La Gualdra 424 / Río de Palabras
[Leerse mientras se escucha: Llueve sobre mojado. Fito Paez & Joaquín Sabina]
Estaba enamorado de ella,
tenía todos los síntomas:
los visibles y aquellos que nadie puede notar.
Era todo lo lento, pueril y soso
que puede llegar a ser un enamorado
,
era todo lo maravilloso, terco y hábil
que puede llegar a ser un enamorado.
Por la noche, al alba,
al atardecer, y en la madrugada,
el nombre de ella era un metrónomo suave,
de una música celta,
una estrella fugaz en órbita constante.
Estaba enamorado de ella,
era insoportable estar sin ella,
y él mismo era un insoportable sin ella.
A lo lejos, arden
como de costumbre, las galaxias
y los dioses lanzan dardos al azar perfecto de la noche
De cerca, los hombres caminan al borde de las banquetas,
con la mirada fija, -pero perdida-
en la prisa de algún par de tacones
,
las mujeres, en pleno siglo XXI
por alguna herencia prometéica, supongo
siguen encontrando románticas las velas
,
los niños, con deseo terrible,
sueñan sin paciencia, con dejar de serlo.
A lo lejos, ayer, de cerca, mañana,
sin paciencia, con templanza,
y en la lluvia de los días
un hombre confiesa que está enamorado de ella.
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