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jueves, 28 marzo, 2024
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¿Qué con las leyes secundarias de la reforma educativa? (segunda parte)

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

Nuestros maestros, nuestras maestras,
merecen respeto… Vamos a mejorar la
calidad de la enseñanza, en un acuerdo
que haremos entre padres de familia,
maestros y autoridades.
Andrés Manuel López obrador
La Jornada. 23/sept/19, p. 16

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La finalidad tanto de la reforma educativa lopezobradorista, así como de sus leyes secundarias, es que los maestros no dependan de los sindicatos magisteriales que hoy día existen dado que no velan por los intereses de sus agremiados, solo utilizan a la organización para fines personales; deben ser sustituidos por sindicatos cuya manera de conformación sea la vía democracia y se abanderen con intereses de quienes los integran y no solamente de quienes lo dirigen. Así podría ir desapareciendo el corporativismo sindical, dando lugar al fortalecimiento de organizaciones sindicales democráticas y participativas, sustituyendo de esta manera al liderazgo malo, mediocre y entreguista; debemos considerar este momento como coyuntural para que se le dé vida y funcionalidad a sindicatos cuya conformación hayan sido consecuencia de verdaderos procesos democráticos.

A reserva de que se analicen, interpreten y emprendan acciones derivadas de las leyes secundarias de la reforma educativa y se estructuren proyectos contextualizados, es como podría demostrarse si realmente será o no promisorio el futuro de la educación en México; necesario es que los sindicatos magisteriales no se apoderen del sistema educativo impidiendo la transformación del mismo. Encontrarle sentido a la educación, implica valorar a los centros educativos, y, que la política educativa no considere al presupuesto asignado a la educación como un gasto sino como una inversión; esto tiene su razón de ser puesto que gran número de directivos solamente centran su atención en administrar los dineros, descuidando lo sustancial, que es el promover la formación de los educandos.

Apostarle a la transformación del sistema educativo, implica romper con paradigmas que, antaño se han aplicado a manera de receta y que no han funcionado, se requieren proyectos que se construyan en, desde con y para los diversos contextos educativos y no que se impongan desde postulados teóricos que solamente retratan una realidad ficticia; con esto, se da muestra de que México no ha contado con una política educativa de alto impacto toda vez que, quienes han estado dirigiendo el “rumbo” de la educación, lo han hecho entregandola a intereses meramente empresariales. Solamente les ha interesado buscar la calidad en la instrucción para formatear a los educandos y convertirlos en serviles de los voraces intereses de capitales privados, cierto es que se requieren centros educativos que cuenten con infraestructura y equipamiento adecuados, sin embargo, esto no garantiza la calidad educativa ya que son solo medios que favorecen al aprendizaje; calidad educativa no solo es contar con alumnos que obtengan buenas calificaciones puesto que esto es consecuencia de adiestrarles la memoria.

Tal parece que me salgo del tema en cuestión, sin embargo, en lo que son las leyes secundarias de la reforma educativa, todo va implícito y entrelazado. Dichas leyes deben ser garantía para mejorar la educación, quedó claro que con la reforma peñista jamás se lograría esta mejora puesto que su característica era más de una reforma laboral que educativa; para el Dr. Carlos Ornelas, Académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, en México existe confusión en cuanto a lo que implica educar, motivo por el cual no se puede definir dicho término, asevera que esta confusión puede crear una escalera al cielo o peldaños al abismo.

El Secretario de Educación Pública por indicación del Presidente de la República, ha generado un discurso de la llamada “Nueva Escuela Mexicana”, lo fundamenta solo con dar el mensaje de la necesidad de articular el sistema educativo desde inicial hasta el nivel superior, no bosqueja líneas de acción ni traza estrategias para que esto se logre. En el Congreso de la Unión, quienes son opositores al partido político mayoritario, cuestionan a la nueva reforma argumentando que con las actuales leyes secundarias se volverá a las viejas mañas, que son la herencia y compraventa de plazas docentes –seguro que por algo lo dicen-.

Las leyes secundarias sientan las bases para que, en un futuro, la educación sea tal y como la merece la sociedad, sobre este respecto, se percibe mayor participación del Congreso de la Unión en torno lo que puede ser la educación en la sociedad actual, resaltando las bondades de las mismas –es Lamentable que la Secretaría de Educación Pública (SEP) solo espera línea para darle “rumbo” a la educación-; el bloque opositor del mismo congreso, por sistema, niegan los acuerdos a los que por mayoría se toman, argumentando que esas son reformas del Presidente de la República, así como en su momento se aprobó la reforma peñista. Tal vez en ese sentido tengan razón puesto que en la reforma del 2013 participó activamente la SEP, aunque da manera coludida con el gobierno en turno.

La educación debe verse como una actividad eminentemente social, donde sean los integrantes de la misma quienes se beneficien de ella, es justo el momento de darle otro rumbo a este rubro y deje de ser un botín político para quienes incluso, saben muy poco sobre lo que implica educar, en definitiva, habrá que cerrarle la puerta a la voracidad de la iniciativa privada ya que esta debe tener injerencia en otros ámbitos, menos en el educativo. ■

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