertad del mercado, incluido el manoteo privado y la entrega del petróleo, acotada por el capital, sujete la libertad política y democrática. El gran cambio, de La Patria es Primero se pasa a: El capital es primero, mexicano o no. ¿Y los mexicanos? Bien gracias, Televisa hablará de los grandes logros y del comportamiento super civilizado de las fuerzas políticas, condición básica para que el capital, nativo o extranjero, obtenga elevadas ganancias y seguras, bajo un gobierno ¿y una oposición? a la altura de sus exigencias. El lenguaje para las mayorías es accesible, apunta a disipar el sentimiento de tragedia y la cámara de humo del lenguaje oficial nebuliza los escenarios para impedir ver la realidad: si se privatiza es para ayudar a la economía familiar; democratizar la productividad al reducir las tarifas de las micro, pequeñas y medianas empresas; elevar la competitividad de la industria nacional y permitir la creación de infraestructura e inversión para aprovechar los recursos petroleros del país: “Se realizarán los cambios necesarios para transformar a Pemex en una empresa pública, de carácter productivo, que se conserve como propiedad del estado, pero que tenga la capacidad de competir como una empresa de carácter mundial”. ¿No lo es?
Jacobo Zabludovsky escribió: “La soberbia de las compañías petroleras y su negativa a cumplir las leyes mexicanas dio base jurídica al presidente Cárdenas para nacionalizarlas en defensa de la soberanía y los intereses de México.” Si así surgió Pemex, ¿aún tiene vigencia esa historia? Pemex, es una empresa pública y su carácter productivo y competitivo sostiene al Estado y gobierno de México. La exigencia de Jacobo Zabludovsky a Peña Nieto deben hacerla suya todos los mexicanos que ni están representados, ni son convocados a decidir el futuro del país en las reuniones del Pacto por México. Peña Nieto debe escoger, “de qué lado de la historia se quiere ubicar. No puede equivocarse ni de buena fe, ni avalar la vieja fábula de que el que hace la ley hace la trampa. No debe dejar la menor posibilidad a la duda, a la incertidumbre, a la ambigüedad. México no puede renunciar a la rectoría sobre el futuro de su mayor fuente de crecimiento económico y entregarla a empresas cuya finalidad hoy como ayer, es el lucro, a veces legítimo.” El aporte de Peña: rectoría del Estado, con utilidad compartida.
Lo local, Grupo Frisco anunció para el 16 de agosto la cancelación definitiva de las operaciones de la mina El Coronel, en Ojocaliente, Zacatecas; de cerrar, se perderían 1,500 empleos. La Secretaría del Trabajo, ¿cumplió y cumple su función de evitarlo, hizo lo posible? La división entre los trabajadores no superó el problema originado por incumplir con el reparto de las utilidades generadas el año anterior, monto no aceptado por la empresa, a pesar de convenirse con los trabajadores. A los mineros oriundos queda pelear la desposesión territorial de que son objeto para encontrar empresario sustituto y adecuado a sus justas exigencias.
