10.8 C
Zacatecas
viernes, 29 marzo, 2024
spot_img

¿Medios informativos?

Más Leídas

- Publicidad -

Por: GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ •

■ Agenda Política

- Publicidad -

Nos encontramos en momento oportuno para iniciar una revisión crítica (y con ello sugiero: abierta) del espacio que ocuparon –y ocupan- los medios de comunicación, a nivel local, dentro de la correlación de fuerzas en la recién concluida elección intermedia.

Para ello, es importante apuntar que, actualmente, la atmósfera en donde se desenvuelven los medios de comunicación les ofrece privilegios que ninguna otra institución del régimen democrático ostenta. Una simple razón los pone en tal ventaja: Estado y mercado conviven íntimamente, y en lucha de intereses (por la naturaleza de esa relación), en el quehacer informativo.

Más específicamente: los medios son los únicos grupos de interés que, sin ser parte de las instituciones públicas de nuestra sociedad, se ocupan de ofrecer percepciones de la vida pública. La forma en cómo construyen esas percepciones de un mismo fenómeno (y que en su mayoría pertenece a la esfera de lo público, aunque también inciden –cuando les interesa- en el ámbito de lo privado), es el parámetro con que obtienen las ganancias de su labor.

A partir de dicha premisa (organismos privados que se ocupan de lo público) se puede explicar el por qué del sesgo informativo que los caracteriza, cuando se analiza la línea editorial que daba cierto orden a la “cobertura” del proceso electoral.

Ahora bien, el lector se preguntará ¿no se supone que los medios deberían de regir su labor a partir de una línea ético profesional, puesto que son quienes se encargan de “informar” a toda la sociedad? En teoría, deberían de hacerlo. En la práctica, la premisa que se estableció anteriormente para evaluar a los medios de comunicación, deja fuera todo debate acerca de la “ética profesional”, ya que al ser organismos privados siempre se regirán mediante la ley de la oferta y la demanda.

Por si no fuera suficiente, el contexto de “apertura informativa” después de la supuesta alternancia política, a principios del siglo 21 en México, agrega un elemento de complejidad al escenario de la incidencia política que tienen los medios de comunicación en el espacio público.

Gracias a que el país se guió por la máxima de “transparencia” en todos los rincones de la vida política, los medios de comunicación –quienes tenían el monopolio de la información y de la desinformación- encontraron terreno fértil para que la pluralidad de expresiones auspiciara, con mayor facilidad, a las corrientes políticas en sus casas editoriales.

De esta manera, los medios de comunicación representaban no sólo una tendencia editorial, sino una lucha por colocarse a la cabeza de las ventas de información. En un mercado menos censurado por la línea oficial, la búsqueda de la verdad dejó de ser un objetivo, para dar paso a la venta de información según las necesidades de un público que exigía una apertura, igualmente, en los contenidos.

La investigación periodística, que permitía conocer el otro lado de la moneda, o “la verdad”, según se calificaba a esa información en un sistema político donde los datos fluían escasamente y de acuerdo a las necesidades de la estructura gobernante, dejó de ser la oferta más atractiva, y vivió la misma exigencia de apertura de contenidos.

Por lo tanto, ya no se trataba de qué medio era el que ofrecía la versión más completa del fenómeno (a comparación de la verdad oficial), sino qué medio ofrecía qué, a diferencia de otras editoriales que se encargaban de analizar los mismos fenómenos. Resultado: la sociedad poco a poco procuró la pluralidad, antes que el ejercicio de la verdad.

En el caso de Zacatecas, ya habíamos mencionado con anterioridad el ejercicio particular de la venta de tendencias informativas. Desde la proyección de encuestas, las cuales seguían los estándares impuestos por la autoridad electoral, sin que ello evitara que los resultados pudieran ser mostrados de acuerdo a las necesidades de la dirección del periódico; hasta una “investigación” realizada por el director de Imagen de Zacatecas, donde se buscaba poner en duda la legitimidad de la participación de un candidato.

Este último caso ejemplifica claramente cómo los espacios informativos han suplantado a la autoridad jurídica, de manera que los acusados sean juzgados por la opinión pública, y no por el debido proceso.

Llama la atención, de igual forma, la tendencia centralista de la cobertura de un fenómeno electoral que competía a toda la población, y no sólo a los municipios más importantes. Los medios locales han dejado a un lado la realidad del Estado, para conformarse con una visión somera de lo que ocurre en los centros urbanos locales. Desde ahí encontramos un fuerte sesgo informativo, que obedece a la relación oferta y demanda de su nicho mercantil.

A grandes rasgos, hay dos tendencias evidentes en los medios: la que el mercado les impone, y la que los intereses de grupo les permite. ■

[email protected]

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -