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jueves, 18 abril, 2024
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Artesanadores. Importancia de los primeros auxilios emocionales para niñas y niños en contingencia

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Por: MARTÍN LETECHIPIA ALVARADO* •

Dice Eduardo Punset, estudioso de las neurociencias que: “la felicidad es la ausencia de miedo” y precisamente en este tiempo de contingencia lo que cargamos física y emocionalmente es miedo, por lo tanto hemos perdido una parte de nuestra felicidad. Ante tal situación ¿Qué podemos hacer?

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Partamos de un hecho real, estamos en una situación de crisis y una crisis produce dolor, confusión, alteración de nuestros hábitos, fragmentación yoica, entre otras cosas; ahora salgamos de esa sola visión y pensemos como Lev Vigotsky y aceptemos que la crisis también genera cambios, genera una especie de oportunidad, una ruptura necesaria, el que desarrollemos recursos que no nos conocíamos. En este sentido las crisis son necesarias, el ser humano de hecho, en su proceso de maduración experimenta crisis periódicas que le ayudan a crecer; un destacado escritor anoto que la vida no es lo que nos ocurre, sino lo que hacemos con lo que nos ocurre.

Volviendo a la pregunta inicial ¿Qué podemos hacer ante esta crisis? Primeramente es ver sus dos polos, sus ventajas y lo que podemos hacer con sus desventajas. Por ejemplo algo importante de una crisis es que derriba nuestra soberbia, en medio de ella estamos propensos y somos iguales, nos hace más humildes¸ despierta nuestro sentido comunitario, nos mueve a la bondad, a pensar en la familia, se despierta nuestro altruismo, creatividad e inteligencia para sobrevivir.

Algunas cosas que no deberíamos hacer en este tiempo de crisis, para preservar nuestra salud mental, es no caer en los excesos de información, no confundir saber mejor con saber más; no pensar en la cuarentena como un castigo, como una cárcel, sino como una decisión consciente y humana; no matar el tiempo en cosas inútiles, el tiempo es el recurso más valioso de nuestra vida; no comer compulsivamente y pasar largas horas viendo el televisor. Esto para dar buen ejemplo a los hijos, y hablando de niñas y niños ¿alguien se ha preguntado cómo están viviendo ellos esta pandemia? ¿Cómo se sienten emocionalmente? ¿Qué esperan de todo esto?

A continuación se hace una propuesta terapéutica para niñas y niños abordando tres rubros.

INFORMACION: en tiempos de crisis, la ruptura de la cotidianidad en la niñez se percibe como una violencia, se ve truncada y por lo tanto hay incertidumbre de no saber cómo continuar el día a día y eso puede generar depresión; al no tener los recursos psicológicos para saber cómo vivir esa situación surge una laguna significativa; algunas veces la ruptura de la cotidianidad da lugar a una acción maniaca, porque el cuerpo actúa lo que no puede decir; los niños y las niñas tienen derecho a estar informados, a partir de los tres años en adelante debe explicárseles la situación como si fuera un juego en el que deben colaborar, el porqué de una situación tan nueva para ellos, esto lo sugiere la psicología.

La incertidumbre es algo que los humanos manejamos muy mal, por eso se les debe explicar de manera clara y sin alarmismos, de lo contrario los pensamientos confusos e infundados generan ansiedad de ahí la importancia del lenguaje, para dar contención, lo que no se habla se somatiza y el cuerpo se lo cobra con la enfermedad, el cuerpo actúa lo que no puede decir.

ACCION COMUNITARIA Y FAMILIAR.

Esta crisis es una oportunidad para enseñar a la niñez otra forma de observar el entorno, ¿a quién podemos ayudar? ¿Qué podemos hacer en lo inmediato por los otros? Aquí podemos aprovechar para hacer una reflexión colectiva sobre el cuidado del planeta, la importancia de la ciencia, el cuidado de la salud y la higiene, la revisión de la cultura, por ejemplo leer como afrontaron las culturas antiguas las pandemias, todo esto le quita angustia al tema y se nombra narrativa terapéutica. En familia se puede organizar el tiempo compartido, crear nuevas rutinas domésticas, elaborar una agenda de diversiones y responsabilidades, como sugieren los especialistas.

Además podemos crear huertos familiares o de azotea, hacer un pequeño jardín botánico, realizar ejercicio conjuntamente y jugar muchos juegos tradicionales y de mesa.

EL ARTE Y ARTESANADORES.

Inmediatamente después del terremoto del 2017, en la ciudad de México Apolonio Mondragón y Emilio Lome, llevaron a cabo una serie de actividades que fueron conocidas como cultura que cura, esta fue una metodología de transformación del imaginario del miedo, al imaginario de la vida, además publicaron un manual de primeros auxilios para situaciones de riesgo y desastre, que vienen a la memoria porque hoy más que nunca deberíamos de utilizar para atender a la niñez.

Nuestros artistas parten de que todas las emociones son necesarias y, no tenemos que ocultarlas; el miedo por ejemplo no debe evitarse sentirlo, sino de retenerlo de manera prolongada, debemos aprender a usar nuestras emociones usándolas a nuestro favor.

El arte es una extraordinaria herramienta para generar y direccionar emociones, el arte sanador es un género artístico muy singular, porque la obra es el proceso, es una acción artística que alivia un malestar anímico, es el acompañamiento que emplea la expresión artística (música, literatura, danza y plástica medicinal) para clarificar el camino de nociocepcion y visualizar el bienestar. El artesanador es alguien que ama la vida, es un especialista en mirar aquello que es posible y no lo que se ha perdido por mas catastrófica que parezca la situación.

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