■ Funcionarios universitarios “han vendido sus prestaciones”, pero las siguen cobrando, denuncia
■ La Rectoría debe desterrar conductas inadecuadas y convertirlas en adecuadas, expresa
Rafael Rodríguez Espino, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Zacatecas (Stuaz), afirmó que la situación que se está presentando en la institución debido al adeudo de más de 600 millones de pesos con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Fovissste y Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), podría agravarse en el inicio del próximo ciclo escolar.
Afirmó que el Rector Armando Silva Cháirez no ha hecho nada para atender ese problema, y por el contrario, ha incurrido en anomalías administrativas que los trabajadores no van a tolerar por mucho tiempo.
“El está muy cooptado. Es muy triste su situación porque quién sigue mandando es el ex rector. Yo le he dicho que se deshaga de él, que se vaya a dar clases, porque cuando uno se junta con un grupo de personas, corre el riesgo de enseñarse a hacer lo que las demás hacen”, expresó el dirigente.
Por ejemplo, denunció que en los últimos años, muchos funcionarios universitarios han vendido sus prestaciones, pero a pesar de ello siguen cobrando sus prestaciones a la UAZ, y no se ha hecho nada al respecto.
Rodríguez Espino explicó al respecto que el ex rector Alfredo Femat consiguió hace algunos años una ayuda a través de Gobierno federal, para que los académicos tuvieran la posibilidad de vender sus prestaciones, y entre los que decidieron hacerlo estuvo Francisco Javier Domínguez Garay, Armando Silva Cháirez y otros funcionarios, quienes recibieron 2 millones de pesos a cambio de sus prestaciones.
“Ahora le han dado la vuelta a la tortilla y dicen que siguen trabajando y entonces les siguen pagando sus prestaciones con el argumento que las dejarán de recibir cuando se vayan al ISSSTE, es decir, nunca”, expresó.
Entonces, afirmó que ése es uno de los aspectos que han llevado a la institución a la difícil situación financiera, al grado que en próximos meses no hay la garantía que los trabajadores perciban su salario. El panorama es tan desalentador que “si nos condonan el adeudo a cambio de nada, yo renuncio a ser secretario general”.
“La rectoría debe desterrar conductas inadecuadas y se deben convertir en conductas adecuadas, y si hay un trabajador de más que se liquide o si hay funcionarios que no necesita la universidad, que se vayan”, concluyó Rodríguez Espino.
