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viernes, 19 abril, 2024
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Museo de Guadalupe alberga exposición temporal del Códice Maya denominada “Eslabón, fuente y testigo”

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ Códice original no puede salir de Bóveda de Seguridad de la Biblioteca Nacional del INAH

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■ Se presenta un facsimilar que también fue elaborado en papel amate, con imágenes en alta resolución, y al que se le dio la forma y tipo de deterioro exacto

 

Este viernes fue inaugurada, en el Museo de Guadalupe, la exposición temporal del Códice Maya denominada “Eslabón, fuente y testigo”, en la que se exhibe, a través de un facsímil, el manuscrito prehispánico más antiguo de América y el único de esa cultura que se resguarda en México.

Sofía Martínez del Campo Lanz, curadora e investigadora de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó que la exposición se inscribe en el programa “Una pieza, una cultura”, en el que se exhibe un único objeto pero con un análisis muy profundo de todo su contenido, significado y materialidad.

“Pudimos incluir el códice en este tipo de programa porque es el códice mesoamericano más estudiado a nivel internacional, y esto se debe a que un coleccionista lo adquirió como objeto de saqueo en los años 60 y se desconoce la proveniencia exacta, es decir, el contexto arqueológico”, explicó.

Comentó además que los estudios que se hicieron durante 50 años no dieron resultados concluyentes y se generó una gran polémica acerca de la autenticidad del manuscrito, en particular por el hecho de que no se había identificado el color azul y porque las ilustraciones no son de estilo maya al 100 por ciento ni de estilo tolteca al 100 por ciento.

Al realizar la investigación, con todos los estudios multidisciplinarios pertinentes, dijo que se determinó finalmente la naturaleza de todos los pigmentos, incluido el azul maya, que era uno de los aspectos más importantes para poder definir su autenticidad, además de estudios iconográficos y de contenido ritual.

Según expuso Martínez del Campo Lanz, en agosto de 2018 el INAH tuvo todos los elementos para afirmar que el Códice Maya es auténtico y es el manuscrito más antiguo de América, el único perteneciente al postclásico temprano y el único códice maya que se encuentra en México.

El Códice Maya fue fechado para el periodo postclásico temprano, es decir, en el año 1129, ello de acuerdo a un estudio del calendario de Venus que se llevó a cabo con las tablas astronómicas de la época.

“El Códice es un calendario adivinatorio de Venus, Los mayas lo utilizaban para poder determinar las fechas exactas en las que el planeta Venus aparecía en el firmamento y cuyos rayos de luz en aquella época, cuando la visibilidad del universo era muy alta, eran interpretados como lanzas o espadas. Es decir, para ellos el planeta Venus era un astro ominoso que podía causar daño al ámbito natural o social”, indicó.

Los mayas y en general las culturas mesoamericanas podían, con estos calendarios, determinar las fechas de su aparición y entonces ofrecer sacrificios rituales para agradar a la deidad que está representada por Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, y que no causara daño en el momento de su aparición a los diferentes grupos sociales o al medio natural.

Martínez del Campo Lanz expuso que el Códice actualmente consta de 10 folios, pero originalmente fueron 20. Sin embargo, por cuestiones de humedad y ataque de insectos se perdieron los ocho primeros y los dos últimos. Los que se conservan contienen las fechas calendáricas de la aparición del astro en sus diferentes etapas visto desde La Tierra y en ellos se representa a una deidad en cada folio que personifica a la Serpiente Emplumada.

La importancia de ese manuscrito reside en su historia, su contenido y su materialidad, lo cual se puede conocer en la exposición itinerante que ahora se encuentra en el Museo de Guadalupe.

Puntualizó que, debido a que el Códice original no puede salir de la Bóveda de Seguridad de la Biblioteca Nacional del INAH, sitio en el que resguarda, en Guadalupe se presenta un facsimilar que también fue elaborado en papel amate, con imágenes en alta resolución, y al que se le dio la forma y tipo de deterioro exacto, a fin de “dar a conocer el manuscrito sin poner en riesgo el Códice más antiguo de América”.

Asimismo, el Códice Maya ha sido declarado como parte de la colección de códices de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, misma que es Patrimonio Universal de la Humanidad.
Martínez del Campo Lanz refirió que el contenido del códice es muy importante porque es el único del periodo postclásico temprano y hay pocas representaciones plásticas de ese momento debido a que se colapsaron los sitios del clásico maya, que tuvieron una gran importancia durante 600 años. En esa coyuntura, surgieron sociedades nuevas como la cultura tolteca, que se expandió por todo Mesoamérica y cada región la adoptó con sus características propias.

“Entonces el códice es un ejemplo de cómo se transforma el arte en este periodo y dentro de la exposición hacemos jun estudio comparativo con obras contemporáneas provenientes, por ejemplo, de Xochicalco, de la región huasteca, del área maya, de la costa del Golfo, de Tula, y en ese espacio el visitante encontrará analogías y diferencias que existen entre el códice y las demás representaciones artísticas que incluimos en la muestra”, añadió.

El propósito de incluir estas otras expresiones artísticas es que el visitante ese adentre en el contexto histórico de creación, en el contexto en el que fue creado el manuscrito, y pueda identificar y familiarizarse con la iconografía y el estilo de la época.

La exposición, que permanecerá en el Museo de Guadalupe hasta enero de 2020, está dividida en cuatro módulos. Comienza con un video en el que se explica qué es un códice y continúa con otro video que aborda la polémica que el códice generó desde la década de los 60 del siglo pasado y después inicia un túnel del tiempo hecho con cajas de luz, en el que se cuenta una breve historia de ese periodo.

Posteriormente se exhibe el facsimilar del códice y en la parte posterior se cuenta con un módulo en el que se interpreta el simbolismo ritual y el contenido iconográfico, además de pantallas interactivas para que la gente acceda a toda la información contenida en cada uno de los folios, que a su vez son proyectados de manera ampliada y con movimiento, es decir, animados para que los visitantes aprecien la acción que tiene lugar en cada uno de ellos.

Además, hay dos pantallas interactivas en las que se puede consultar todos los estudios que se hicieron en el proyecto, los investigadores que participaron y los resultados de todo el proceso, todo ilustrado con imágenes en las que se compara el códice maya de México con los otros tres códices mayas que se encuentran en París, Francis, Madrid, España, y Dresden, Alemania, mismos que fueron extraídos durante la época del Virreinato, en la Nueva España.

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