El pasado 2 de octubre del presente año el C. Gobernador del Estado de Zacatecas lanzó una campaña de regularización de motocicletas (sic) de acuerdo con la página oficial de Gobierno del Estado. En dicha cruzada se mencionan una serie de acciones que pretenden encauzar el uso correcto de dichos vehículos automotores que, dado el empleo poco inteligente que de ellos se hace, los ha convertido en una calamidad pública y también, en un elemento de riesgo para quién los utiliza. A esta cruzada se le ha denominado “Lo Legal” y, obviamente se considera que trabajando correctamente desde la celosa vigilancia de las instituciones encargadas de la vialidad citadina y del estado, principalmente la Dirección de Policía de Seguridad Vial, este problema será inhibido más temprano que tarde. Los puntos medulares fueron trazados correctamente y se enuncian a continuación.
Primero, se pretende empadronar y regularizar a todas las motocicletas en sus diferentes modalidades que circulan en el estado. Probablemente este sea el punto más importante de la campaña, pues hay gran cantidad de vehículos de este tipo que circulan como hormigas por todas las latitudes donde se puede hacer rodar un vehículo y muchas veces no se sabe si su procedencia es legal y si cumplen con los requisitos de pago de la tenencia correspondiente como el resto de los vehículos automotores. Por este lado, la iniciativa parece más que correcta y todo hace pensar que de lograrse esta regularización, el erario recibirá un buen aliciente a sus arcas a partir de este principio de homologación, además de que se tendrá un censo más exacto sobre la cantidad y el estatus de cada uno de estos vehículos y sus propietarios.
El segundo punto muestra la bondad del programa al ofrecer a los mencionados facilidades que consisten en que “durante octubre, noviembre y diciembre la regularización costará solamente quinientos pesos y habrá un descuento de cincuenta por ciento al tramitar la licencia de motociclista”. Otro aspecto que beneficia a propietarios y conductores es la condonación de multas previas y recargos durante este mismo período.
Un tercer punto aclara un objetivo medular que consiste tanto en prevenir la delincuencia que se comete a bordo de este tipo de vehículos y quizá el más loable de toda la campaña, salvar vidas tanto de conductores como de transeúntes que de pronto tienen la mala pata de cruzarse en el camino de algunos motociclistas con espíritu de energúmeno que luego anda suelto por ahí.
El proyecto no deja de ser una buena propuesta y forma parte de la convivencia civilizada entre conductores de vehículos con motor, ciclistas y peatones. Tal vez tarde un poco en echar raíces por faltar en su propuesta el aspecto pedagógico por una parte y la capacidad de la Dirección para hacerlo extensivo a todo el estado, pues para hacer cumplir una normatividad, primero hay que convencer a la ciudadanía que la ley hay que respetarla siempre y lo más importante, que para que lo legal se cumpla hay que estar al pendiente de parte de la autoridad en hacerla cumplir todos los días con educación, respeto y sin violentar los derechos humanos y civiles de los ciudadanos.
Por otra parte, habrá que capacitar a todos los conductores sobre sus derechos y obligaciones en su diario rodar por avenidas calles y veredas del estado. El uso del casco es una obligación y el número de transportados también. Pero tal vez habrá que hacer hincapié en las reglas. Las dos más notables son el rebase indiscriminado por la derecha o izquierda y aclararles a los motociclistas un principio básico de entendimiento que consiste en que dejen de creer que las líneas de separación de carriles de tráfico en las avenidas son ciclopistas. Otro aspecto importantísimo es el control de la contaminación, y no solo la que se refiere a las emisiones de humo, sino al del ruido estruendoso de las máquinas y aparatos de sonido. Y esto incluye también a los vehículos oficiales de estas características.
En el futuro habrá que pensar en carriles de circulación destinados a los motociclistas para prevenir accidentes por alcance y las normas que ameriten el tráfico civilizado entre todo tipo de vehículos y los viandantes, a fin de cuentas los más importantes en el ánimo de los que se desplazan de un lugar a otro. Si el programa se extiende a todo el estado se habrá dado un paso importantísimo en la convivencia civilizada de los zacatecanos.
La propuesta de este escritero es que se obtendrían mejores resultados si se sustituyen las contingencias coercitivas por aquellas que estimulen el respeto a la ley de una manera voluntaria y convencida. Así, el aprendizaje será trascendental y para toda la vida.
De otra manera, se seguirán dando los insustituibles palos de ciego y el camino al infierno seguirá rodeado de buenas intenciones. n
