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martes, 23 abril, 2024
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José Emilio Pacheco, poeta audaz y cosmopolita [Segunda parte]

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Por: RAFAEL CALDERÓN •

La Gualdra 392 / Literatura

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II

“Las ‘Aproximaciones’ a los textos ajenos se publicarán en un volumen aparte”, se lee en la brevísima nota que aún perdura en Tarde o temprano del año 2000. Para este título hay que situar por lo menos un par de momentos fundamentales en la labor de traductor de José Emilio Pacheco. Así pues, sale a relucir el álbum personal, Bajo la luz del haikú (1997); Aproximaciones (1984) que compila Miguel Ángel Flores, con notas de Pacheco; y propiamente Aproximaciones 1958-1978, título final de Tarde o temprano de 1980. Antes, como apartado, figuran estas aproximaciones como sección final de los libros de poesía que va publicando y por eso hay que recordar “reescribir es negarse a capitular ante la avasalladora imperfección”.

Esta obra nunca en vida de Pacheco fue terminada pero siempre estuvo presente en sus intenciones, mantuvo movimiento editorial constante. Es otra manera de cómo veía el movimiento de la poesía. Hoy día, puede observarse su evolución tanto por el aumento de páginas como por los poemas y autores que traduce, reconocer su rigor y las distintas etapas va otorgando a las traducciones realizadas. Es Aproximaciones una obra inacabada tanto para el imaginario de sus lectores como para el autor; contradictoriamente es el título más importante de su quehacer de traductor. Sin dejar de lado que realiza otras aproximaciones, como que él prefiere llamarlas, y que no han figurado en éste, pero igualmente ganan presencia. En parte desentrañan su travesía de traductor. Como sucede con Cuatro cuartetos de T. S. Eliot, con dos ediciones, que lo convierten en el poema de poemas para ser leído en la lengua castellana y que resultan estelares: primero, en 1989, la edición celebrada por Octavio Paz, y la versión definitiva, póstuma, salió el 2017, acompañada de notas y minucias precisas; están –además– Un tranvía llamado deseo, de Tennesse Williams; Vida imaginaria, de Marcel Schwob, etc.

Las aproximaciones de Pacheco empiezan a tomar forma desde 1963. Su perfección de obra inacaba es ejemplo de su condición misma y conforme pasan los años aumenta de páginas. Deja sentir la existencia de que está en proceso, y es resultado de una claridad porque en sus páginas encierra perlas, joyas o diamantes transparentes a partir de otros idiomas que entrega al nuestro y estos poemas pueden ser leídos como un desenlace del idioma nuestro. Es el título que tiene todos los elementos para ser considerada clásica cuando de traducción se habla, aun cuando han tenido escasa circulación, por los pocos ejemplares publicados, sabiendo que la mayoría han desaparecido. Aún no existe la edición definitiva. Más bien es una tarea que su autor prolongó: en vez de ponerle punto final las fue aumentando de páginas. Aproximaciones es un título comparable a Versiones y diversiones de Octavio Paz; Baile de máscaras de Jaime García Terrés; alcanza reconocimiento por la condición de obra en proceso. En el terreno de las traducciones, sin estar terminada, ya es única. Ya que construye un perfil, y prácticamente es una obra autónoma de toda obra de Pacheco. Por primera vez registra su verdadera presencia en 1980 con motivo de la salida inicial de Tarde o temprano que incluye las traducciones realizadas por él hasta 1978.

Sin que sea una lectura más allá del ejemplo de la versión en su lengua original tiene esa suerte de ser una obra que recuerda su exacta realidad y se transforma para ser leída en lengua castellana. Esa huella de su coordenada lleva al encuentro de autores notables que escriben en diferentes idiomas y que están en concordancia con el estilo de traductor, por su cuenta, nos acerca el resultado de estas aproximaciones que con el curso del tiempo son fuente de inspiración y que continuarán esa labor otros poetas traductores.

