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viernes, 19 abril, 2024
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Indentifican investigadores 31 sitios con restos físicos de la Batalla de Zacatecas

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Por: ARACELI RODARTE SOLÓRZANO •

■ Explican que 15 son detectables y 11 presentan restos visibles de actividades

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■ La investigación se realizó como parte del proyecto denominado Buscando Batallas

A 99 años de la Batalla de Zacatecas, dos investigadores, con el apoyo de otros tres especialistas, identificaron apenas hace unos meses los restos físicos o vestigios de dicho acontecimiento, lo que ellos denominan arqueología de los sitios donde éste se desarrolló o en su conjunto, paisaje arqueológico, cuya dimensión es de aproximadamente 40 kilómetros cuadrados, una parte de los cuales está desaparecido o a punto de perderse.

Ineida Ramos Ballesteros, egresada de la Unidad Académica de Antropología de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), y Armando Nicolau, arqueólogo con una vasta trayectoria en el ramo, se dedicaron desde hace un año y medio al recorrido de campo para identificar los espacios que utilizaron los combatientes durante la batalla en mención.

Esta indagación, cabe señalar, nació a partir de que un grupo interdisciplinario de investigadores, como arqueólogos, historiadores, arquitectos, entre otros, comenzaron en 2010 un proyecto con miras al centenario de la Toma de Zacatecas, denominado Buscando Batallas, que es un seminario alusivo a esta conmemoración y que tiene como propósito final la elaboración de un libro.

Dicho proyecto de obra bibliográfica es coordinado por Limonar Soto Salazar, historiador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Zacatecas, y Guadalupe Villa, del Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora.
Dentro de él, a Ineida y Armando se les asignó el tema de la arqueología de la Batalla de Zacatecas, dentro del cual precisamente se percataron de que éste tiene un gran potencial para realizarse sobre tal un estudio más sistematizado acerca de 1914, convirtiéndose así, en el punto central de tesis de licenciatura de Ineida, cuyo director es Nicolau.

Así, luego de un año y medio, periodo que abarcó la primera etapa de un proyecto que Ineida mentaliza de largo plazo, encontraron 31 espacios, los cuales conforman, en su conjunto, un paisaje arqueológico que puede ser definido, en palabras de la investigadora, como campo de batalla, y que se traduce en un aproximado de 40 kilómetros cuadrados.

Dichos espacios, que difieren entre sí respecto a sus características físicas y morfológicas, poseen trincheras de una dimensión significativa –de una profundidad, incluso, de 2.50 metros, en el caso de la de Las Antenas y una rectangular situada en El Grillo- y con un gran potencial en su distribución. Sin embargo, algunos de los lugares son utilizados como basureros, otros están azolvados y otros están en peligro de perderse debido al crecimiento de la mancha urbana.

De acuerdo a un análisis cartográfico, son espacios que tuvieron una ocupación en 1800, tal vez en su década 30, dentro de una batalla, de 1835, en la que el entonces presidente de la República Mexicana, Antonio López de Santa Anna, se enfrentó a quien fungía en ese tiempo como gobernador de Zacatecas, Francisco García Salinas Tata Pachito. En ese sentido, los sitios en mención ya existían y luego fueron reutilizados para la Batalla de Zacatecas, acondicionándose más lugares dentro de ellos que no había.

El campo de batalla está constituido así por cerros de Vetagrande, Guadalupe y Zacatecas, tales como Alto (en Vetagrande), La Sierpe-Cal y Canto, El Grillo, La Bufa, del Padre, Las Mesas (actualmente, Las Antenas), Las Bolsas y La Cantera (este último, en Guadalupe), lo que significa que La Bufa, a diferencia de lo que se suele mencionar, no es el más importante o, al menos, no el único sitio donde ocurrió este enfrentamiento.

De los 31 sitios identificados, 15 son detectables o visibles físicamente, y de ellos, 11 presentan restos visibles de actividades asociadas a dicho conflicto, como fortificaciones de campaña, casquillos de bala, piezas de artillería, recipientes utilitarios, alambres, entre otros objetos. El resto, 16, están en proceso de desaparición o ya desaparecidos y sólo existe referencia de ellos en documentos históricos.

Esta detección se ha logrado mediante la ya citada investigación sistematizada desde la arqueología, que ha consistido en recorrido de campo o de superficie a manera de prospección, registro de las estructuras que han sido identificadas e indagación en documentos históricos.

Respecto a este último ejercicio, las fuentes fueron el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Mapoteca Manuel Orozco y Berra (MMOyB), cuyos datos han sido cruzados, explicó Ineida, con todo lo que ha sido encontrado en los 31 sitios. Entre estos documentos destacan las crónicas de Felipe Angeles, Ignacio Muñoz, Antonio Olea, Federico Cervantes y Ricardo Cortina; asimismo, como cartografía histórica, un plano de Joseph Burkart, además de un croquis de la Batalla de Zacatecas, realizado por el teniente Espinosa, según la firma que posee, que hace referencia al municipio Guadalupe en 1913.

De esta forma, queda visibilizado el paisaje, donde se busca hacer énfasis a la arqueología conformada por estos sitios. Esta es, pues, la primera fase de una investigación –apoyada, además de Nicolau, Soto y Villa, por Marco Antonio Santos, arqueólogo encargado del sitio La Quemada, en el INAH-, para la cual se proyecta gestionar apoyo, a fin de que en un periodo a corto plazo se pueda llevar a cabo un proyecto de turismo cultural, esto es, que en un futuro se tomen medidas para preservar estos vestigios.

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