(6 CONCURSO DE CUENTO CORTO DE LJZ)
Había una vez una niña que se llamaba Karla. Esta niña tenía un talento que nunca podrá olvidar. Ese talento se llama la pintura, pero a su familia no le gustaba. A ella le gustaba mucho. Un día a su escuela fue un famoso pintor a invitar a niños y niñas a un concurso de pintura. Karla dijo: “Yo quiero participar”. Entonces se anotó en la lista. Más tarde se quedó pensando en su familia. Pensó: “Si les digo que voy a concursar en ese evento me van a regañar”. Entonces decidió hacerlo a escondidas. Llegó el día del concurso y ella le preguntó a su mamá que si se podía quedar a dormir en casa de su amiga Renata. Ella le contestó: “Sí, claro”. Karla, en una mochila, se llevó las cosas que iba a utilizar para el concurso. Preocupada de que su madre se diera cuenta de lo que estaba haciendo, entonces se lo contó a su amiga Renata. Le dijo Karla: “No le vayas a contar a mi mamá lo que estoy haciendo”. Renata, sin hacer caso, después del concurso, fue a casa de Karla a contar lo que estaba ocurriendo. Los papás de Karla contestaron: “Cuando regrese nuestra hija la vamos a regañar, no es una buena idea mentir”. Renata, arrepentida de lo que hizo por romper el secreto, le dijo a Karla lo que le había contado a sus papás. “Lo siento, estaba preocupada porque mentiste a tus padres”, dijo Renata. Cuando Karla llegó a su casa sus papás ya la esperaban molestos, la regañaron, la castigaron, le quitaron sus cosas que había utilizado en el concurso y le dijeron que mentir a los papás no estaba bien, que debería tener la confianza de decirles y que ellos la apoyarían en sus decisiones. A lo que ella contestó que ella sólo quería cumplir sus sueños.
Pasaron los días, y sus papás, preocupados, hablaron con ella. Le pidieron disculpas.
Le explicaron que le habían quitado su sueño de la pintura porque ellos nunca tuvieron un talento, y ellos solamente la querían ayudar para que ella cumpliera sus sueños y desarrollara sus talentos, para que así fuera la mejor pintora de todo México.
Karla fue creciendo y sus papás pagaron una escuela de artes, para que ella aprendiera las mejores técnicas de pintura y pudiera hacer cuadros hermosos para exponerlos en los mejores recintos.
Al final, todos contentos de ver el talento de Karla y sus hermosas obras, la abrazaron y le dijeron lo orgullosos que estaban de ella. Renata siempre acompañaba a Karla a sus exposiciones de arte y le agradeció su amistad.
Autora: Paulina Sinahí Arteaga Hernández
Edad: 9 años
Escuela Olimpiada 1968
Calera, Zacatecas