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miércoles, 24 abril, 2024
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Jaime Santillán Rojas. El Ministro

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

† A la memoria de mi gran Amigo

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Esta narración no es para nada un intento de relato biográfico, simplemente constituye la recuperación de una serie de eventos platicados por mi amigo el Ministro y situaciones vividas que regresan a mi mente ahora que el COVID me ha dejado sin su amistad, lealtad y compañerismo. Jaime es de sangre Purépecha, originario de Pátzcuaro Mich., tierra bendita llena de maravillas culturales y naturales, cercana a mi querido Jaral del Progreso, Gto. Según me platicó, por instrucción de un maestro con el que estudiaba artes, viaja para dibujar y pintar paisajes, así llegó hasta Chihuahua donde se dio gusto con las postales de aquellos lugares; con pocos recursos económicos intenta el regreso a su terruño en tren y con el dinero que traía, compra su boleto con destino a Zacatecas. Sin conocer a nadie camina por el centro de la Ciudad, se coloca cerca del Teatro Calderón y comienza a dibujar la belleza de nuestra querida Capital, algunos curiosos se acercan y le compran algunos dibujos a lápiz, con eso se empieza a sostener, ya después, llegan otros encargos mayores, se establece en Zacatecas y recibe con mucha suerte, la invitación para dar clases de dibujo en la Universidad Autónoma de Zacatecas; posteriormente se incorpora formalmente a la Escuela de Artes y comienza su formación como artista plástico, pasan los años y gracias a un reto familiar, inicia sus estudios en la entonces Facultad de Derecho de la UAZ, se recibe como abogado, luego la Maestría y finalmente el Doctorado en Derecho. Santillán cumplió con 36 años de servicio como parte de la planta Docente de la Unidad Académica de Derecho a la cual cambió su adscripción dando clases de Derecho Administrativo y Procesal Civil. Aquí es donde coincidimos aunque al principio no nos tratamos mucho hasta que un día de visita en Pátzcuaro, me lo encuentro y comenzamos a platicar; llegaron las coincidencias, las afinidades y consolidamos una buena amistad, más allá de los recintos universitarios ya que como buen gestor que era, cuando fungió como responsable de Programas Federales, equipó toda la escuela con las mejores computadoras que había y el Centró de Cómputo llego a ser el mejor de toda la Universidad, de igual forma, participamos en el Congreso Nacional para la Reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos junto con el Instituto Internacional del Derecho y el Estado, teniendo diversas sedes: Chihuahua, Puebla, Guadalajara, Acapulco y Tlaxcala, en esta última Ciudad hicimos excelente amistad con el Rector de la Universidad Metropolitana el Contador Gregorio Cervantes, anfitrión de excelencia con el que compartimos experiencias académicas y personales, siendo la última el Congreso Nacional en Materia de Derechos Humanos el 18 de Octubre de 2019. Santillán y el que escribe estuvimos en las buenas y en las malas como aquellas en donde nuestra vida corre a cuestas y con un buen número de adversidades personales, nunca falló, siempre estuvo presente, a su manera y a como pudo. El Ministro vivió a su manera y como quiso, siempre franco y recio, con un humor muy a su manera, por ello, cuando me da la noticia de haberse infectado, lo primero que pensé es que Santillán al estar muy entero iba a superar la difícil prueba, máxime cuando sube sus videos al feis y relata que mejora su salud; no hubo día en que no nos comunicáramos aunque me albureara y sacara sus ocurrencias, la última vez que lo vi me dijo: ya estoy mejor, el viernes me evalúan a ver si ya salgo de esto, cuídate cabrón; para mi mala suerte, me enfermo de tifoidea y me tira tres días, pierdo el contacto con él; ya el martes 17 por la mañana me dicen que fue internado, que empeoró y que lo entubarían, le marco y ya no hubo respuesta, después la noticia de su inesperada muerte y el gran vacío que deja en todos aquellos que lo conocimos de cerca. Mi historia con el Ministro es de aquellas que a veces corren por las noches en cantinas y bares, sin reflectores ni comparsas, por ello, lamento mucho su partida porque sé que cuando mi vida vuelva a caer en la necesidad de la bohemia, ya no estará para cantar y brindar al cobijo de un Red Label por el éxito y el fracaso, por el amor o el desamor. Ministro, me vas a hacer mucha falta, gracias por tu amistad y por todo lo que vivimos; por cierto, las mejores anécdotas y vivencias me las guardo para después, para platicarlas cuando nos volvamos a ver para reír a carcajadas. Adiós querido amigo.

*Docente-investigador de la Unidad
Académica de Derecho de la UAZ
[email protected]

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