Alos ciudadanos nos alegra que la Fiscalía General de la República esté actuando y resolviendo asuntos que tenían a la opinión pública molesta y con el sentimiento de que nada se puede hacer ante la corrupción. La sensación de que la impunidad tiene un límite puede ayudar muchísimo a la disminución de la corrupción. Es decir, los casos actuales donde Lozoya está en proceso y otros de sus cómplices; y ahora el caso de la Estafa Maestra, cuando los programas estaban bajo el mando de Rosario Robles, pueden ayudar a generar una percepción social que tenga como efecto la disminución de la corrupción. En suma, la impunidad y la corrupción son directamente proporcionales.
La Unidad de Inteligencia Financiera está probando en la práctica la insistente tesis de los expertos, en el sentido de que la clave para detener el robo de los recursos públicos estaba en la función de inteligencia financiera. Hay errores en este gobierno y también hay aciertos. Este es uno de ellos: investigar a las cabezas de serie a través de sus actividades financieras, puede hacer posible ir a la red que los soportaba. Recordemos que la corrupción actúa en red. En este caso, las llamadas ‘cabezas de serie’ son los nodos de esas redes. La desactivación de las redes que venían actuando por muchos años creará una dinámica administrativa sana. A su vez, con ello, los recursos estarán invertidos en los problemas púbicos que deben. En otras palabras, la corrupción no sólo daña el erario, sino que deja a los problemas reales sin atención. Es doble el mal.
Apenas empieza este proceso. Ha despertado expectativas positivas. Por la experiencia reciente, los casos suelen caerse en el camino por fallas en el debido proceso o por abiertos ‘acuerdos’ con los jueces. Esperamos que la fiscalía logre integrar bien los casos y el delito sea tratado conforme a la ley. De lo contrario, el efecto será contraproducente en el ánimo de los ciudadanos, amén de los efectos perniciosos en la continuidad de la corrupción. Y no sólo deseamos que logren éxito en estos casos particulares, sino que se abra la investigación a las redes de corrupción que penetraron otras instituciones, como es el caso de las universidades.
Las universidades eran de las instituciones que portaban la mayor de las confianzas sociales. Después de la Estafa Maestra su prestigio sufrió un fuerte descalabro. Aclarar y deslindar responsabilidades es esencial para que la acción social de las universidades no esté bajo sospecha. Después de la Estafa la sospecha cayó sobre los proyectos sociales que asumían las universidades, porque fue en ese aspecto donde se cometió el fraude. En el caso de la Universidad de Zacatecas observamos una cosa buena y una mala: lo bueno es que toda la UAZ está sana, con excepción de la Unidad de Contaduría y Administración; y lo malo es que no hay deslinde de responsabilidades por parte de la propia institución. En suma, toda limpia es dolorosa pero necesaria.
