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miércoles, 24 abril, 2024
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‘Desayuno en Tiffany’s, mon ku’. 6 de Cannes por 6 Críticos

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra 296 / Sexto Aniversario Gualdreño

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En esta ocasión, a modo de celebración por el sexto aniversario gualdreño, pedimos a seis compañeros críticos de cine que encontramos en el 70 Festival de Cannes que nos dijeran cuál fue su película favorita. Tuvieron menú libre, es decir, eligieron de entre todas las categorías -oficiales y paralelas- del festival.

Los críticos nos regalaron, pues, una probadita de sus gustos: Aïda Antonino (Valencia) del sitio web “Premios Oscar” eligió Western; Javier Tolentino (Madrid) de Radio Televisión Española, Tesnota; Laureano Montero (Dijon) programador del Festival de St Gallen (Suiza) y de Fenêtres sur courts (Dijon, Francia), The Killing of a Sacred Deer; Salvador Franco (México) de Grupo Imagen, You were never really here; Oscar Uriel (México) de Cinema Movil, Faces places, de Agnès Varda y JR ; y Sergi Ramos (París) de la Universidad Sorbona, 120 battements par minute.

 

Aïda Antonino

Aïda Antonino-Queralt

Medio: Premios Oscar

http://www.premiososcar.net/

Western, a competición en la sección Un certain regard, es el esperado regreso de la realizadora alemana Valeska Grisebach desde que presentase Sehnsucht en 2006. Otra vez en el entorno rural encuentra Grisebach el escenario idóneo para reflexionar sobre los modos y límites de la condición humana. Y es que en la soledad de la naturaleza el ser humano se revela en su estado más puro.

Un grupo de obreros alemanes desplazados a un lugar indeterminado de la Bulgaria rural para cumplir con la construcción de una planta hidráulica. En el mismo enclave alzarán el campamento base desde el que entablarán relación con los habitantes de la localidad más cercana. Se desarrollará pues un contacto inevitable entre dos culturas que poco tienen que ver, empezando por las barreras lingüísticas seguidas de las rendijas políticas y luchas de poder.

El protagonista del relato es ‘el nuevo’, un hombre taciturno y solitario; salvaje para sus compañeros, civilizado a los ojos de los vecinos búlgaros. El caso es que éste es el héroe que tenderá puentes entre ambos grupos. Y también la particular actualización del arquetipo del jinete solitario que ofrece Grisebach en su western, como parte de la relectura del género del western, de ahí la elección del título.

Western es un ejercicio de género concienzudo, un retrato árido de la esencia humana, sin llamativos efectos visuales, ni diálogos contundentes. Grisebach cimenta su relato sobre las acciones y gestos de los rudos obreros y los no menos toscos búlgaros. La indeterminación de la localización, así como del tiempo narrativo, dota de una dimensión atemporal a la reflexión en torno a cuestiones básicas como la camaradería, las rivalidades, las envidias o las pasiones cuando se trata de explorar la naturaleza humana.

 

Javier Tolentino

Javier Tolentino

Programa El séptimo vicio, Radio Televisión Española

http://www.rtve.es/

Tesnota y el laberinto ruso. La película que más me ha sorprendido no pudo ganar la Palma de Oro, porque no compitió en la Sección Oficial, relegada por decisión de los programadores de Cannes a la sección alternativa del festival francés, Un certain regard. Se trata de la película rusa Tesnota (2017) del jovencito realizador ruso Kantemir Balagov, colaborador y discípulo de Alexander Sokurov. Narra, con una escritura fílmica de la vieja escuela de cine ruso, el secuestro exprés del más pequeño benjamín de una familia modesta de San Petersburgo, que vive malamente de un pequeño taller mecánico donde trabajan el padre y una hija entusiasmada por los coches y enamorada hasta las cejas de un buen chico. Para pagar el rescate hay convocatoria en la sinagoga judía del pueblo para ayudar económicamente a un miembro de su comunidad religiosa, pero no, no logran ese apoyo y mira que los judíos tienen fama de manejar pasta pero darla, así como así. Le proponen un trato, le compran por cuatro duros el taller y la casa y si se vienen a bien con los hijos de la familia, los casan como se hacía en el Medievo y no se hable más. A través de este incidente, Kantemir Balagov muestra la Rusia contemporánea, destrozada y tocada por las nuevas clases emergentes, los conflictos geográficos e independentistas de las ex repúblicas soviéticas, los pulsos religiosos con las distintas comunidades y sus respectivos dioses. Si el contenido es una magnífica radiografía del laberinto ruso, el discurso técnico es impecable. Con una luz crepuscular sobre los fríos rusos, los encuadres son de una precisión académica de primer orden y una magnífica dirección de actores. No entendemos (al menos el que suscribe estas líneas) las líneas que marcan el destino de las películas de Cannes, en cuanto a sus secciones correspondientes ya que es una verdadera lástima que esta película no pueda aspirar a pasar a la historia del festival francés.

