La sala principal del teatro Fernando Calderón se vistió de gala para el homenaje que la Unidad Académica de Artes y el Programa de Difusión Artística rindieron al maestro Pepe Román Jiménez, porque mediante su colaboración se hizo posible el crecimiento y difusión de la música popular dentro de esa institución, además, fue uno de los principales fundadores de la Escuela de Música, que hoy conocemos como Unidad Académica de Artes.
El reconocimiento, por 35 años de trayectoria como universitario y por sus 70 en la música, le fue entregado de manos del director de la Unidad Académica de Artes, Fabián Edmundo Hernández Ramírez, acompañado del coordinador del Área de Arte y Cultura, Alfonso Vázquez Sosa y del responsable del Programa de Creación y Difusión Artística y coordinador de los Talleres de Música Popular, Sergio Jiménez Flores, según un comunicado de prensa.
En el acto, Fabián Edmundo Hernández agradeció al docente Pepe Román por sus importantes aportes a la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y por la formación de generaciones que han incursionado de manera profesional en la música.
Por su parte, Pepe Román agradeció a los docentes el homenaje y el concierto que le brindaron con la orquesta de los Talleres de Música Popular, a los que les dirigió un breve mensaje “de la música sí se vive”; lo anterior lo completó al señalar que la música “es la divinidad, porque de ella, además de vivir, se puede alimentar el alma.”
La orquesta interpretó una variada selección de música popular y acompañó a Pepe Román en varias cumbias compuestas por él, esto ante amigos, familiares, docentes y estudiantes que llenaron el emblemático teatro Calderón.
Pepe Román Jiménez nació el 29 de febrero de 1936 en la localidad de Aranzazú del Cobre, del municipio Concepción del Oro, Zacatecas. Desde muy temprana edad, junto a su padre Evaristo Jiménez, comenzó sus estudios musicales.
Ya identificado con las técnicas de las modas musicales jazzísticas y orquestales, formó parte de la Orquesta de Fama Regional, de Roberto Borda. A mediados de los años sesenta en México, trabajó en la XEW, con lo que inició su amplia trayectoria como arreglista de Sonia López, Celia Cruz, Virginia López y Pérez Prado. Posteriormente, se trasladó a Xalapa Veracruz y estuvo en la Facultad de Ingeniería donde se desempeñó como director de orquesta y arreglista de esa escuela.
En 1980 se integró a la UAZ como músico y docente de la entonces Escuela de Música, al frente de los Talleres de Música Popular.