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jueves, 25 abril, 2024
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El Mirador de Heródoto Culmina un histórico ciclo académico institucional, 50 años como universidad, reconocimiento como benemérita 1/2

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Por: UZIEL GUTIÉRREZ DE LA ISLA* •

“La mejor manera de honrar el legado que hemos recibido es continuar en el camino del fortalecimiento con la firme pretensión de retribuir a la sociedad el apoyo otorgado y la confianza depositada”.
Antonio Guzmán Fernández, ceremonia del 50 aniversario

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Para la crónica universitaria enmarcada en la responsabilidad de dejar evidencia de los sucesos contemporáneos, así como velar por el rescate de la historia, las tradiciones, los valores y la cultura para promover y fortalecer la identidad y el orgullo de pertenecer a una institución como la BUAZ, el ciclo 2018 – 2019 representa todo un reto en la cimentación del pensamiento humano que se reconoce como un elemento transformador, constructor de presentes y de futuros.

Este año ha sido histórico para nuestra universidad, cumplir 186 años como institución educativa en el Estado y hoy en día mantenerse y ser considerada como la máxima casa de estudios para los zacatecanos es una satisfacción institucional y una gran responsabilidad como legado para las generaciones futuras.

Un fin de cursos enmarcado en el contexto de “normal”, que hemos descrito en otras ocasiones, conlleva la presentación de exámenes ordinarios y extraordinarios, las actuales graduaciones, vestidas muchas de ellas de tradicionales rituales como el “encendido de la lámpara” en Enfermería, la lectura del juramento de Hipócrates en Medicina, la quema de batas en Ciencias Químicas, así como las ceremonias de entrega de cartas de pasantes donde corresponda y las calificaciones para los que tramitan la inscripción a los siguientes niveles. Comidas, cenas, bailes, conciertos y un sinfín de actividades representativas individual y familiarmente son el broche de cierre.

Enmarcado en junio, mes en que naciera (1888) y muriera (1921) Ramón López Velarde, en los últimos 25 años el cierre de ciclo se ha visto engalanado con la presentación de la convocatoria al Premio Nacional Ramón López Velarde y al festival que año con año promueve José de Jesús Sampedro, insigne poeta zacatecano; a este se suman galardones como la medalla José Árbol y Bonilla, máximo reconocimiento al Mérito Académico en nuestra universidad.

Otra actividad ya tradicional de este mes es la Escuela de Verano, actividad académica en la que los docentes culminan el ciclo académico, presentando o asistiendo a cursos de actualización en sus respectivas áreas del conocimiento.

Aludiendo un poco a los antecedentes, menciono que con 186 años como institución educativa la Universidad Autónoma de Zacatecas tiene como su más remoto antecedente el Colegio de Jerez, el cual formalizó sus actividades el 5 de noviembre de 1832, gracias ello al auspicio del entonces gobernador del estado, Francisco García Salinas. En 1837 se le trasladó a la ciudad de Zacatecas y se le adjudicó el nombre de Instituto Literario del Departamento. A partir de entonces, su lucha por permanecer y por su autonomía ha sido incesante hasta el logro como Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas en 1959 y la nominación como universidad en 1968.

La conmemoración del 50 aniversario como universidad marcó la apertura del ciclo académico 2018 – 2019. La ceremonia inició con el himno de nuestra institución, interpretado por alumnos de la Unidad Académica de Artes. El momento fue propicio para recordar a Pablo Parga Parga y a Manuel Cervantes Mascorro (qepd), autores de la letra y la música, respectivamente. Fue un evento muy significativo, ya que vivimos experiencias históricas como el reencuentro especial del Decreto 496 con el licenciado Jesús Manuel Díaz Casas, quien fuera el encargado de leer este documento en aquel 6 de septiembre de 1968.

La emoción de los universitarios de ayer y de hoy flotaba en el ambiente y se mantuvo durante la lectura del poema de Abel García Guízar La Amadísima; posteriormente, el rector Antonio Guzmán y el gobernador Alejandro Tello dieron su mensaje, se develó la placa conmemorativa y se entregó a los exrectores el reconocimiento Atenea, reconocida como “la diosa de las justas batallas, la diosa de la sabiduría, la estrategia, de la ciencia, de la justicia, de la civilización y de la patria”.

La escultura, obra de Javier Díaz Riva Palacio, fue entregada a: Magdaleno Varela Luján (qepd), recibida por su hijo Manuel Varela Parga; Jesús Manuel Díaz Casas (1972-1980), Jorge Eduardo Hiriartt Estrada (1980-1984), Francisco Flores Sandoval (1984-1992), Virgilio Rivera Delgadillo (1992-2000), Rogelio Cárdenas Hernández (2000-2004), Alfredo Femat Bañuelos (2004-2008), Francisco Javier Domínguez Garay (2008-2012), Armando Silva Cháirez (2012-2016) y Antonio Guzmán Fernández (en funciones). También se otorgó un reconocimiento in memoriam a José Rodríguez Elías, gobernador promotor de la nominación de la UAZ.

En los archivos de la crónica universitaria están a detalle las vivencias de este histórico hecho, cuyos testigos de honor fueron, además del rector y el gobernador Alejandro Tello, Rubén Ibarra Reyes, secretario general de la UAZ; Pedro Martínez Arteaga, secretario general del SPAUAZ; Jesús Manuel Díaz Casas, exrector, y Judit Guerrero López, entonces alcaldesa de Zacatecas.

La Universidad Autónoma de Zacatecas es la más importante institución generadora de formación académica, investigación científica, cultura y arte en la entidad, no en vano desde el siglo 19 se convirtió en un eje vertebral para el desarrollo de nuestro estado. Por esta y otras razones fue reconocida en febrero pasado como institución benemérita, aunque de eso hablaré el próximo jueves.
Así se observa el mundo desde El Mirador de Heródoto.

*Cronista de la UAZ
[email protected]
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