 

Laureano Montero

Laureano Montero

Programador Festival de St Gallen (Suiza)

y de Fenêtres sur courts (Dijon, Francia)

The killing of a sacred deer, de Yorgos Lanthimos. A diferencia de años anteriores, no me ha deslumbrado ninguna de las películas que pude ver en esta edición del festival. No obstante, la que más me ha marcado es, sin lugar a dudas, The killing of a sacred deer del griego Yorgos Lanthimos, que vuelve a Cannes tras recibir el Premio del Jurado en 2015 por The Lobster. En esta nueva obra, interpretada en sus papeles protagonistas por Colin Farrell y Nicole Kidman, un extraño –luego inquietante– adolescente va a llevar hasta el suplicio a una rica familia burguesa. ¿Quién es ese chico con el que el padre, cardiólogo en un gran hospital, mantiene citas regulares, primero a escondidas de su familia? ¿Un amante? ¿Un hijo escondido? Descubriremos pronto que es en realidad el hijo de un ex paciente fallecido del cirujano y que el joven en apariencia inofensivo está dotado de un singular poder de destrucción. Pensamos irremediablemente en Teorema de Pasolini o en las películas de Kubrick o de Haneke. Con una puesta en escena virtuosista y su habitual humor negro transgresor, Lanthimos disecciona el derrumbe de la familia hasta su caída en los abismos, llevando el thriller terrorífico al terreno de la esencia misma de la tragedia (la película hace una cita explícita al mito de Ifigenia): el destino implacable, la sangre que llama a la sangre, desgracia y sufrimiento llevados al máximo, hasta que el clímax final permita restablecer otro precario equilibrio. Como era de esperar, tan atrevida propuesta dividió al público y la crítica en su estreno en el festival y recibió tantos aplausos como pitidos.

 

Salvador Franco

Salvador Franco

Grupo Imagen

La película de Lynne Ramsay se convirtió en mi favorita del Festival de Cannes por muchas razones, la primera de ellas es la exquisita manera en la que fue filmada, con una cámara elegante y lo suficientemente paciente para mostrar no lo obvio, sino lo verdaderamente trascendente. La segunda es por la magistral interpretación de Joaquín Phoenix, quien encarna a un miserable asesinó a sueldo que encuentra en uno de sus crímenes la posibilidad de redención. Y la tercera, por abordar temas profundos, dolorosos y hasta oscuros dentro del alma del ser humano, pero siempre con una mirada misericorde llena de amor.

 

Oscar Uriel

Oscar Uriel

Cinema Movil

http://www.cinemamovil.mx/

Faces places, de Agnès Varda y JR. Fuera de competencia presentó este documental, el cual no es más que una road movie protagonizada por la célebre directora Agnès Varda y el fotógrafo JR. Ambos deciden retratar a la clase obrera en un viaje por el interior de Francia, resultando en un conmovedor retrato que expone la particular relación entre sus dos personajes separados por casi cincuenta años de edad pero creando un sólido vínculo de amistad gracias a la energía y curiosidad que comparten. Fascinante el ver a la legendaria Varda llena de vigor y portando el carisma que siempre la ha distinguido. Definitivamente ésta fue mi cinta favorita de la edición setenta del festival pues celebra el poder de la conexión entre dos personas.

 

Sergi Ramos Alquezar

Sergi Ramos Alquezar

Profesor Investigador Universidad Sorbona/ Colaborador de La Gualdra

120 battements par minute, de Robin Campillo. Elogio de la urgencia: tras una 70 edición con demasiadas películas inocuas, el pase de 120 battements par minute (120 pulsaciones por minuto) del francés Robin Campillo, presentada en la competición oficial, condensó tal emoción e intensidad que al salir de la sala de proyección me entraron ganas de abrazar y besar a cualquier desconocido festivalero o festivalera que se me cruzara por el camino.

Elogio del militantismo: la película vuelve al París de principios de los 90 para describir la lucha de Act Up, una asociación de origen estadounidense, implantada también en Francia para defender los derechos de los enfermos de SIDA y dar a conocer su dramática situación. Un puñado de militantes, representantes de la diversidad del movimiento LGBT, en su mayoría seropositivos en un momento en que nada podía detener el avance mortal de la enfermedad, son los protagonistas de la película. Una obra que no es tan coral como colectiva, elogio del grupo como motor de la acción política, matizando la complejidad de las distintas posturas individuales que en él convivían. Alternan secuencias de los tempestuosos debates en la organización, no exentos de humor y ternura, con las acciones públicas que llevan a cabo, en las que la violencia simbólica, inaudita desde nuestro normalizado y no tan lejano presente, se corresponde con la urgencia de sus miembros.

Un drama púdico: entre estas secuencias militantes se filtra una historia de amor, que desprende una aguda emoción puesto que cada uno de estos personajes es un muerto potencial, sumido en una cuenta atrás que acabará con las vidas de muchos de ellos. Sin embargo, a pesar de esta situación dramática, la película no se deja llevar por ningún patetismo fácil, sino que la cámara observa con un pudor ejemplar, como durante la mañana de duelo en la admirable penúltima secuencia de la película. Debatir. Echarse a la calle. Amar.

 

 

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