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viernes, 29 marzo, 2024
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Abstencionismo: elecciones abandonadas a las clientelas

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Por: REDACCIÓN •

En el proceso electoral que acabamos de vivir la abstención es altísima. En México parece noticia corriente que 6 de cada 10 electores queden fuera de la participación el día de la jornada electoral. Si vemos las cifras de abstención en Europa constatamos que la máxima histórica de inhibición en estos países es de 20 por ciento. Y algunas naciones tienen porcentajes de participación que rondan el 95 por ciento. A decir de algunos analistas, los primeros 35 puntos de participación son lo correspondiente a los votos duros de los diversos partidos políticos o las clientelas de los mismos; lo cual significa que esta fue una elección que en su mayoría la definieron las clientelas, con algunas excepciones como en Enrique Estrada, que corresponde el triunfo del candidato independiente con la participación de más de 70 por ciento de los electores.

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Es decir, que la participación electoral arriba de 40 puntos porcentuales es cuando empieza a manifestarse el voto de electores más autónomos. Como los partidos hacen campaña no tanto con base en propuestas de política pública, sino con base en compromisos directos con grupos de interés (la cual es una forma suave de conformar clientelas), entonces los ciudadanos que quisieran movilizarse por alguna propuesta de solución de los problemas públicos queda sin opciones. Sin embargo, los motivos de abstención son de lo más variado, pueden ir desde aquellos que sistemáticamente nunca votan (como algunas sectas religiosas), o los que se abstienen de sufragar por una actitud de disgusto o rechazo a todo el sistema de partidos porque piensan que todos son iguales, esta causa de abstención está relacionada con el proceso de desideologización que ha sufrido el sistema de partidos, donde todos se han corrido al centro de la geometría política y han borrado sus diferencias ideológicas específicas. Asimismo, el pragmatismo está relacionado con otra causa del desánimo en la participación electoral: el intercambio oportunista de militantes.

También hay quien no vota por motivos activos: quieren protestar provocando la deslegitimación del sistema de elección que genera ‘representantes’ que en realidad no representan a nadie. Esto es, por causa del sistema de representación deslegitimado, algunos electores no votan, con la intención de provocar una crisis de legitimidad generalizada del sistema de elección, con la esperanza que dicha crisis lleve a una reforma de propio sistema.

En suma, podemos clasificar a los diferentes móviles del abstencionismo de acuerdo a la ponderación entre interés y participación, en su negativa a votar (como hace el estudio clásico de Flanigan): algunos que tienen mucho interés en los asuntos públicos y no participan en las casillas, son muy diferentes a otros que no participan por causa de su nulo interés en los asuntos políticos.

Sería muy interesante que se realizara un estudio empírico que midiera los diversos móviles de la abstención en Zacatecas, y cruzarlo con los estudios existentes de cultura política, para sacar conclusiones sobre el significado preciso de la abstención electoral. Estudio que ayude a iluminar una propuesta que lleve a procesos donde no sean las clientelas las que definan el acceso al poder público en nuestro estado, y aspirar a electores autónomos con visión de futuro.

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