Por su importancia, hay que resaltar además un párrafo que originalmente fue escrita por Pacheco, para Ayer es nunca jamás que recupera nuevamente en Tarde o temprano: “Escribir es el cuento de nunca acabar y la tarea de Sísifo. Paul Valéry acertó: No hay obras terminadas, sólo obras abandonadas”. Es pues, una obra inconclusa, pero nunca abandonada. Es la causa por la que es una obra que se convierte en el cuento que no termina, queda interrumpida y con la muerte de Pacheco se podría entender que así es como finalmente alcanza punto final. Alcanza de alguna manera esta circunstancia como punto que no es final sino provisionalmente y el siguiente paso es que más delante salga publicada a la manera de los estudios de Walter Benjamín y su Baudelaire que fue publicada póstumamente, y reunir o resaltar el prestigio fragmentario que ya encierra. Posiblemente sea un estudioso, investigador literario o erudito de la obra de Pacheco quien termine esta tarea. Ciertamente Aproximaciones es una obra fragmentaria, divida en etapas, que fue saliendo como adelantos pero donde falta incluirse y revisar todo el material; esa realidad fragmentaria ilumina y es parte de un estilo que no niega su originalidad.

El primer intento fraguado que registra las traducciones que hasta entonces Pacheco había realizado en un volumen es una realidad en 1980. Desde aquel año es parte de la historia literaria que se escribe en términos militares. El punto es que Aproximaciones originalmente fue un apartado de los títulos de su poesía –excepto El reposo del fuego, pues se trata de un solo poema– y en Tarde o temprano se juntan en un capítulo y suma algunas traducciones no recogidas previamente. “Como la refundición de lo ya publicado, la práctica de traducir poesía sólo admite dos posiciones discordantes. No tengo nada –escribe Pacheco– contra los traductores académicos pero mi intención es muy distinta: producir textos que puedan ser leídos y juzgados como poemas en castellano, reflejos y aun comentarios en torno de sus intactos, inmejorables originales. A menudo se trata de ´imitaciones´ que, señala Rafael Vargas, sólo comparten el tema con la página que les dio nacimiento.

Empezaron como ejercicios en los cursos de lenguas clásicas y modernas. Antes de leer a Ezra Pound, los ejemplos de Octavio Paz y Jaime García Terrés me llevaron a buscar mayores libertades. Algunas se aproximan directamente a textos nunca antes vertidos al español. Otras, como la ‘Lectura de la Antología griega’, se apoyan en los más diversos traductores, sin excluir a los de nuestro idioma. De alguna manera no son, como podría creerse, ‘traducciones de traducciones’ sino poemas escritos a partir de otros poemas. Considero estos trabajos una obra colectiva que debiera ser anónima y me parece abusivo firmarla. No obstante, quien desee cotejarme con las otras interpretaciones verá que tampoco puede hablarse de plagio”.

El índice de las Aproximaciones 1958-1978 es el registro testimonial, configurado y sortea la evolución de sucesivas revisiones. Marca una presencia acelerada de autores y obras, compulsión de emociones tan distantes de estos tiempos como decir que son autores de la antigüedad griega, autores modernos franceses, de nacionalidad norteamericana, así como de lengua inglesa. Contiene un apartado de unidad lírica: “Homenaje al Haikú”; el otro salto del tiempo y las circunstancias es “Dieciséis poemas” de Constantino Cavafis que, con el tiempo, estos poemas alcanzan un registro bibliográfico que trasciende por la mano diestra y sonora de la poeta Minerva Margarita Villareal. Pero hay que agregar o extender la mirada a la “Lectura de la Antología Griega”, primer salto de perdurabilidad, o sentenciar la minucia de un contenido y la huella de las mismas lecturas de Pacheco, porque determinada el trabajo de carpintería y como resultado de las lecturas que dejan sentir su propia disciplinada con la lectura.

Estas coordenadas, en realidad, resultan diferentes de las Aproximaciones de 1984, compilación que fue organizada por Miguel Ángel Flores. Él suma, enriquece, evoluciona con ejemplos nuevos el trabajo del traductor, con un índice que intenta no repetirse, y en ese sentido, es una compilación que registra sus propias variantes. Es distinta, por lo mismo, por los temas y autores incluidos y que pueden tener coincidencia. Pero las notas de la autoría de Pacheco son su aportación y nuevamente dejan sentir esa erudición que lo caracteriza.

El día que sean accesibles las aproximaciones en un solo tomo y quien finalmente realice la tarea otorgará una nueva identidad editorial a la poesía mexicana y resaltará la idea central: “Pacheco nos aproxima –Rafael Vargas– a poetas de latitudes y tiempos muy diversos, cuya voz resuena nuevamente en la cercanía de nuestro idioma”.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_392

 

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