En medio del griterío de una lucha con la minera norteamericana Newmont-GoldCorp por los derechos de los ejidatarios de Cedros, Mazapil, el silencio sólo existe para quien se tapa los oídos para vociferar calumnias.
Así, sólo afirmamos, que, con buenas y malas noticias, el silencio entre los representantes de la comunidad y los ejidatarios no ha existido y por lo tanto, la traición es impensable.
Y sin embargo, algunas plumas serviles ensucian y difaman a las comunidades que se atrevieron a cuestionar a los dueños de la mina de oro más grande de América, quienes en aras de arrancar el oro del empobrecido suelo zacatecano, dañan el medio ambiente y devastan el agua, dejando sin futuro a la región.
Nosotros, los dueños legítimos de la tierra donde se asienta Peñasquito, podemos informar que respaldamos la negociación que llevan a cabo nuestros representantes, los representantes de Gobierno Federal y los representantes de Newmont-GoldCorp en la Ciudad de México.
Por ello, queremos dirigirnos a la sociedad de Zacatecas y de México, ante la campaña que han emprendido los defensores de lo indefendible, mismos que es claro que nunca han pisado el semidesierto zacatecano, ni han visto la devastación que provoca la mina de oro a cielo abierto más grande de América.
En primer lugar, manifestamos que representantes de las comunidades afectadas por Peñasquito, representantes del Frente Popular de Lucha de Zacatecas y el Gobierno Federal, representado por Zoé Robledo, se reunieron en el mes de abril en la Ciudad de México. En dicha reunión nosotros, a través de nuestros representantes, planteamos levantar el paro de la mina la mañana siguiente a las 12 horas, en tanto la empresa, antes pagaría uno de los adeudos pendientes para con nosotros, una vez hecho el pago, abriríamos las puertas de la mina.
Con ese acuerdo llegó Felipe Pinedo a las instalaciones del paro, pero cuando supimos que la mina no aceptó, el acuerdo hecho con Zoé Robledo no se hizo realidad.
Efectivamente, como arteramente comenta un escribano de nombre Gabriel Contreras, No existió una disonancia de intereses entre el senador-asesor-representante de los ejidatarios, y su asamblea. El que no se levantara la protesta en abril, fue causa natural de un proceso de negociación, donde ambas partes deben cumplir.
Lo demás es ceder sin sentido. No confiamos en la mina, llevan 7 años fallándonos.
Hoy la mina y nosotros, los ejidatarios, estamos en un nuevo proceso de negociación y los actores somos los mismos, pero el gobierno tiene otra cara y ha planteado la necesidad de avanzar en el proceso de solución. Ricardo Peralta hoy es el nuevo rostro del gobierno, y planteó que el conflicto puede empezar a resolverse con buena voluntad, por eso, se retomó la propuesta que hicimos en abril para iniciar las mesas de negociación con la mina abierta.
Es decir, que paguen uno de los adeudos y entonces liberamos. Así se hizo y las puertas están abiertas.
Cabe recalcar que cada acuerdo entre nosotros, nuestros representantes, la mina y el gobierno son discutidos y en su caso ratificados por la asamblea del ejido. Nunca hubo, no hay y no habrá traición alguna.
La apertura de la mina fue un acto legítimo, discutido y democrático. No hay la menor duda.
El pago hecho por la mina fue destinado para quien se negoció en la mesa, no existen pagos oscuros para nadie, no hay pago por servicios o comisiones. Quien afirme lo contrario miente de forma ventajosa y sucia.
Todos los ejidatarios estamos seguros de que las negociaciones en la Ciudad de México nos llevarán a conseguir la victoria, pues el documento firmado plantea revisar y discutir cada uno de los 19 puntos en que la mina ha fallado, lo cual llevará a Cedros y Mazapil a garantizar una mejora de vida a partir de que la mina cumpla con cada uno de los compromisos que adquirieron con la comunidad.
Opinadores mercenarios quieren sembrar la duda al utilizar la palabra “revisar”, ofendiendo a sus lectores como estúpidos, toda vez que de forma lógica, al revisar una problemática en un proceso de negociación, se harán evidentes las diferencias y se trabajará para la solución integral de los problemas, se resarcirán los daños hechos en nuestro territorio, en nuestra agua y en nuestra salud, por ello, la negociación que los miembros del ejido, del FPLZ, del gobierno federal y la mina trabajarán durante un periodo máximo de 60 días.
Estamos seguros del éxito del proceso de negociación, pues nos respalda la razón y el trabajo y contamos con nuestro pueblo, con el FPLZ y con el senador José Narro Céspedes.
Sin más quedamos a sus órdenes
Comisariado Ejidal de Cedros, Mazapil, Zacatecas.
*Rigoberto López Martínez, presidente del Comisariado Ejidal de Cedros
