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viernes, 29 marzo, 2024
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Las campañas

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Apoco más de tres semanas de que tengan celebración las elecciones locales del domingo 7 de julio, las campañas de los partidos y de los candidatos independientes no levantan. Es la percepción de muchos. Los únicos que cifran expectativas en ellas y se hacen ilusiones de ganar son los candidatos, no creo que todos, pero sino son ellos, ¿quiénes? Uno de ellos ganará, pues en política no existen vacíos, y en los cargos menos. Sin embargo, lo que hasta ahora se observa es la falta de interés y la modorra como el signo y la constante. Los medios de comunicación nos bombardean a diario con espots en la radio y la propaganda en las calles y principales vías de tránsito, contribuyen a la contaminación visual con las caras y mensajes variopintos de candidatos y partidos en los que aparece la mejor sonrisa o pose y frases prometedoras, pero ni así levantan.
Desde la óptica del ciudadano común, como la de quien esto escribe, sólo se puede apreciar la generalidad de la contienda electoral. Sin embargo para los pocos o medianamente enterados, no escapan evidencias como la de que los partidos con registro adolecen de una alarmante carencia de cuadros políticos. Cuando no son los mismos que en cada elección se suceden y lo que hacen es sólo contender por cargos diferentes, alternándose las candidaturas de diputados a presidentes municipales y a la inversa (en el clásico trampolineo), aparecen nombres del todo desconocidos y sin trayectoria. Otro rasgo que se viene repitiendo en los últimos comicios es el de personajes que sin el mínimo pudor y sin escrúpulos al no ser considerados en su instituto se ofrecieron o se dejaron comprar cual meretrices de la política con el partido que les llegó al precio, les concedió lo que pedían y terminaron registrándose en el anhelado cargo que aspiraban. Chapulines les llaman. Especialmente en esto último se lleva las palmas el llamado Partido Verde Ecologista. Que lo mismo cacha y recibe en su seno a un roto que a un descocido. En esta ocasión en que el partidazo le hizo el desaire, va solito. Aunque los votos que le otorguen sus candidatos postizos no representarán su verdadera fuerza, pues más que de este partido, el mérito será de los candidatos, se verá cuál es su presencia entre el electorado. Cortado el cordón umbilical que en los últimos comicios lo amarró al PRI, por sí solo se verá qué tanto peso tiene. Algo parecido con el Panal, partido creado por la chamuscada Elba Esther Gordillo y cuyo desprestigio alcanza a los candidatos en ésta y futuras contiendas electorales.
La alianza entre panistas y perredistas es toda una incógnita. Lo que en la superficie se observa es que pareciera estarse confirmando que eso de tranzar y traicionar los principios tiene su precio. Hasta ahora, fuera de los vehículos lujosos con cargo a los contribuyentes que han estrenado, no se ve un despliegue de recursos humanos y propagandísticos de alto impacto donde se observe que la suma de militantes, prerrogativas e ideas fuerza provoquen el entusiasmo y la movilización que de esta coalición se esperaba. Pareciera con el experimento entre azules y amarillos que más que unirse para tener más peso, se estuvieran enfrentando fuerzas de signo opuesto que se repelen.
Las candidaturas independientes con todo y lo meritorio de quienes hicieron punta para abrir brecha, al parecer serán un dato para el anecdotario histórico. Estas prenden y pegan entre la gente cuando están depositadas en ciudadanos con carisma, liderazgo y trayectoria notable entre la población. No parece ser el caso de los que se registraron con esta fórmula. En este primer experimento no hubo candidatos con gran arrastre. A los más destacados que contienden por los ayuntamientos de la capital y Guadalupe, les hacen sombra su hermano y padre respectivamente. Tampoco abona a su favor la cultura política y el grado de educación cívica entre la ciudadanía, acostumbrada a ver a candidatos registrados por los partidos. Además, los independientes escasos de recursos y con bajos presupuestos no dan despensas ni incurren en prácticas de compra y cooptación del voto, como si lo hacen sus adversarios.
Mientras tanto, si hemos de creerle a las encuestas, en los principales municipios y distritos, el PRI aparece a la cabeza. En una de las últimas publicadas por Imagen, apenas el lunes pasado, para la elección de ayuntamiento de Guadalupe, el tricolor aparece arrasando, barriendo materialmente a sus más próximos adversarios, con 58.7 por ciento de las preferencias, el candidato que tiene mucho parecido con el presidente del Banco de México, le saca 36 puntos porcentuales al candidato de la alianza PAN-PRD, que aparece en segundo lugar y más de 50 al independiente. De no ser una encuesta patito de ésas que se acostumbran mandar hacer como traje a la medida, si su confiabilidad y metodología son serias, ésta como otras anteriores, anuncian un triunfo aplastante del priísmo. Lo que no tendría nada de extraño en una elección intermedia, a mitad del sexenio, donde la inercia del gobernador en turno aun prevalece y, los errores, desviaciones y corruptelas del titular del Ejecutivo y de sus funcionarios, que se van acumulando, es hasta el final del sexenio cuando se los cobra el electorado. ■

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