Ahora sucede que a zacatecanos oriundos de estas tierras, con frecuencia se les señala y exhibe en medios de comunicación, sobre todo impresos, no como seres humanos puestos en riesgo o peligro por las grandes empresas mineras y sus tóxicos procedimientos para explotar las riquezas de los yacimientos del subsuelo, sino como focos rojos, negativos, para las mismas, ante un gobierno que se lava las manos con los escasos recursos aportados por ellas a la economía estatal y a las arcas gubernamentales, con el pretexto de que velar por sí mismos los zacatecanos afectados en sus propios intereses pondría en riesgo los pocos empleos generados mientras dura la extracción del oro que depredan, sin restituir el medio ambiente, ni crear condiciones para desarrollar una economía alternativa capaz de regenerarlo e iniciar nuevas formas de aprovechamientos productivos humana, social y ambientalmente sostenibles, mediante políticas adecuadas y proyectos, ¿ausentes en nuestra realidad? aunque presentes en la historia y la cultura de otras experiencias existentes en el mundo, en condiciones distintas, según sea la resistencia y exigencia de los oriundos y su basamento cultural, capaz de generar formas de vida e historia alternativas
humana y socialmente.
Pobres se han visto las acciones del gobierno, la universidad y la sociedad en este rubro, de respaldar; tal vez, por la suspensión de labores y el asueto o vacaciones de que disfrutan, por ejemplo, los universitarios. Quienes, con todo, agradecen las modestas cooperaciones económicas que contribuyeron para llevar a competir a la Orquesta Sinfónica Juvenil a Bratislava, sin que las subvenciones logradas como totalidad, fueran suficientes para también hacerlo en Florencia, Ital ia, donde no alcanzaron los recursospara ir, ni el tiempo para llegar. La endeble, cuan generosa, ayuda privada e institucional respondió a la urgencia planteada, dada la consistencia cultural de dicha orquesta que todo el año se prepara para sostenerse y consolidarse musicalmente y desplegar su calidad en cualquier lugar del mundo donde se presente.
De regreso al extractivismo, ¿qué quedará a Zacatecas de la depredación, erosión y veneno en sus suelos y subsuelos? Se está en un momento en que al gobierno sobran fotos y parece faltar consistencia para hablarse de tú con el gran capital, sobre el futuro de Zacatecas y los zacatecanos, sin dejarse deslumbrar por modestos donativos entregados casi como óbolos, sin que sean una correspondencia justa y por qué no, (auto)obligada si los grandes capitalistas imperiales fueran honestos consigo mismos, aun en ausencia de una ley minera que grave con justicia social, ecológica y económica, el extractivismo; ¿por eso mismo, hoy, lucrativo en exceso? Las autoridades locales, ¿de plácemes? – Ah, ya viene Atlas Copco a establecerse para proveer localmente al extractivismo de ciertos requerimientos. Mientras, los empresarios zacatecanos, hasta cuándo van a invertir, hasta cuándo van a organizarse para ello y en qué tramos de proveeduría, una que los haga organizarse con la talla de capital adecuada para hacerlo, sin quedar reducidos a proporcionar sólo los servicios hoteleros o restauranteros de la capital, o bolas de acero.
Imagine, usted, qué popularidad alternativa habría si las grandes mineras organizaran cada ocho días en la Plaza de Armas de Zacatecas, una disputa de dinero, en palo encebado. A falta de otro recurso, bastaría eso para convertir en política el viejo apotegma latino: Panem et Circenses. Igual se podrían refuncionalizar la monumental plaza de toros, el palenque y el lienzo charro. La amplitud del estadio no sirve para ello porque al absorber la euforia, se disiparía la concentración de adrenalina del público y la ola sería un sucedáneo falso e inocuo para enajenar con intensidad la avidez del público y se pondría en gran riesgo el imperio del mundo de la pseudo concreción.
En concreto, las noticias ya llevan tiempo en apilar leña verde, para quemar con lentitud a los resistentes al extractivismo. Hoy se dice, en construir el acontecimiento; antes se diría, facilitar ¿justificar? la represión, sobre aquellos que no aceptan la rotura por la empresa de los compromisos contraídos por ella misma, por ejemplo, respecto al monto de utilidades a recibir, pactado desde el año anterior y acorde a un acuerdo de productividad y frioleras de ese tipo, cuyo cumplimiento podría dejar en la calle y sin calcetines al pobrecito señor Slim, acción del todo inhumana y antisocial porque sería como quitar un pedacito a un pelo de gato, ni siquiera un pelo entero, sea a Slim; o un tornillo, a la empresa canadiense que riñe y arrasa al semidesierto y sus habitantes. Capital nativo, nacional o trasnacional, comparten la misma voracidad bajo la careta de bienhechores. Así, ¿dar trabajo para ellos consiste en contar con garantías de explotar sin contrapesos, así sea su propia palabra, la mano de obra de zacatecanos y demás mexicanos en sus minas? ■
