El Estado es el responsable del resguardo de los derechos de los trabajadores que ya tienen en activo su derecho a la jubilación. Los manejos que hayan sido incorrectos en la reproducción de los fondos de pensiones no es responsabilidad de los derechohabientes; luego entonces ellos no pueden cargar con las consecuencias negativas de dichos malos manejos. Pero el Estado, ante una contingencia de este tipo, hace uso de recursos fiscales para tapar los faltantes. Y si es así, quiere decir que los contribuyentes cargan con la responsabilidad, lo cual tampoco es justo.
Se pueden hacer tres cosas en escala. Lo primero es recuperar lo robado, en caso de lograr demostrar corrupción. Lo segundo es disminuir los egresos más significativos, como el caso de las pensiones que ascienden hasta 80 mil pesos, para lo cual sirve el mecanismo ya probado de venta de prestaciones. No se puede eliminar de un plumazo los derechos adquiridos, pero se pueden comprar parte de esos derechos. Este tipo de programas han mostrado su efectividad en disminuir pasivos en los ámbitos laborales, por eso pueden usarse perfectamente en el caso de los sistemas de pensiones. Sin embargo, la medida más importante es producir la riqueza necesaria para cubrir las necesidades de más fondos, y eso pasa por pensar cómo generar esa riqueza con esquemas de bajo riesgo.
Lo último que dijimos implica usar los fondos de pensiones como fondos de inversión: hacerlos capital. Generalmente las instituciones depositan en los bancos sus fondos y reciben de los mismos algunas moronitas de ganancia, pero ellos (los bancos) sí invierten esos fondos de forma indirecta en esquemas de crédito, con lo cual generan enormes ganancias. El Estado debe sustituir la acción de los bancos privados y crear los créditos y las inversiones directas en empresas que produzcan la ganancia y reproduzcan ese capital. La cosa es que deben ser inversiones de bajo riesgo, porque se trata de la pensión de trabajadores. La demanda agregada de los gobiernos puede ser una manera de dotar de seguridad la inversión: crear empresas que sean proveedoras de las instancias del propio Estado. Tal vez los precios sean un poco mayores a los proveedores transnacionales a los que ha venido comprando, sin embargo, la rentabilidad social es mucho mayor: la circulación del dinero al interior del estado, la formación de empleos de zacatecanos y la solución sustentable del problema de las pensiones justifica las fórmulas de economía solidaria en la inversión de los fondos de pensiones.
Por último, con los resultados de lo arriba señalado, puede aplicarse el enfoque de desarrollo humano en la provisión de las pensiones: no sólo cubrir montos dinerarios mensuales para los jubilados, sino cubrir las necesidades y capacidades de los mismos. ¿Qué quieren ser y hacer con la pensión? Al responder esta pregunta, se puede diseñar un plan de dotaciones de capacidades (dotar los medios y oportunidades reales para que los jubilados hagan lo que desean hacer y ser). Esto último puede resultar no sólo más efectivo, sino más barato.
En suma: el problema del fondo de pensiones del Issstezac sí tiene solución, pero se debe emprender una serie de innovaciones económicas, organizacionales e institucionales; y (sobre todo) dejar de pensar como simples contadores.
