Dividiré a los periódicos leales a mi poder, en tres o cuatro categorías de tendencia francamente oficialista, que en cualquier circunstancia, defenderán a ultranza mis actos de gobierno y para ganar para mi causa a esa masa de hombres tibios e indiferentes que aceptan sin escrúpulos lo que está constituido, pero cuya religión política no va mas allá. Maquiavelo
Xacatecas y España. La madre tierra, se parecen en una cosa: tiene lazos fraternos sin toques de venganza, es decir, con un interés histórico y político para entender las cosas.
España pudo cambiar el rumbo de la historia y lo hizo, sus avezados hombres y mujeres se aventaron a la conquista de nuevas tierras y han sido parámetro para los desarrollos agrícolas e industriales y motivo de admiración de todos los pueblos del mundo.
Zacatecas vive el drama de vivir en un país cercado por la delincuencia.
Crímenes sin resolver, políticos corruptos sin castigo, un panorama laboral donde los menores de edad trabajan a destajo, miles de jovencitas paradas hasta 12 horas y con salarios risibles esclavistas, decenas de miles de ancianos desprovistos de seguridad social y hasta con hambre, ausencia de protección del estado, es decir, un caos muy bien organizado.
Una gran cantidad de trabajadores artesanales que viven de la artesanía y una gran cantidad de personas dedicadas al pequeño comercio son víctimas de robos, chantajes, cobro de piso, depresión y un laberinto interminable de trabas donde el estallido es en el hogar, la escuela, la salud, la tristeza avanzada.
La politiquería contemporánea ha sido injusta anticipadamente en donde el libelo y la sátira está destinada a corromper a la honestidad misma, la frivolidad y la cobardía son actos temperamentales donde los comentaristas conciben a la patria en abonos y sin fiador, cobrando intereses hasta por respirar. Nos estamos acostumbrando al horror sin salida.
Tufo de lentitudes habitualmente decoradas a sobrevivir en medio de la ingratitud y la apatía, lóbregas escuelas especializadas a tener empacho de verdades y no actuar para evitar la crueldad, el derramamiento de sangre, el saqueo de los fondos públicos.
Mañana será otra historia. n
