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miércoles, 24 abril, 2024
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El aséptico doctor Gatell

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Por: LUCÍA MEDINA SUÁREZ DEL REAL •

«El inesperado Rockstar de la 4t”, lo llamó la revista Quien. El ángel de la salud, o el “monaguillo de la burocracia sanitaria” son algunos de los motes que le han puesto al doctor Hugo Lopez Gatell en los últimos días.

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Es indiscutible, es “el hombre del momento”. El que todos los días desde hace 55 al menos, a las 7 de la noche informa con respecto al avance del Sars-cov2 en México y lo que se hace para evitar sus consecuencias.

Su elocuencia, su hablar respetuoso e incluyente y la paciencia y facilidad con la que explica a profanos las complejidades de la epidemiología le han ganado simpatías, memes y hasta club de fans que al momento registran 40 mil miembros en Facebook.

La conferencia de prensa que encabeza supera en raiting las del presidente de la República, y ha sido bautizada como “la telenovela de las 7”. Aunque se transmiten por YouTube, y son de libre acceso, el medio Sin Embargo reporta que en los puestos de piratería de la Ciudad de México se venden compilados de las primeras conferencias.

Aunque su aceptación popular ha sorprendido, ha sido aprovechada para difundir las medidas que las autoridades sanitarias imponen para enfrentar la epidemia. El mejor ejemplo se encuentra en la convocatoria lanzada hace unos días para que la niñez del país envíe un video o un dibujo con sus cuestionamientos al doctor en ese tema.

Lo natural habría sido que tal cosa se hiciera con el personaje Susana Distancia, creado para la ocasión, con toda una estructura en redes sociales, con videos, voz, y hasta la posibilidad de chatear con “ella” en whatsapp, para resolver dudas y recibir orientación.

En broma, algunos dicen que la popularidad del Doctor Lopez Gatell es síntoma del Síndrome de Estocolmo. Los más entusiastas creen que debe lanzarse por la presidencia de la República en el 2024, y algunos más, ven las notas y reportajes que en torno a su vida se hacen como una estrategia oscura del régimen para su promoción particular.

Pero la visibilidad tiene costos: y de la misma manera como ha sido centro de elogios también lo ha sido de ataques. El más notorio, el realizado por el periodista Javier Alatorre al llamar a desobedecerlo, lo que le valió el repudio y cuestionamiento en redes sociales tanto a él, como a TV Azteca de quien se pidió incluso que le retiraran la concesión.

La respuesta de Lopez Gatell fue de elegante institucionalidad, destacando que los datos proporcionados son los reportados por todos los estados y producto de un trabajo en equipo que labora de manera coordinada.

Aunque ese ha sido el ataque más grave se han dado muchos otros algunos de los cuales rayan en la vileza.

Se le ha investigado y cuestionado sobre su vida personal y se ha dicho que su liderazgo se debe a su condición de hombre blanco.

En la utilización politiquera de la emergencia, algunos personajes han intentado subir al ring al doctor Lopez Gatell intentando poner en duda su conocimiento técnico y científico.

La respuesta de Lopez Gatell ha sido aséptica. No compra pleito con nadie, no atribuye malas intenciones, y desmiente o responde con base en razonamientos técnicos que trata de mantener limpios de toda política.

Habrá quien explique esta forma de actuar como un estilo meramente personal, sin más méritos ni culpas que repartir; pero cuesta creer que ésta sea una decisión individual, toda vez que dejar la conducción de la emergencia en manos técnicas o no, es necesariamente una decisión gubernamental.

Asimismo, en obligado cumplimiento de sus funciones, pero también en contra de la tradición de dejar “las malas” a los subalternos, el presidente de la República ha servido de pararrayos de los ataques opositores que lo mismo claman un día por el estado de excepción y otro por la relajación de las medidas en atención a lo económico. Esto ha dejado al científico libre en la medida de lo posible de esas presiones.

La importancia de esto es fundamental para el eficiente manejo de la emergencia, y el acatamiento de las medidas que la ciencia demande más allá de filias y fobias.

Mantener aséptica la cabina del piloto nos conviene a todos: a la tripulación, a los pasajeros, y a hasta a los que creen, ingenuamente, que ven todo esto desde tierra. ■

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