Participantes del Movimiento Feminista de Zacatecas reiteraron su posición en contra de los certámenes de belleza; lo anterior a partir de la convocatoria emitida por el ayuntamiento del municipio de Villa García, en Zacatecas.
De acuerdo con Cristela Trejo, docente universitaria y defensora de derechos humanos, el problema de los concursos de belleza va más allá de presentar a las mujeres en trajes de baño, sino que es la continuación de una «tradición de cosificación de las cuerpas de las mujeres», en donde se ofertan estos «como un producto más en fiestas patronales, aniversarios y concursos específicos».
La feminista agregó que, además, este tipo de actividades tienen implicaciones que «perpetúan que somos productos de consumo, y estereotipan cuerpos perfectos y estandarizados en el mundo», bajo una estética eurocentrista y con mirada capitalista en la que no se permiten imperfecciones, sino que se realzan atributos físicos «que no abundan en el mundo».
Como consecuencia, se identifica un «daño gravísimo» que, por desgracia, se replica en niñas y adolescentes, que van creciendo con parámetros de belleza que impiden reconocer la propia, teniendo efectos nocivos en el desarrollo físico como también en la autoestima, señaló.
“Los concursos de
belleza son el primer
paso en un grave
sistema de trata
de personas”
El modelo que promueve esta cultura machista, entonces, «te dice cómo debes de ser y sanciona los cuerpos normales y la identidad de que se pueden amar cuerpos fuera de la norma», sostuvo la académica.
«Es lamentable que desde preescolar hasta niveles internacionales sigan vigentes» estos concursos, por lo que, quienes luchan por los derechos de las mujeres «reprochamos y exigimos que se eliminen prácticas que no benefician a nadie, sólo a quienes lo convierten en un negocio para ganancias personales».
Yendo un paso más allá, la activista recordó que los concursos de belleza son el primer paso en un grave sistema de trata de personas, sobre todo cuando se trata de la explotación para fines sexuales, debido a la normalización de la cosificación de los cuerpos femeninos y el consumo, tanto en lo visual como en las mujeres como producto, que han llevado a este negocio criminal a ser el tercero con nivel de ingresos.
Si bien Trejo reconoció que por el momento «no hay forma de parar el consumo de los cuerpos como elementos de esclavitud moderna para consumo sexual», uno de los hábitos que podemos cambiar de manera inmediata es erradicar estos concursos de belleza.
Cabe señalar que entre los requisitos del concurso están ser mujeres jóvenes, solteras, que no sean madres, entre otros, demostrando «misoginia por donde lo veas», comentaron otras compañeras.
