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martes, 23 abril, 2024
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¿Qué estamos haciendo ahora mismo?

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Por: CISSI MONTILLA •

La Gualdra 429 / Gestión Cultural en tiempos de Covid-19

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Antes de la postpandemia: en México hay un sector institucional debilitado, una fragmentación política y una gran incapacidad para visualizarnos como un todo. Inciden muchas cosas entre otras las diferencias culturales, políticas, financieras y socioeconómicas además de un cambio de enfoque muy reciente, eso en la parte institucional, por el otro lado también hay un sector debilitado, dependiente en muchos casos del Estado, dividido, acostumbrado a luchar cada uno por su propio pedazo del pastel y que reclama los apoyos del gobierno al mismo tiempo que, felizmente, comienza a buscar posibles salidas.

¿Ante esta realidad qué ha hecho el Estado? La Secretaría de Cultura federal propuso un programa denominado “Contigo en la distancia”, abrió una convocatoria pública y muchos gestores, creadores y artistas presentaron proyectos que se están llevando a cabo. Los trámites administrativos son lentos, pero eso ya es normal. En algunos estados o entidades federativas las secretarías de cultura locales también han llevado a cabo esfuerzos interesantes para paliar un poco la situación como, por ejemplo, pagar por adelantado conciertos, obras de teatro o actividades que ya estaban programadas y se les asignarán nuevas fechas; también están produciendo programas para las televisoras locales, podcasts, eventos virtuales, paseos por museos o zonas turísticas, lecturas dramatizadas o en voz alta y una amplia oferta para mantener activas las redes sociales institucionales. Sin embargo, muchas de estas actividades no son remuneradas y ya comienza a sentirse el desespero por los recursos con los cuales darle continuidad a la vida real.

Luz, gas, teléfono, renta, alimentos, medicinas para enfermos crónicos y atención para los niños, atención y cuidados para adultos mayores… y todo lo relacionado con microeconomías interdependientes, personas que apoyan en labores domésticas, personas que cuidan enfermos, personas que atienden niños o personas con discapacidad, personas que atienden en los museos, que venden entradas en los cines, guías turísticos, lauderos que restauran instrumentos, libreros, editores y los que hacen música funcional… y otros tantos que no tienen un trabajo fijo sino que están por honorarios y con contratos de corta duración y/o sobreviven de las propinas. En este contexto muchos promotores, gestores, creadores y artistas se acercan a la institución buscando apoyos, en algunos casos buscando asesoría comprendiendo poco a poco que tienen que caminar solos y comienzan a dar los primeros pasos, ¿quiénes pueden hacer proyectos y formular propuestas innovadoras utilizando las tecnologías? Un grupo pequeño que a pesar de sus carencias sigue siendo un grupo privilegiado, ¿qué pasa con aquellos que están en las comunidades más dispersas y menos favorecidas? Los que se han apoyado en los buenos programas de apoyos gubernamentales locales o federales… ¿Qué pasa con los pequeños artesanos, los que venden en las ferias y mercados sobre ruedas? ¿Los que no tienen acceso a mercados virtuales? ¿Quién está pensando en ellos? ¿Quién está conversando con ellos para conocer sus propuestas?

Nacho Ruiz imparte en zoom, desde España, la conferencia La historia del arte desde la historia de las pandemias.

Nacho Ruiz imparte en zoom, desde España, la conferencia La historia del arte desde la historia de las pandemias.

 

¿Qué pasa con las pequeñas y grandes empresas que viven de los públicos? ¿Cómo reconfiguras una oferta en estas circunstancias? El proceso de reinventarse, de volver a comprender la complejidad de la cultura vista ahora desde las actuales circunstancias no es un proceso que se puede dar al vapor. Como todo proceso debe ser lento y profundo, mientras eso sucede y los pensadores vuelcan en palabras sus reflexiones, los filósofos nos ayudan o no con herramientas para diseccionar, la crisis produce explosiones de creatividad, la crisis implosiona en el sector e impulsa innovación, cocreación, generación de conocimiento colectivo, las miradas amplían sus horizontes e involucran otras dimensiones antes no tomadas en cuenta… y vemos cómo algunas de las actividades marginales que ya surgían en la web toman cada vez más sentido, booktubers financiados por importantes editoriales, expertos en playlist financiados por grandes productoras, diseñadores de video-mapping proponiendo lenguajes visuales para atrapar los nuevos sueños, los bloggers haciendo análisis políticos o crítica de arte, los muchachos produciendo una nueva visión del cine con Tik Tok e Instagram, la tuiteratura retándonos con el minimalismo literario, el FanFiction creando finales alternativos para los libros, maestros cocineros compartiendo sus secretos con el apoyo de los productores de insumos alimenticios, grupos de músicos proponiendo conciertos a distancia, monólogos, teatro de cámara, y otros creadores conectándose con sus públicos y provocando ahora sí crowdfunding con sentido de la empatía.

Sí… estamos en un momento interesante, difícil, complejo y nuevo en el cual las fuerzas creativas están propiciando pequeños sismos que pueden llegar a ser grandes cambios estructurales. Y a todas estas, ¿dónde está la institución en este momento? ¿Cuándo y cómo se acercará a estos detonadores de nuevas propuestas para caminar con ellos en esta reconfiguración? ¿La institución será capaz de comprender que ya no puede seguir diseñando política pública desde su cómodo escritorio? ¿Comprenderá que ya no comprende nada…? O como bien dicen que decía Monsiváis: “Yo no sé si ya no entiendo lo que pasa o ya pasó lo que estaba yo entendiendo…”.

Me parece que ahora es cuando más sentido tiene la muy sobada frase:
¡Yo sí creo que el arte y la cultura pueden cambiar al mundo!

 

 

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_429

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