Francesco Tonucci, destacado niñólogo y pedagogo, anota que hasta ahora la ciudad ha sido pensada, proyectada y evaluada, tomando como parámetro a el “ciudadano medio”, adulto, varón y trabajador.
En la nueva ciudad, rica y consumista, el niño está solo, la ciudad ha renunciado a la escala humana, a tener a sus ciudadanos como referencia y parámetro, se ha convertido en un espacio, de hecho reservado a los autos, estos han invadido los espacios públicos de la ciudad, los coches imponen a la ciudad su lógica, su estética y hasta su música.
Los niños pierden la ciudad, la ciudad pierde a los niños y si no hay niños, los adultos somos peores en las aceras, las plazas y los parques, al sentirnos libres somos más irrespetuosos y a veces violentos. Dice Tonucci, que la propuesta es tomar a los niños como parámetro de evaluación y de cambio de las ciudades, una ciudad será adecuada para todos si es adecuada para los niños; el mismo autor plantea que el tema de la ciudad debería ser tema de debate, de elaboración política pública por parte de los alcaldes y administradores.
Si hay niños en la calle, significa que la ciudad está sana, sino se ven niños significa que la ciudad está enferma; los niños quieren un espacio verdadero, estamos perdiendo espacios públicos y el sentido de lo público. Una ciudad de los niños, es una ciudad para todos, un niño cuando piensa espacios, servicios, intervenciones, siempre se preocupa de sus hermanos pequeños, de sus abuelos, de los minusválidos y de los extranjeros y quien dude de esto le invitamos a que conviva y escuche a profundidad a las niñas y los niños. Dice una frase de reflexión que los niños no nacen con malicia, no discriminan, no se burlan, no humillan… hasta que un adulto les enseña.
Se necesita crear una visión nueva, una filosofía nueva de la evaluación, programación, proyección y modificación de la ciudad, la solución política requiere repensar la ciudad tomando como parámetro a los niños y dejando de pensar en espacios solo para los adultos.
Si le arrebatamos a los niños el lugar de juego al pie de su casa y se lo devolvemos a un kilómetro de distancia, en realidad se lo hemos robado y punto. Anota Francesco Tonucci.
En el año de 1991, nace un proyecto denominado “la ciudad de los niños”, promovido por el instituto de Ciencia y Tecnología del Conocimiento en Italia y propone a los administradores de las ciudades, cambiar el parámetro de referencia, la tesis es simple y revolucionaria: una ciudad que intenta ser adecuada para los niños es una ciudad donde todos viven mejor; el niño, expresando sus exigencias, representa, correctamente, las de todos los ciudadanos, empezando por los más débiles, los discapacitados y los ancianos. El proyecto impulsado principalmente por Francesco Tonucci, plantea básicamente cinco aspectos; autonomía, que los niños salgan y se muevan libremente; participación, que los niños opinen y se consideren sus ideas al momento de tomar decisiones; seguridad, que se lleve a cabo una ocupación social de los espacios públicos, tomando en consideración el peligro del tránsito y los delincuentes; movilidad, que los niños puedan ser peatones. A la fecha se han adherido al proyecto ciudad de los niños doscientas ciudades.
Las ciudades educadoras, también tienen una propuesta de ciudad de los niños, la ciudad de Zacatecas, desde hace algunos años tiene la denominación de ciudad educadora, ojalá y en este periodo de gobierno municipal se empiece a considerar la opinión de los niños y su derecho a la ciudad.
El próximo 28 de octubre en la plazuela de García se llevará a cabo un conversatorio denominado La ciudad de los niños, esto a las 11 a.m. y como parte del 5º Fandango de Arte Infantil Gachita Amador, acompáñenos, para iniciar de esta manera la visibilización de nuestra niñez. ■
