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viernes, 29 marzo, 2024
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Arrancó el despliegue de la Guardia Nacional

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

En el evento de arranque formal de la Guardia Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló contundente: “Se padece en nuestro país del grave problema de la inseguridad y de la violencia que se profundizó, se intensificó en los últimos tiempos, a la par que se imponía una política económica antipopular y entreguista, una política para favorecer a una pequeña minoría que dejó en el abandono a la mayoría del pueblo de México. Eso fue lo que desató la inseguridad y la violencia en nuestro país. Y en vez de atender esas causas que originaron la violencia, se optó únicamente por el uso de la fuerza, además fingiendo, simulando, porque ni siquiera en ese sentido hubo responsabilidad y profesionalismo.” Se refirió a que la creación de esta Guardia Nacional es algo muy trascendente y oportuno porque hasta hoy ningún gobierno ha tenido como prioridad la protección de los mexicanos, garantizar la seguridad pública.

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Debemos recordar que cuando se involucró a las Fuerzas Armadas en el combate a la delincuencia, hace ya 12 años, se argumentó que era una medida temporal en tanto se lograba el saneamiento, la capacitación y la profesionalización de las corporaciones policiales de los tres niveles de gobierno. Pero en este lapso los gobernantes no avanzaron en tales objetivos, y hoy las fuerzas públicas civiles se encuentran tan incapacitadas para cumplir su tarea de prevenir y combatir el delito como en 2006.

En el mismo evento quedó claro que el Gobierno Federal admite con toda franqueza que, dada la descomposición y la ineficacia de las corporaciones policiales de los tres niveles de gobierno, resultaría desastroso relevar a las Fuerzas Armadas de su encomienda actual en materia de seguridad pública, pues constituyen las instituciones más confiables para mantenerla, a pesar de que no fueron concebidas para ello, y pese a las distorsiones y el desgaste institucional que experimentan en las calles. Sus oraores señalaron con claridad que ante la inexistencia de una institución policial profesional y capaz de afrontar el desafío de la inseguridad y la violencia, es necesario seguir disponiendo de las instituciones castrenses en la preservación y recuperación de la seguridad pública y el combate a la delincuencia, al tiempo que se avanza con rapidéz en la consolidación de la nueva corporación: la Guardia Nacional.

En sólo siete meses de ejercicio gubernamental el constituyente permanente reformó la Constitución, se aprobaron leyes secundarias y reglamentos y se inició la suma de todos los elementos de la guardia: Policías Federal, Militar y Naval, así como nuevos reclutas y miembros de tropa que voluntariamente decidieron integrarse, y ayer mismo se inició el despliegue de la Guardia Nacional en 150 regiones del país en una primera etapa con 70 mil elementos, hasta llegar a cubrir 266 regiones con 150 mil elementos de la Guardia Nacional. También genera optimismo escuchar a los altos mandos hablar de que el problema de inseguridad y de violencia se origina por causas sociales, económicas. Hablaron de que actuarán respetando los derechos humanos con el uso proporcional de la fuerza, que no se trata de avasallar, de masacrar, de reprimir a nuestro pueblo. La colaboración de la ONU es otra fuente de optimismo de que será posible capacitar a soldados y marinos para que se transformen en los mejores policías.

El secretario Alfonso Durazo deberá asumir el reto del saneamiento de las policías del país. La nueva corporación enfrentará muchos problemas si se deja de lado la necesaria depuración de los elementos que están al servicio del crimen organizado. El especialista Ravelo Galó ha señalado que el 80 por ciento de las estructuras de las policías municipales en el país operan con los criminales, y que algo similar sucede con los agentes ministeriales y las policías estatales. “El grave problema que tiene López Obrador para enfrentar a la delincuencia es que no hay policías confiables. El 80 por ciento están infiltradas y mientras no haya un plan específico para sanearlas, castigar a los elementos que hayan recibido sobornos o trabaje para el crimen organizado, es muy difícil enfrentarlo en las regiones del país más violentas”, dijo.

Dos puntos que no se tocaron en el evento que comentamos son: de qué forma se va a investigar a la clase política involucrada con el crimen organizado y el lavado de dinero, así como el desmantelamiento de las redes patrimoniales de los cárteles. Todo parece indicar que se requerirá fortalecer a la Unidad de Investigación Patrimonial de la SHCP que ya enseñó su utilidad en la corrupción asociada con Pemex y en el asunto de las empresas factureras, pero que requerirá mucho más recursos de todo tipo para afrontar con vigor los puntos mencionados.

Es evidente que los cambios ya iniciaron pero las resistencias se ven potenciadas por una buena parte del sistema de medios electrónicos de comunicación masiva. Es fundamental mantener la participación ciudadana en el debate cotidiano para que la transformación que encabeza AMLO pronto se consolide.

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